Falcone, en un acto de valentía y areté, declaró a los medios noticiosos que si abandonaba Sicilia entonces toda la lucha contra la mafia sería un absurdo: La deuda de sangre que él había contraído con la mafia, estaría dispuesta a pelearla hasta el último.
Pero Calderón no es ningún héroe, ni titán, ni tampoco tiene la gallardía de Falcone o la correspondencia de Sócrates.
En las apariciones públicas, los medios de comunicación deben de hacer...
Falcone, en un acto de valentía y areté, declaró a los medios noticiosos que si abandonaba Sicilia entonces toda la lucha contra la mafia sería un absurdo: La deuda de sangre que él había contraído con la mafia, estaría dispuesta a pelearla hasta el último.
Pero Calderón no es ningún héroe, ni titán, ni tampoco tiene la gallardía de Falcone o la correspondencia de Sócrates.
En las apariciones públicas, los medios de comunicación deben de hacer invisible –al máximo– los reproches y los gestos de rechazo en cada comunidad que visita. En última visita a Guadalajara, fue increpado sobre ¿Cuántos muertos más serían necesarios? para justificar su estrategia de seguridad. Luego de mi personal visita a Ciudad Juárez, me queda claro que nadie tiene deseo alguno de ver al Presidente o escuchar sus dichos sobre cómo ¨la guerra se va ganando. ¨ Arrogantemente en un acto público para entregar subsidios a campesinos de ingresos bajos, recriminó a una mujer (maestra pública) por haberse metido en el programa de ayuda cuando su salario es superior al establecido para recibir el subsidio. ¨Señora, déjeme de hablar que tengo que trabajar por todos los mexicanos¨, y acto seguido el coro de acarreados aplaudió al titán… cito de México. Se le olvida al Presidente que la miseria, la marginación, y la desesperación tienen muchos rostros.
¨Dejar libre y sueltos a los criminales no es una opción¨ gusta afirmar a gritos el Presidente cada vez que se le encara por los fallos en su estrategia.
Y, a pesar de ello, nunca ha dado la cara o la explicación justificada a quienes con seriedad y evidencia reparan en las complicidades de la administración panista y el Cartel de Sinaloa. Desde mucho antes del advenimiento de Felipe Calderón al Ejecutivo mexicano, el panismo en el poder había sabido favorecer a los grupos conformantes del Cartel de Sinaloa. La extinta AFI cazaba Zetas a favor de los Beltrán-Leyva así como arropaba los sucesivos encuentros de los grandes capos que sucedían en total impunidad en el humo (slang del narco para referirse al Distrito Federal). El ¨accidente¨ de Juan Camilo jamás recibió una explicación congruente ante los testigos que afirman haber visto una bola de fuego en el cielo, el ¨otro accidente¨ el de Blake Mora sigue sin aclararse. Las acusaciones de corrupción y complicidad con el crimen organizado hacia García-Luna se han quedado en el tintero. Otro hecho interesante de la administración Calderón es celebrar públicamente el abatimiento de capos contrarios al Cártel de Sinaloa: Celebró en su cuenta de Twitter la muerte de Arturo Beltrán-Leyva, el apresamiento de la Barbie, pero no así la muerte de Ignacio ¨Nacho¨ Coronel, rey de la droga sintética y tercero de abordo en la organización de Sinaloa. El panismo no se depuró antes de decidir militarizar y, al igual que el régimen del PRI, tuvo y tiene a su cártel preferido. No sorprende, entonces, las afirmaciones del expresidente Fox por ¨administrar y negociar ¨ con los Cárteles.
Esta guerra mal llamada ¨la guerra contra las drogas¨, no es una guerra sin sentido porque la droga se hará legal algún día. Es una guerra con sentido: El sentido de proteger las plazas sinaloenses y debilitar a los enemigos de estos. Calderón no es inocente, y lo sabe. Por eso huirá. Ante la opinión pública se presenta como el presidente sufriente que sólo hizo lo mejor para su pueblo, cuando su pueblo jamás le pidió sacar a los militares del cuartel pues mucho había costado en México hacer entender la primacía de lo civil y los abusos del estamento militar. El Estado mexicano con Calderón sigue estando tan coludido con el narcotráfico como en las mejores épocas del PRI.
Pero recordemos que en el mundo antiguo, el peor castigo era el exilio. Pues le viene bien.
Pero que sea esto también lección para otros gobiernos en la región que hablan de nubes de militarización con la gran amenaza zeta, pero se hacen los ciegos ante operadores financieros sinaloenses en su terreno. Basta y sobra con un Calderón.
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