Una propuesta de este calibre, como seguramente habrá muchas más en el transcurso de la campaña electoral, deja mucho en que pensar. Especialmente, nos hace reflexionar sobre el tipo de políticos que pretenden gobernar el país, la profundidad de sus propuestas y los partidos políticos que los respaldan.
Manuel Baldizón y su partido ejemplifican nuestra triste realidad política. Líder es un partido que surge de una fragmentación. Se ha desenvuelto sin tener un fundamento ideológico, sin desarrollar una propuesta programática y estratégica de corto, mediano y largo plazos, sin la formación y fortalecimiento de sus cuadros a niveles local, departamental y nacional.
Gira alrededor de un líder o caudillo —Baldizón— personaje que ha transitado por diversos partidos y que finalmente funda el propio para hacer y deshacer a su antojo, como muchos otros caudillos lo han hecho.
La idea de pensar en que Guatemala pueda ir a un Mundial, indudablemente, entusiasmará a muchos. Sin embargo, no tiene sentido entusiasmar a miles de aficionados si las probabilidades reales de ir son muy lejanas, ya que las condiciones no están dadas. Lo que sí tiene sentido en una campaña electoral donde compiten partidos y candidatos como los que tenemos, es utilizar mentiras, crear esperanzas y prometer lo imposible con el objeto de ganar votos.
¿Por qué sucede esto? Simplemente, porque la mayoría de partidos y candidatos no tienen nada más que ofrecer, no tienen planes y programas fundamentados en el conocimiento real del país, construidos en conjunto con la población y con propuestas claras a los problemas que nos aquejan. No tienen ideologías que sostengan estos planes y programas. No tienen más que intereses y objetivos personales o sectoriales que, obviamente, no pueden decir a viva voz, por lo que inventan y prometen todo lo que estamos desde ya escuchando.
Sin embargo, por el otro lado, tenemos ciudadanos sin una verdadera conciencia y formación cívica (me refiero a aquellos que han tenido la oportunidad de formarse), y ciudadanos que, dadas las condiciones de pobreza y desigualdad, no tienen verdaderamente la oportunidad de ejercer una ciudadanía conciente y efectiva. Estos últimos son la mayoría.
Baldizón y su partido son un ejemplo de lo bajo que hemos caído en cuanto a la clase política que nos representa. Si una de sus propuestas iniciales de campaña es llevar a la Selección al Mundial, no quiero imaginar qué otro tipo de incoherencias podrán salir en el transcurso de la campaña.
Guatemala necesita políticos y políticas que debatan sobre los verdaderos problemas del país, problemas estructurales que tienen a la mayoría de la población en la pobreza, el hambre y el olvido, mientras que unos cuantos acumulan la riqueza de la nación. Guatemala necesita propuestas de cambios radicales para que en otras condiciones de desarrollo, y quizás en unas cuantas décadas, sí podamos ir al Mundial como resultado de nuestro progreso como sociedad y como país.
Más de este autor