Soda Stereo es la banda que define el rock en español como lo conocemos ahora. Nada podía hacer imaginar eso en los ochenta, con ese look que evocaba a The Cure y que parecía augurar nada más que un éxito pasajero.
Sin embargo, en algún momento de 1985, Cuando pase el temblor, segunda canción del álbum Nada personal, se convirtió en un himno. Y el éxito estaba allí, detrás de ese video grabado en un paisaje de altiplano andino. Los Soda Stereo construyeron una identidad musical que trascendió las fronteras argentinas. Conciertos abarrotados en Ecuador, Chile, México o Venezuela se dieron con multitudes que deliraron con Corazón delator, De música ligera, Zoom o Ella usó mi cabeza como un revólver.
Entre Nada personal (1985), Canción animal (1990), Dynamo (1992) y especialmente Sueño stereo (1995) podemos encontrar la evolución de una banda que nació de una fusión entre el new wave y el ska y terminó por explorar las fronteras de la neopsicodelia. Rolling Stone define Sueño stereo como un «exquisito canto de cisne» y ubica este álbum como el cuarto más importante en la historia del rock en español.
En el camino, Confort y música para volar (1996) desafió el concepto de los conciertos desenchufados, con un producto del cual se recuerda la intervención de Andrea Echeverri en En la ciudad de la furia, en una interpretación que tiene tantos seguidores como detractores (estoy entre los últimos).
La carrera de Cerati no se detuvo luego de Soda Stereo. En ese lapso, entre 1997 y 2011, quedan álbumes como Bocanada (1999), Siempre es hoy (2002) y Ahí vamos (2006). En el recuerdo queda como anécdota la frustrada colaboración con Charly García que este convertiría en el genial Tango 4 y la gira Me Verás Volver en 2007, que reunió a más de un millón de personas.
Bocanada es considerado por algunos como el mejor álbum de Cerati. Puente y Paseo inmoral son muestras de un sonido refrescante. Raíz es una muestra de genio. Ese genio que comenzó a apagarse en el accidente cerebrovascular del 15 de mayo de 2010, antes de un concierto en Caracas, y nos dejó el 4 de septiembre de 2014. La leyenda negra, que en este caso la cuenta la prensa rosa, habla de una combinación de viagra, cocaína, la relación con una modelo 20 años menor y la práctica de la asfixia erótica. Algo así como una prolongación de Juegos de seducción.
Me queda aún en la memoria esa noche en el jardín de casa en la 16 calle de El Zapote. El asado encendido, copas de vino que iban y venían, En la ciudad de la furia como música de fondo. R., entrañable y viejo amigo, con su acento porteño disparó a quemarropa:
«Vos, que parece que sabés algo de esto, ¿conocés a Los Redonditos? Eso era en serio, no esa mariconada de los Soda Stereo».
Punto fenomenal para el inicio de una conversación laberíntica, sin salida posible, mientras Cerati repite: «Sabrás ocultarte bien / y desaparecer…».
Más de este autor