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La última trinchera de la UNE

“Quizá se fueron, se dispersaron hacía otros partidos, en los últimos años, pero ahora que Sandra Torres buscaba ser electa presidenta, regresaron. La red continuó vigente. La orden desde arriba era aceptarlos a todos de vuelta –como hijos pródigos— en el partido”
En el último bastión de la UNE, la elección de la presidencia no era demasiado relevante. “El presidente no importa”, decía un vecino de Cotzal. “Los gobierno apenas le importamos. Porqué nos debería de importar”, defendía una señora en Nebaj.
En una valla publicitaria de la UNE en Santa Cruz, El Quiché, se lee: "Por un Quiché con ¡Esperanza!"
Comunitarios de Chajul, El Quiché, esperan su turno para emitir su voto en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2015.
Un hombre Maya Ixil de Chajul, El Quiché, sella su huella digital durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Sandra Torres recibió el 53 % de los votos en El Quiché. Los programas sociales configuró el voto a favor de la candita de la UNE.
Manta de Jimmy Morales en la sede del Partido Patriota de Cotzal, El Quiché, donde se lee: "Patriotas apoyando a Jimmy Morales."
Juan Lopez Rodriguez, de Nebaj, El Quiché, vota durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2015.
Centro de votación en la municipalidad de Nebaj, El Quiché, para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Salón municipal de Nebaj, El Quiché, la sede electoral principal del municipio, a pocos minutos de cerrar.
Miembros de un centro de votación de Nebaj, El Quiché, llevan los resultados finales de una mesa por las calles del casco urbano rumbo al salón municipal.
Voto emitido para la UNE durante el conteo final en una de las mesas de la municipalidad de Nebaj, El Quiché. Sandra Torres, candidata de la UNE, perdió las elecciones nacionales pero ganó en Nebaj.
Simpatizantes del FCN-Nación en Nebaj, El Quiché, celebran la victoria de Jimmy Morales como nuevo Presidente electo de Guatemala pese a haber perdido a nivel municipal.
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La última trinchera de la UNE

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El último reducto de una estructura partidaria es un lugar desde donde se lucha a muerte por los votos, a todo o nada. Sobrevivir es lo que cuenta. Y más si se trata de la base social de un partido político que fue fuerte, muy fuerte, pero que ha empezado (irremediablemente) su descenso. La Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), durante la segunda vuelta electoral, ubicó sus últimos bastiones en dos departamentos: El Quiché y Alta Verapaz. Era el único apoyo en su batalla final contra del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), que obtuvo la presidencia.

En la región noroccidental y noroeste de Guatemala, cuando se habla de elecciones generales, hay una historia que siempre termina contándose como si fuera una leyenda que inicia con el clásico “había una vez…”. Y así, políticos, pobladores, alcaldes indígenas, encargados de sedes municipales de partidos políticos, cuentan que “había una vez” una gigantesca estructura partidaria que funcionó en 307 municipios de Guatemala, con poco más de 4 mil colaboradores, a los que llamaban “promotores y coordinadores”.

“Una red basta, monstruosa, funcional, una maquinaria bien aceitada, creada para conseguir votos”, dice Miguel de León Ceto, de la alcaldía Indígena de Nebaj, en Quiché.

Ahora, cuando recién se lleva a cabo el proceso para elegir presidente en segunda vuelta electoral, muchos aseguran que esta red continúa con vida. Que es parte fundamental para la existencia de varios partidos políticos en el área como Partido Patriota (PP), Libertad Democrática Renovada (Lider), Todos, y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

“La red está viva”, indica el alcalde municipal de Nebaj, reelecto por la UNE para el periodo 2016-2010, Pedro Raymundo Cobo, al iniciar con un breve análisis de la región norte de Quiché. “Aquí lo que vale, y lo hemos procurado, es que las personas recuerden los programas sociales. Es nuestra fuerza” añade el alcalde, más conocido en la región como Pap Lu.

La estructura de la que habla fue creada por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) en 2008 para hacerse cargo de los programas de inversión social (Bolsas Solidarias, Comedores Solidarios, Mi Familia Progresa, Escuelas Abiertas, Salud para Todos y Mi Comunidad Produce). A lo largo de los años, como explica Cobo, la red ha mutado, se ha reconstruido, ha cambiado de color, de partido político, pero a pesar de todo ha sobrevivido en muchas áreas de Quiché y Alta Verapaz.

Para la segunda vuelta electoral de 2015 esta red ha sido significativa, ha marcado el compás de las pugnas políticas. En el norte de Quiché, por ejemplo, Cobo refiere que las promotoras de los programas sociales son agentes que quedaron vivos. “Quizá se fueron, se dispersaron hacía otros partidos, en los últimos años, pero ahora que Sandra Torres buscaba ser electa presidenta, regresaron. La red continuó vigente. La orden desde arriba era aceptarlos a todos de vuelta –como hijos pródigos— en el partido”, añade el alcalde de Nebaj.

