Alguna coincidencia o similitud de nuestra sociedad con las alocuciones propuestas por el autor de este maravilloso diccionario, se recomienda dilucidarla en el entramado de la historia, particularmente entre los siglos XIX y XX, pues pareciera que, por momentos y a la luz de diversos hechos, estuviéramos viviendo en dichas centurias, por supuesto, con algunos resabios coloniales.
“Degradación, s. Una de las etapas del progreso moral y social que lleva de la humilde posición privada al privilegio político.
Demagogo, s. Adversario político.
Desmemoria, s. Don que otorga Dios a los deudores, para compensarlos por su falta de conciencia.
Destino, s. Justificación del crimen de un tirano; pretexto del fracaso de un imbécil.
Devoción, s. reverencia hacia el Ser Supremo, basada en su presunta semejanza con el hombre.
Diario íntimo, s. Registro cotidiano de aquellos episodios de la vida que uno puede contarse a sí mismo sin sonrojo.
Diccionario, s. Perverso artificio literario que paraliza el crecimiento de una lengua, además de quitarle soltura y elasticidad. El presente diccionario, sin embargo, es una obra útil.
Difamar, v. t. Decir mentiras sobre otro. Decir verdades sobre otro.
Diluvio, s. El primero y más notable de los experimentos de bautismo, que lavó todos los pecados (y los pecadores) del mundo.
Diplomacia, s. Arte de mentir en nombre del país.
Disculparse, v. i. Sentar las bases para una ofensa futura.
Discusión, s. Método de confirmar a los demás en sus errores.
Distancia, s. Único bien que los ricos permiten mantener a los pobres.
Disuadir, v. t. Proponer a otro un error mucho mayor que el que está a punto de cometer.
Duelo, s. Ceremonia solemne previa a la reconciliación de dos enemigos. Para cumplirla satisfactoriamente hace falta gran habilidad; si se practica con torpeza, pueden sobrevenir las más imprevistas y deplorables consecuencias. Hace mucho tiempo, un hombre perdió la vida en un duelo.
Economía, s. Compra del barril de whisky que no se necesita por el precio de la vaca que no se tiene.
Egoísta, s. Persona de mal gusto, que se interesa más por sí mismo que por mí.
Egoísta, adj. Quien no respeta el egoísmo de los demás.
Elector, s. El que goza del sagrado privilegio de votar a un candidato que eligieron otros.
Elocuencia, s. Arte oral de persuadir a los tontos de que lo blanco es blanco. Incluye el don de hacer creer que cualquier color es blanco.
Elogio, s. Tributo que pagamos a realizaciones que se parecen a las nuestras sin igualarlas.
Embriagarse, v. tr. Celebrar con el debido ritual el nacimiento de un respetable dolor de cabeza.
Epitafio, s. Inscripción que, en una tumba, demuestra que las virtudes adquiridas por la muerte tienen un efecto retroactivo.
Ermitaño, s. Persona cuyos vicios y locuras no se ejercen en sociedad.
Erudición, s. Polvo que sale de un libro para caer en una cabeza hueca.
Escrituras, s. Los sagrados libros de nuestra santa religión, por oposición a los escritos falsos y profanos en que se fundan todas las otras religiones.
Espejo, s. Cristal plano sobre el que aparece un efímero espectáculoque produce desilusión al hombre.
Evangelista, s. Portador de buenas nuevas, particularmente (en sentido religioso) las que garantizan nuestra salvación y la condenación del prójimo.
Excentricidad, s. Método de distinción tan vulgar que los tontos lo usan para acentuar su incapacidad.
Exilado, s. El que sirve a su país viviendo en el extranjero, sin ser un embajador.
Extinción, s. Materia prima con que la teología creó el estado futuro.
Famoso, adj. Notoriamente miserable.
Fanático, adj. Dícese del que obstinada y ardorosamente sostiene una opinión que no es la nuestra.
Favor, s. Breve prólogo a diez volúmenes de exigencias.
Fe, s. Creencia sin pruebas en lo que alguien nos dice sin fundamento sobre cosas sin parangón.
Felicidad, s. Sensación agradable que nace de contemplar la miseria ajena.
Ferrocarril, s. El principal entre los medios mecánicos que nospermiten alejarnos de donde estamos hacia donde no estaremos mejor. El optimista lo prefiere por su rapidez.
Fiador, s. Tonto que poseyendo bienes propios se hace responsable de los que otro confía en un tercero.
Filántropo, s. Anciano caballero, rico y generalmente calvo, que ha aprendido a sonreír mientras su conciencia le roba los bolsillos.
Filosofía, s. Camino de muchos ramales que conduce de ninuna parte a la nada.
Finanzas, s. Arte o ciencia de administrar ingresos y recursos para mayor beneficio del administrador.
Frontera, s. En geografía política, línea imaginaria entre dos naciones que separa los derechos imaginarios de una, de los derechos imaginarios de la otra.
Funeral, s. Ceremonia mediante la que demostramos nuestro respeto por los muertos enriqueciendo a las funerarias, y aumentamos nuestra congoja mediante gastos que intensifican nuestros gemidos y duplican nuestras lágrimas”.
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