Un ejercicio de carpintería a las 5 de la mañana (o cómo me explico qué tienen que ver la palabra y el sueño por un mundo mejor)
Un ejercicio de carpintería a las 5 de la mañana (o cómo me explico qué tienen que ver la palabra y el sueño por un mundo mejor)
«Leer nos cambia la vida»: una frase contundente. En esta edición 2016, la Feria del Libro en Guatemala apuesta a las ideas que son capaces de transformar nuestra realidad. Dedicamos la Filgua a los Objetivos de Desarrollo Sostenible con la finalidad de generar conciencia sobre la necesidad de aportar más allá de las letras al cambio que nuestro planeta necesita. Nos urgen las ideas que a través de la cultura son capaces de modificar nuestra realidad y ofrecernos un mundo mejor.
Son las 5:04 a. m. de un día jueves. Amanecen las letras entre la esperanza, la miseria de este país y los cantos de pájaros. Y entre ello, la pregunta que le hiciera a Raúl Figueroa hace algunas semanas: ¿por qué una feria del libro en Guatemala será dedicada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas?
Para responderme decidí seguir la ruta de Engels cuando dijo sobre Balzac: «Yo aprendí más sobre lo que es la sociedad burguesa, el capitalismo, etcétera, leyendo las n...
Son las 5:04 a. m. de un día jueves. Amanecen las letras entre la esperanza, la miseria de este país y los cantos de pájaros. Y entre ello, la pregunta que le hiciera a Raúl Figueroa hace algunas semanas: ¿por qué una feria del libro en Guatemala será dedicada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas?
Para responderme decidí seguir la ruta de Engels cuando dijo sobre Balzac: «Yo aprendí más sobre lo que es la sociedad burguesa, el capitalismo, etcétera, leyendo las novelas de Balzac que con el conjunto de los historiadores, economistas e investigadores de estadísticas profesionales de su época».
He aquí la carpintería para intentar responderme:
Objetivo 1: Poner fin a la pobreza
«En las gradas del portal se les veía, vueltos a la pared, contar el dinero, morder las monedas de níquel para saber si eran falsas, hablar a solas, pasar revistas a las provisiones de boca y de guerra, que de guerra andaban en la calle armados de piedras y escapularios, y engullirse a escondidas cachos de pan en seco». (Cuando se habla de los mendigos del portal del Señor en El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias).
Objetivo 2: Hambre cero
El 17 de julio de 1738, en el lugar más putrefacto de todo París, nace Jean-Baptiste Grenouille entre los desechos de pescado del puesto que atiende su madre. «En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales [...] Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y en los palacios [...] Y, como es natural, el hedor alcanzaba las máximas proporciones en París, porque París era la mayor ciudad de Francia. Y dentro de París había un lugar donde el hedor se convertía en infernal, entre la Rue aux Fers y la Rue de la Ferronerie, o sea, en el Cimetière des Innocents» (El perfume, Patrick Süskind).
Objetivo 3: Buena salud
«Los caballos galopaban sin ruido por la arena o por la hierba rasa. Era agradable abrazarse al torso fuerte del que llevaba las bridas y sentir su calor y su fuerza. Hasta el olor a sudor que exhala un cuerpo sano era bueno. La llegada de Nathanael al pueblo transformó la noche en una fiesta: hubo bromas, abrazos y bebidas; se hicieron crêpes, tirándolas al aire, para después comerlas. Las rollizas muchachas que nunca decían que no, pero a las que Nathanael no dio ocasión de decir sí, danzaron al son de la zanfoña, enlazadas por los mozos. Los viejos, sentados en un banco, golpeaban el suelo con los talones llevando el compás de la contradanza. Nathanael ocupó su puesto en el regocijo popular, como si la debilidad, la fiebre y la tos hubieran desaparecido milagrosamente. Despreocupándose del porvenir, dejando atrás diez años de su pasado, fue por unas horas de nuevo un marinero de dieciocho años. Pero al día siguiente, en el sobrado que ocupaban Markus y él, le dio un ataque de tos y escondió el pañuelo manchado de sangre» (Como el agua que fluye, Marguerite Yourcenar).
Objetivo 4: Educación de calidad
«Sin nada dentro, liso y desolado como la explanada por la que iba caminando, comprendí con terror todas y cada una de las razones por las que la había amado. Luego, casi en el acto, las olvidé de nuevo. Ya en mi apartamento, tomé un baño a toda prisa y me lavé los dientes. Acomodé una serie de papeles dentro de mi portafolio y, con él en la mano, salí corriendo para llegar a tiempo a mi primera clase. No tenía la menor idea de lo que se trataría en el salón ese día. Los alumnos me recibieron con la noticia de que Juan Rulfo había muerto. Era el 7 de enero de 1986, y yo, detenido tras el escritorio, inmóvil como una estatua, viendo hacia los ventanales, observé cómo la vida se iba corriendo despavorida por las calles, la vida entera; la vida que es siempre tan poca cosa, que nunca alcanza, Blanca» (El día que murió Juan Rulfo, Cristina Rivera Garza).
