Mayo en Guatemala. Los vientos frescos nos traen buenas noticias y nuestro paladar cada vez es más exigente. A pesar de todas las malas noticias fruto de las acciones corruptas de algunos funcionarios de gobierno y de la violencia que parece ser el “pan nuestro de cada día”, es recomendable aprender cómo se prepara un genocidio chapín, platillo obligado para estas semanas añoradas en nuestro país de la Eterna Primavera.
Ingredientes
Divida a los guatemaltecos en tres grupos. A los primeros, hágales creer que a pesar de haber nacido en Guatemala, son distintos del resto de “indios” de a pie, y por lo tanto deben aprovecharse de los recursos del país creando alianzas con empresas extranjeras, véase la historia de la United Fruit Company y la minera canadiense Tahoe Resources, incluyendo el favor del gobernante de turno y de las fuerzas armadas para defender tales intereses. Al segundo grupo, agréguele una fuerte dosis de racismo y dele un empleo estable en una empresa con vacaciones fuera del país. De esa manera conseguirá que hagan todo lo posible por callar las injusticias y actos de corrupción que presencien, so pena de perder la fuente de ingreso que les permita almorzar un “shuco” en El Ejecutivo. Y al tercer grupo engáñelo diciendo que la tierra en la cual nacieron los abuelos de sus abuelos no les pertenece y que por no hablar español o no ser “cheles”, su fotografía pintoresca únicamente se hace necesaria para eventos y atracción turística.
No olvide que debe preparar unos cuantos guatemaltecos en escuelas especiales (de las Américas), para que pierdan sabor y se les reconozca por lo agrio de su olor.
Preparación
Escogemos la olla en la cual vamos a meter a todos los guatemaltecos indefensos, mujeres embarazadas, niños y ancianos y los destrozamos con técnicas traídas de Estados Unidos, léase “tierra arrasada”. Procure utilizar en su mayoría cocineros chapines reclutados y entrenados. Cuando acabe con ellos, entierre los restos en lugares dispersos. Una vez termine, lávese las manos y cual arte de magia haga que el cocinero y meseros olviden lo sucedido, para que cuando les pregunten respondan que “no sabían y que no ordenaron nada”.
Sacamos de la vasija al primer grupo de guatemaltecos y los ponemos a refrigerar para que sus ideas se mantengan intactas, fruto de la prosperidad económica que han conseguido para ellos y sus amigos.
Por último, agréguele una buena dosis de amnesia para que agarre un tono colorido y triunfalista. Se recomienda servir con algunos actos folclóricos, en los cuales se intente demostrar que al gobierno y empresarios les interesa la cultura maya, sabiendo que al final lo único que persiguen es el excedente que quede.
Degustación
El genocidio chapín hay que servirlo bien caliente y se puede acompañar con coca cola.
Advertencia
Sepa que la receta, si bien es novedosa, tiene poco más de 30 años de estarse sirviendo. Lo extraño es que los cocineros no se acuerdan cómo la prepararon y lo bueno es que la señora Justicia clausuró el restaurante. Y debido a la indigestión nacional que ha provocado, se ordena que Nunca Más se repita tal genocidio chapín.
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