Un reporte extraoficial señala que en el operativo de la captura en Guatemala participaron agentes de la Agencia Federal Antidrogas (DEA), y que Arita todavía estaba bajo libertad condicional. Sin embargo, la Embajada de EE.UU. en Guatemala no lo confirma. La vocera de esta misión diplomática, Maureen Mimnaugh, dijo que Arita no está pedido en extradición, según la oficina de la DEA en el país. Hasta el 19 de marzo, Arita ya no le debía nada a EE.UU., pero ahora está de nuevo bajo su radar.
En 2008, Arita y otros sujetos conspiraron para distribuir 500 gramos de cocaína en Nueva York, según el expediente cr08571 de una corte del Distrito Sur de ese estado en White Plains. El documento nueve del caso describe que Arita recibió un paquete que contenía la droga, en Spring Valley, Nueva York, el 5 de marzo de ese año, la fecha de su captura. Pese a la evidencia, Arita (quien solicitó un defensor público) se declaró “no culpable”. Pero el 12 de enero de 2009, después de un procedimiento judicial abreviado, se declaró culpable de “conspirar para distribuir y poseer con la intención de distribuir cocaína”.
El juez Stephen C. Robinson condenó a Arita a 37 meses de cárcel (tres años y un mes), que comenzaban a contar desde su captura. Debía salir de la cárcel el 5 de abril de 2011, pero registros del Buró Federal de Prisiones de EE.UU. muestran que lo excarcelaron el 10 de noviembre de 2010, cuando tenía 44 años de edad (aunque la policía en Guatemala asegura que tiene esta edad actualmente). La corte recomendó tres años de libertad condicional a partir de la fecha de su excarcelación, que habrían vencido en noviembre de 2013.

Durante los tres años de libertad condicional, Arita no podía poseer un arma de fuego y debía cooperar al proporcionar muestras de ADN a un oficial supervisor (de su libertad condicional).Entre otros requisitos de su condición, Arita debía emplearse de forma permanente en una ocupación legal, y no frecuentar lugares donde sustancias prohibidas (drogas) fueran distribuidas, consumidas, usadas o vendidas. Tampoco podía relacionarse con personas involucradas en hechos ilegales, según el documento 15 del expediente.
Arita debía someter su vivienda, vehículo y lugar de trabajo a cateos si había una “sospecha razonable” de que había violado los términos de su libertad condicional. Si era deportado, como lo son todos los extranjeros que cumplen condenas de narcotráfico, no podía volver a entrar a EE.UU. sin la autorización de la Fiscalía General.
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La corte ordenó que Arita pagara un cargo mínimo de US$100, y se le perdonaría el pago de una multa dada su “incapacidad de pago” (al final pagó sólo $25 dólares adicionales). Pero casi un año y medios después de cumplir su libertad condicional, volvió a los malos pasos. Y en 2015 el MP lo vincula al contrabando de dinero, una actividad que le permitía manejar mucho más que los US$125 que pagó a la corte neoyorkina como parte de su condena. Al menos eso cree la Fiscalía de Lavado, que lo asocia al trasiego de US$2.2 millones decomisados al guatemalteco Flavio Dimas Rojas en 2014, y al trasiego de droga en Guatemala valorada en unos US$360 mil, que transportaban José Guillermo Maderos y Carlos Fermín Pérez en febrero pasado. Este alijo era 60 veces mayor al que le valió su condena en EE.UU.
Los cargos en Guatemala
Las autoridades guatemaltecas vinculan a Arita a la estructura de la familia Valle Valle en Honduras, que EE.UU. acusó de narcotráfico en agosto de 2014. En octubre, la policía hondureña capturó a José Reynerio, Miguel Arnulfo y Luis Alonso Valle Valle. Su hermana, Digna Azucena, también está encarcelada por narcotráfico en EE.UU. De acuerdo con una fuente extraoficial, los Valle traficaban con los Lorenzana en Zacapa, pero se desconoce el estado de esta relación después de las capturas de tres miembros de ambos clanes entre 2011 y 2013.
El MP además asocia a Arita con una estructura de traslado ilegal de dinero, desde Chiquimula a Huehuetenango y luego a México. Esta ruta es llamativa pues en 2012 la Fiscalía de Lavado de Dinero reveló que el trasiego de dinero en efectivo ocurre de norte a sur, de México a Guatemala, para su traslado a Panamá y Colombia, y no al revés como ahora señala en el caso de Arita. Sin embargo, hay al menos un caso en el que sí se documenta tal ruta, no sólo de Centroamérica a México, sino de este último país a Estados Unidos, y que también involucra a un guatemalteco.
Entre 2003 y 2007, una fiscalía de Florida documentó cómo una red coliderada por Otto Roberto Herrera García reunía dinero en efectivo en México (para el cartel de Sinaloa) y lo enviaba por medio de casas de cambio a un banco en Florida y al Bank of America en Oklahoma City, Oklahoma. El objetivo: la compra de aviones en EE.UU. para su envío a Colombia y Venezuela, desde donde trasladaban cocaína hacia Guatemala y México. Todavía existen sospechas respecto a si los US$14 millones hallados en abril de 2003, en una casa que Herrera alquilaba en la zona 14 capitalina, serían trasladados hacia México, y no hacia Sudamérica, como creyeron las autoridades en ese entonces. No hay datos públicos disponibles acerca del destino final del dinero que supuestamente manejaba Arita, y si tiene similitudes con el caso de Herrera.
Aldea Chanmagua bajo el radar
La policía capturó a Arita en la aldea Chanmagua, en Esquipulas, Chiquimula, cerca de la frontera con Honduras. No es un sitio mencionado con frecuencia en la prensa. Aparece en algunos reportes de noviembre de 2012, cuando la policía incautó un cargamento de cigarrillos de contrabando trasegado a inmediaciones de esa aldea. El mismo año, un expolicía e investigador privado reveló que hacía dos años la aldea era un punto de venta para armas de fuego de contrabando, especialmente fusiles de asalto que llegaban a la zona desde México vía Belice-Petén-Izabal-Zacapa. Además desde el 24 de enero de 2012, Siglo XXI describió a Chanmagua como “un lugar de trasiego de armas y drogas” y el supuesto escenario de un asesinato múltiple.
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La publicación cita a testigos que indican que seis victimarios fuertemente armados incendiaron un vehículo agrícola con placas hondureñas, en Chanmagua, y luego trasladaron los cadáveres a Honduras. Los testimonios dan cuenta de que la policía llegó un día después de presentada la denuncia y sólo encontró el vehículo calcinado y abandonado. Luego, el Ministerio de Gobernación indicó que no encontró evidencia del asesinato múltiple. El hecho habría ocurrido en el kilómetro 245 de la carretera que conduce a Chanmagua, que a su vez comunica con el paso fronterizo San Fernando Ocotepeque en Honduras.
Si Arita es socio de los Valle Valle, y además supuestamente está involucrado en lavado de dinero y narcotráfico, según el MP, no es extraño que le capturaran en Chanmagua. Una fuente extraoficial afirma que, pese a las capturas, una estructura de los Valle Valle se mantiene vigente en el trasiego de cocaína con socios guatemaltecos. Ahora, que la benevolencia que Arita encontró en la corte neoyorkina le acompañe (o no) en un tribunal en Guatemala dependerá de que las autoridades consigan probar los cargos en su contra.