Objetivo 5: Igualdad de género
«Como no tenía pensamientos jugaba con la tierra, me gustaba harto tentarla, porque a los cinco años todavía vemos la tierra blanca. Nuestro Señor hizo toda la creación blanca a su imagen y semejanza, y se ha ido ennegreciendo con los años por el uso y la maldad. Por eso los niños chiquitos juegan con la tierra porque la ven muy bonita, blanca, y a medida que crecen el demonio se va apoderando de ellos, de sus pensamientos, y les va transformando las cosas, ensuciándolas, cambiándoles el color, encharcándoselas. Yo era muy hombrada y siempre me gustó jugar a la guerra, a las pedradas, a la rayuela, al trompo, a las canicas, a la lucha, a las patadas, a puras cosas de hombre, puro matar lagartijas a piedrazos, puro reventar iguanas contra las rocas» (Hasta no verte, Jesús mío, Elena Poniatowska).
«Historia de nunca acabar la de sus penas: hembra de aquel cualquiera y mártir del crío que nació [...] en su agonía se juntaron la cabeza desproporcionada de su hijo —una cabezota redonda y con dos coronillas como la luna—, las caras huesudas de los enfermos del hospital y los gestos de miedo, de asco, de hipo, de ansia, de vómito del gallero borracho» (El señor presidente, Miguel Ángel Asturias).
Objetivo 6: Agua limpia y saneamiento
«Su conocimiento llegó a ser grande. / Su mirada traspasaba los árboles, / las piedras; / los lagos, / el mar; / las montañas, / los valles. […] ¡Miren, pues! / ¡Observen lo que hay debajo del Cielo! / ¿Acaso no son claras las montañas, / los valles que miran?» (Popol Wuj[1], versión de Sam Colop).
Objetivo 7: Energía asequible y sostenible
«... del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve como un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba. En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano. Antes de volver a dormirme imaginé (vi) un universo plástico, cambiante, lleno de maravilloso azar, un cielo elástico, un sol que de pronto falta o se queda fijo o cambia de forma». (Rayuela, Julio Cortázar).
Objetivo 8: Trabajo decente y crecimiento económico
«Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha cenado bien» (Diarios, Virginia Woolf).
Objetivo 9: Industria, innovación, infraestructura
«Sin la inventiva humana, todos nosotros estaríamos aún hoy cortando la carne con utensilios de piedra y comiéndola cruda, como nuestros antepasados de hace un millón de años. En todas las sociedades humanas hay personas ingeniosas. Lo único que sucede es que unos entornos proporcionan más materiales de partida, y condiciones más favorables para la utilización de los inventos, que otros entonces» (Armas, gérmenes y acero, Jared Diamond).
Objetivo 10: Reducir inequidades
«Vamos ahora a instaurar el período de simpatía por el hombre que trabaja en los campos, en los talleres, en los cuarteles, en el comercio. Vamos a equiparar el hombre con el hombre. Vamos a despojarnos del miedo culpable a las ideas generosas. Vamos a agregar la justicia y la felicidad al orden, porque de nada nos sirve el orden a base de injusticia y de humillación. Vamos a revalorar cívica y legalmente a todos los hombres que habitan la república. Y lo vamos a lograr de común acuerdo, sin violencias, sin exigencias torpes, sin mezquindades ni usuras» (discurso en la presidencia, Juan José Arévalo).
Objetivo 11: Ciudades y comunidades sostenibles
«… y la subasta por la mañana los griegos y los judíos y los árabes y quién sabe Dios quién más de todos los rincones de Europa y Duke Street y el mercado de aves todas cloqueando delante de Larby Sharon y los pobres burros sueltos medio dormidos y aquellos hombres imprecisos en sus capas dormidos a la sombra en los escalones y las grandes ruedas de las carretas de bueyes el viejo castillo con miles de años sí y aquellos guapos moros todos de blanco y con turbantes como reyes invitándote a que te sentaras en sus pequeñas tiendas y Ronda con las viejas ventanas de las posadas 2 ojos que miran una celosía oculta para que el amante bese la reja y los ventorrillos medio abiertos por la noche y las castañuelas y la noche que perdimos el barco en Algeciras y el sereno de un sitio para otro sereno con su farol y O aquel abismal torrente O y el mar el mar carmesí a veces como fuego y las puestas de sol gloriosas y las higueras en los jardines de la Alameda sí y todas aquellas callejuelas extrañas y las casas de rosa y de azul y de amarillo y las rosaledas y los jazmines y los geranios y las chumberas y el Gibraltar de mi niñez cuando yo era una flor de la montaña sí cuando me ponía la rosa en el pelo como hacían las muchachas andaluzas o me pondré una roja sí y cómo me besaba junto a la muralla mora y yo pensaba bien lo mismo da él que otro y entonces le pedí con la mirada que me lo pidiera otra vez sí y entonces me preguntó si quería sí decir sí mi flor de la montaña y al principio le estreché entre mis brazos sí y le apreté contra mí para que sintiera mis pechos todo perfume sí y su corazón parecía desbocado y sí dije sí quiero sí» Trieste-Zúrich-París (Ulises, James Joyce).
