Ir

Con datos: así fluctúa en el Congreso la fuerza de la alianza oficialista de Semilla

Nineth Montenegro: «La alianza es frágil y parece que se basa más en intereses, no en una agenda de beneficio para Guatemala»
Tipo de Nota: 
Artículo

Con datos: así fluctúa en el Congreso la fuerza de la alianza oficialista de Semilla

Palabras clave
Historia completa Temas clave

En sus primeros 100 días de trabajo, la alianza oficialista del Congreso recibió un apoyo vacilante de las 16 bancadas. En 18 rondas de votación analizadas por Plaza Pública, la coalición dirigida por el Movimiento Semilla anotó 14 goles a la oposición. Estos rivales políticos del Ejecutivo se fortalecieron en el último mes y podrían complicar el avance de la agenda legislativa que puede impulsar el  presidente Bernardo Arévalo.

«¡Esooo! ¡Esooo! ¡Todo por la gobernabilidad de nuestro querido país, mi gente!», gritó desde su curul el diputado Esduín Jerson Javier Javier, mejor conocido como Tres Quiebres, cuando la planilla propuesta por el Movimiento Semilla ganó la Junta Directiva del Congreso para el período 2024-2025.

Faltaban unas tres horas para que terminara el 14 de enero. El legislador, señalado de lavado de dinero, abrazó a los parlamentarios que encontró cerca de su asiento para celebrar la victoria del nuevo oficialismo en el hemiciclo. Parecía un fanático de un equipo de futbol. Su voto, junto al de 91 congresistas más—algunos de partidos criticados por Semilla en la legislatura anterior—, permitió que el diputado Samuel Pérez juramentara esa misma noche a Bernardo Arévalo como el nuevo presidente de Guatemala.

[relacionadapzp1]

La fuerza de la alianza legislativa negociada por Semilla ha fluctuado en los 100 días posteriores a esa ceremonia. Las risas y los aplausos ya no resuenan en el Palacio Legislativo cada vez que el partido gobernante intenta aprobar un proyecto de ley. Ni siquiera Javier festeja cuando sus colegas avalan iniciativas impulsadas por el grupo oficialista.

Para analizar cómo ha variado ese apoyo inicial en esos tres meses de legislatura, Plaza Pública revisó los 323 eventos de votación en el hemiciclo y detectó 18 que pudieron representar una negociación de fuerzas en el Congreso, el resto son más protocolarios como aprobación de actas, orden del día o disposiciones que no representaron una pugna política.

De esas 18 rondas estudiadas y que despertaron discordia entre los bloques parlamentarios, el pacto liderado por Semilla se impuso en 14 ocasiones. De enero a abril, consiguió los votos favorables de la mayoría de los diputados en el 78 % de las batallas contra la oposición, pero tres de sus cuatro derrotas ocurrieron en el último mes.

Para este análisis, Plaza Pública excluyó las votaciones de trámite —como las que buscan validar la agenda del día— y los proyectos que no suscitaron debates entre los legisladores, como la Ley de Atención Integral Contra el Cáncer. Este decreto, por ejemplo, fue aprobado con mayoría absoluta y de urgencia nacional.

En los últimos tres meses, el pulso en el que el oficialismo logró reclutar a más diputados en su equipo fue la aprobación de la  Ley de Tarjetas de Crédito. Se aprobó el 6 de febrero con 133 votos a favor.

[relacionadapzp2]

Un mes después, la oposición anotó su primer punto en el marcador al conseguir el visto bueno de 94 legisladores para asignar 70 millones de quetzales del presupuesto anual a la Asociación Nacional de Bomberos Municipales Departamentales (Asonbomd). Los oficialistas se opusieron por dudar del «destino final» de los fondos.

Los otros tres goles de la cuadrilla opositora ocurrieron el 11 de abril, en una misma sesión parlamentaria. El pleno rechazó tres veces el estado de Calamidad que un día antes declaró el presidente Arévalo para combatir los incendios forestales que asediaban al país. En la primera ronda —para ratificar el régimen de excepción—, Semilla perdió por seis votos. En la última —para finalmente improbarlo—, perdió por 30.

[embedpzp1]

En esas tres discusiones sobre el estado de Calamidad, Vamos fue el verdugo de Semilla: fue la bancada que más se opuso a permitir que el gobierno atendiera la emergencia con esa disposición legal, la cual permite a los funcionarios realizar compras sin filtros burocráticos.