Objetivo 12: Consumo responsable y producción
«De la puerta del ala derecha empezaron a llegar voces anunciando que ya no quedaba sitio, que todas las salas estaban llenas. Hubo incluso ciegos que fueron empujados de nuevo hacia el zaguán, exactamente en el momento en que, deshecho el tapón humano que hasta entonces atrancaba la entrada principal, los ciegos que todavía estaban fuera, que eran muchos, empezaban a avanzar acogiéndose al techo bajo el cual, a salvo de las amenazas de los soldados, irían a vivir. El resultado de estos dos desplazamientos, prácticamente simultáneos, fue que se trabó de nuevo la pelea a la entrada del ala izquierda, otra vez golpes, de nuevo gritos, y, como si esto fuese poco, unos cuantos ciegos despistados, que habían encontrado y forzado la puerta del zaguán que daba acceso directo al cercado interior, empezaron a gritar que allí había muertos. Imagínese el pavor. Corrían en vano. Uno tras otro se fueron todos quedando ciegos, con los ojos de repente ahogados en la hedionda marea blanca que inundaba los corredores, las salas, el espacio entero. Fuera, en el zaguán, en el cercado, se arrastraban los ciegos desamparados, doloridos por los golpes unos, pisoteados otros. Eran sobre todo los ancianos, las mujeres y los niños de siempre, seres en general aún o ya con pocas defensas. Milagro que no resultaran de este trance muchos más muertos por enterrar» (Ensayo sobre la ceguera, Saramago).
Objetivo 13: Acción climática
«La subversión de la flor se registra al mismo tiempo en los cuatro puntos cardinales: suquinayes, pitos y tamborillos tiñen las estribaciones serranas en las planicies del sur y las selvas del norte, en irrupciones sigilosas que a mediados de mes cubre el horizonte. Arriba, en la región transparente, el proceso culmina con el tiempo fugaz de retamas y duraznos. A través de la energía mecánica del viento y del trabajo físico de las abejas queda establecida, para el ciclo siguiente, la nueva geografía del polen» (Latitud de la flor y el granizo, Mario Payeras).
Objetivo 14: Vida marina
«... Al hombre guerrero lo sustituyó el hombre sabio. Una isla desierta del Pacífico le sirvió para establecer sus arsenales, y allí, con arreglos a sus planos, fue construido un submarino. La electricidad, de la cual, por medios que serán conocidos algún día, había sabido utilizar la inconmensurable fuerza mecánica y que sacaba de manantiales inagotables, fue empleada para todas las necesidades de su aparato flotante, como fuerza motriz, fuerza iluminadora y fuerza calorífica. El mar, con sus tesoros infinitos, sus minadas de peces, sus cosechas de algas y de sargazos, sus enormes mamíferos, y no solamente todo lo que la naturaleza mantenía en él, sino también todo lo que los hombres habían perdido, bastó para satisfacer ampliamente las necesidades del príncipe y de su tripulación, con lo cual pudo llevar a cabo su más vivo deseo, puesto que no quería tener ninguna comunicación con la tierra. Dio a su aparato submarino el nombre de Nautilus, y a sí mismo el de capitán Nemo, y desapareció bajo los mares. Durante muchos años el capitán visitó todos los océanos de un polo a otro. Paria del universo habitado, recogió en los mundos desconocidos admirables tesoros. Los millones perdidos en la bahía de Vigo, en 1702, por los galeones españoles, le proporcionaron una mina inagotable de riquezas, de las cuales dispuso anónimamente en favor de los pueblos que luchaban por la independencia de su país» (La isla misteriosa, Julio Verne).
Objetivo 15: Vida en la tierra
«Yo he sido Homero; en breve, seré Nadie, como Ulises; en breve, seré todos: estaré muerto» (El Aleph, Jorge Luis Borges).
«He registrado las arbitrariedades de Wilkins, del desconocido (o apócrifo) enciclopedista chino y del Instituto Bibliográfico de Bruselas; notoriamente no hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos qué cosa es el universo. “El mundo —escribe David Hume— es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios infantil, que lo abandonó a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra de un dios subalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la confusa producción de una divinidad decrépita y jubilada, que ya se ha muerto” (Dialogues Concerning Natural Religion, V. 1779). Cabe ir más lejos; cabe sospechar que no hay universo en el sentido orgánico, unificador, que tiene esa ambiciosa palabra. Si lo hay, falta conjeturar su propósito; falta conjeturar las palabras, las definiciones, las etimologías, las sinonimias, del secreto diccionario de Dios» (El lenguaje analítico de John Wilkins, Jorge Luis Borges).
«La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata. […] La vida misma, cada momento de ella, cada gota de ella, aquí en este instante, ahora, en el Sol, en Regent’s Park, fue suficiente, de hecho, demasiado. […] Solo Dios sabe por qué la amamos tanto, por qué la vemos como la vemos, inventándola, construyéndola a nuestro alrededor, derribándola a cada momento; porque hasta las mujeres menos atractivas que pudiera imaginarse, los desechos más miserables que se sentaban en los umbrales de las puertas (derrotados por la bebida) hacían lo mismo; estaba totalmente convencida de que ninguna ley lograría dominarlos, y por esa misma razón: la de que ellos amaban la vida» (La señora Dalloway, Virginia Woolf).
Objetivo 16: Paz, justicia e instituciones fuertes
«Volveremos nuestros ojos y nuestras manos a la organización de la familia para reestructurar desde sus raíces la unidad colectiva fundamental. Liberaremos y protegeremos los oficios y las profesiones sin interesarnos particularmente en los bienes de un determinado individuo. Vitalizaremos y protegeremos la agricultura, la economía de las distintas regiones de la república. Liberaremos y protegeremos al obrero sin perseguir ni dañar a los patronos. Liberaremos a la niñez, a la adolescencia y a la juventud de todas las trabas que la ignorancia y la maldad de los adultos y los gobernantes les han impuesto siempre. Liberaremos a la mujer de la servidumbre social en que vive para encuadrarla en una nueva moral y en una nueva relación de colaboración con el hombre. Liberaremos y protegeremos a los empleados públicos para que el hongo del servilismo y la cobardía no disminuyan las jerarquías personales de tanto honesto servidor del Estado [...] Liberaremos y protegeremos al capital guatemalteco para que, en honesta competencia con el capital extranjero, presten a los trabajadores de la república los servicios que pueden y deben dar» (Escritos políticos, Juan José Arévalo).
Objetivo 17: Alianzas para los objetivos
«Así y todo, no podemos ver con indiferencia la situación en extremo preocupante producida por la tensión mundial, pues cerrar los ojos a este hecho sería necedad o hipocresía. […] La paz que andamos buscando a tanteos y en menudas sociedades locales, en grupos generosos pero inválidos, debería salirnos entera y rápida de aquellas Naciones Unidas creadas para tal misión. […] Pero tal vez allí seguimos siendo angostamente nacionales, y flacos, a causa de que la unidad de nuestros pueblos no llega a su sazón y apenas si parece pergeñada, y es que no tomamos aún la posesión de nuestra potencia plural y nos falta fe en nosotros mismos y la verificación de la propia potencia. En bien de nosotros y del mundo, la fusión de los pueblos latinoamericanos debería ser apresurada en este momento que es de soluciones vertiginosas y de decisiones drásticas de nuestros destinos» (Gabriela Mistral, revista Repertorio Americano, Puerto Rico, 1950).
Este recorrido me ha devuelto al inicio, al sentido profundo de creer en un secreto diccionario del universo, en el cual cada letra, cada silencio, cada punto, cada coma y cada palabra contienen el Todo. A partir de 17 objetivos (que podrían ser uno solo llamado amor) se ha soñado con un mejor mundo. Un mundo nuestro. Mundo exorcizado por los escritores y las escritoras de siempre. Bienvenida la Filgua 2016, milagro irreductible de esta Guatemala que comienza a caminar con paso firme.
Carolina Escobar Sarti
Guatemala, 9 de junio de 2016
Discurso de lanzamiento oficial de la Filgua 2016
[1] Hay que recordar que, según Z. Zorich, en El Mirador hay un panel que contiene representaciones del Popol Wuj. En él, un relieve que decora la pared de un conducto por medio del cual los mayas canalizaban agua de lluvia. Cada plaza y cada techo eran hechos para encauzar el agua a los centros de recolección. Tenían un sistema de recolección de agua que hizo de El Mirador un centro de poder.
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