Según el análisis que realizó Plaza Pública en los 18 eventos de votación, de las tres bancadas mayoritarias, Vamos es también la que menos se ha alineado con las propuestas del pacto oficialista. Solo el 25 % de los votos emitidos por parlamentarios del gobierno anterior han coincidido con la posición de Semilla en el pleno. Los de la UNE han correspondido en un 65 % y  los de Cabal, en un 60%.

[embedpzp2]

Los roces entre ambos grupos no solo salen a flote dentro del Palacio Legislativo. Una semana después de rechazar el régimen de excepción, Vamos anotó otro gol: la Corte de Constitucionalidad (CC) le otorgó un amparo definitivo y mantuvo como independientes a los congresistas electos por Semilla. Esta resolución judicial impide que estos diputados puedan presidir las comisiones de trabajo del Congreso o integrar la Junta Directiva —como sí pudieron hacer para el cambio de mando—.

Los representantes oficialistas habían estado excluidos de la cúpula del Legislativo desde finales de enero, cuando la CC afirmó provisionalmente que ningún parlamentario de la organización política del gobierno podía ocupar ese espacio por una investigación del Ministerio Público. La fiscal general Consuelo Porras, señalada de corrupción en 42 países, sospecha que el partido falsificó firmas para inscribirse en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) antes de las elecciones generales de 2023.

[relacionadapzp3]

Al quedar atado de manos, el Movimiento Semilla decidió ceder sus dos sillas en la directiva —que en la toma de posesión fueron ocupadas por Samuel Pérez y Andrea Villagrán— y las entregó a Nery Ramos, de Azul, y a Karina Paz, de VOS. La nueva nómina recibió 114 votos a favor en el pleno y fue planteada por la propia Villagrán.

[embedpzp3]

Aunque recibieron el aval de los legisladores de Semilla, no todos los integrantes de la Junta Directiva se han alineado con el oficialismo. De acuerdo con la recopilación de datos que realizó este medio de enero a abril, el primer diputado del grupo que se desmarcó de Semilla fue Juan Carlos Rivera, del bloque Victoria. A finales de enero, rechazó un punto resolutivo —una declaración del Congreso— que reconoció al pueblo guatemalteco por defender los resultados de los comicios de 2023.

En estos tres meses, solo en una ocasión ninguno de los miembros de la directiva le dieron la mano al oficialismo. En el debate sobre la asignación presupuestaria a la Asonbomd, todos los miembros votaron en favor de la medida promovida por la oposición. Solo uno estuvo ausente.

En las 18 votaciones, el congresista de la Junta Directiva que menos se ha plegado a Semilla es Nery Manfredo Rodas, quien antes de militar en Cabal fue parlamentario del partido Líder, fundado por Manuel Baldizón —sentenciado en Estados Unidos por narcotráfico—. El que más se ha volcado con el oficialismo es Darwin Alberto Lucas, reelecto por la UNE.

[embedpzp4]

A criterio de Rubén Hidalgo, director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), los cambios en el apoyo a la alianza oficialista del Congreso dificultan el trabajo del Organismo Ejecutivo, encargado de poner en marcha proyectos de desarrollo para el país con base en las leyes.

«La alianza es frágil y parece que se basa más en intereses, no en una agenda de beneficio para Guatemala. Por ejemplo, aunque no necesariamente con el estado de Calamidad se resuelven los incendios, un interés para no aprobarlo pudo haber sido desgastar al gobierno y querer que no quede bien con la población», opina Nineth Montenegro, quien fue diputada durante 24 años.

[frasepzp1]

Ambos especialistas coinciden en que Semilla debe modificar su discurso político en el hemiciclo para lograr el respaldo de todas las bancadas. Hidalgo propone una manera: «Percibo que les hace falta diálogo con los demás partidos. Librarse de la narrativa que descalifica a los demás compañeros y solo los tilda de corruptos [...] porque eso genera fisuras enormes».

Así concluye el politólogo: «En la medida en que prevalezcan los intereses o protagonismos particulares de bancada y no se privilegien los intereses del país, lo único que hacemos es entorpecer el rescate de Guatemala. Hoy lo vemos con una medida de excepción, pero en un futuro cercano lo podríamos ver con el presupuesto, las leyes de salud o las de seguridad».

Autor
Edición
Autor
Edición