James Rodríguez

El mapa de resultados de la segunda vuelta electoral de 2015, de hecho da fe en buena parte de esta incidencia en el voto a partir de las redes que promovieron los programas sociales en el noreste y noroccidente de Guatemala. Los departamentos de Quiché y de Alta Verapaz fueron los únicos que votaron de forma diferente al resto de Guatemala. Votaron, en efecto, por la ex primera dama, Sandra Torres, que durante el gobierno de Álvaro Colom (2007-2011), creó los programas sociales a través de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la República.

Pero la batalla no fue tan sencilla para la UNE. Si bien las estructuras de los programas sociales funcionaron en estas regiones, el voto fue reñido, nada sencillo. Durante el conteo de votos, por momentos, todo parecía indicar que las bases sociales de Jimmy Morales, candidato del Frente de Convergencia Nación (FCN-Nación), y hoy el futuro presidente de Guatemala en 2016, había conseguido destruir la cohesión que había logrado la red de promotores de los programas sociales, sobre todo la imagen de Sandra Torres como su fundadora. Pero la red, de nuevo, resistió la embestida. Estas mismas estructuras fueron las que en 2011 consiguieron que la UNE se mantuviera con vida, sin candidato a la presidencia. Hoy vuelven a ser importantes, aunque sólo en dos departamentos de Guatemala.

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Según una investigación de Javier Fortín y Enrique Naveda, publicada por la Universidad Rafael Landívar, titulada ¿Inciden las transferencias condicionadas en las elecciones?, establece precisamente la relación entre el voto a favor de la UNE y la influencia de los programas sociales en las elecciones de 2011. Aunque hay muchas variables que pueden influir en la lealtad de un votante, sí se relacionan los estudios de 2011 con el voto obtenido por este partido en 2015, justamente en los departamentos de Quiché y Alta Verapaz. En la mayoría de los municipios que se pintaron de verde (UNE) en lugar de azul (FCN-Nación) para escoger presidente, el programa Mi Familia Progresa fue implementado desde el inicio del gobierno de Álvaro Colom. Todos estos municipios del norte de Quiché y Alta Verapaz fueron priorizados debido a los índices de extrema pobreza y pobreza que el gobierno de la UNE detectó desde el año 2007. Y, aunque luego el programa de transferencias se amplió a toda Guatemala, es en la región de Quiché y Alta Verapaz donde especialmente se invirtió más cantidad de fondos, por más tiempo. Fortín dice en su investigación: “Aunque por falta de información no es posible elaborar conclusiones concluyentes acerca de si Mi Familia Progresa se expandió siguiendo criterios programáticos o clientelares, indicios como éste sugieren que en la estrategia de focalización se integraron cálculos de índole electoral, especialmente en el año de elecciones”.“Entre lo urbano y lo rural las diferencias son históricas”, dice de León Ceto, en tanto analiza las diferencias que plantea el voto de esta región en contraste con el resto del país. Habla entonces de liderazgos, no cualquier liderazgo, sino uno capaz de coordinar con el Estado, como mediadores directos entre las comunidades y el gobierno, sin tener que pasar por el protocolo y burocracia de otras autoridades como el alcalde, la policía, los gobernadores... “Fue parte de lo que construyeron los programas. Liderazgos con capacidad de coordinar en contraste con otros liderazgos que forman una imagen a través del carácter y la prepotencia y la fuerza”, dice el representante de la alcaldía indígena.

—¿Tienen miedo de perder la presidencia?— se cuestionaba a Pedro Cobo, alcalde municipal, y coordinador regional de la UNE, un día antes de la segunda vuelta electoral.

—A nivel municipal no, claro que no. Hemos construido una base social amplia durante años. Es fuerte y está cohesionada. A nivel departamental, es más difícil. Tenemos (como partido) el apoyo de muchos alcaldes. Todos han sido bienvenidos. A nivel nacional es lo que nos preocupa. En Quiché, el otro partido (FCN-Nación) ha sido creado de la nada, con un candidato que nuestra gente ni conoce. Veo muy difícil que puedan ganar— argumentaba Cobo tranquilamente en la sede de la UNE.

El “outsider” y su séquito de neófitos seguidores

A lo largo de todo Quiché, durante la primera vuelta electoral, FCN-Nación apenas daba señales de vida,  tímidos intentos de arraigo e impulso. En los mapas estadísticos no era una fuerza a ser tomada en cuenta. El número de afiliados de FCN-Nación en toda esta área era mínimo: uno o dos en alguna aldea, ciento y pico en los cascos urbanos. Pero luego del 6 de septiembre, y en menos de dos meses el partido explotó, se expandió, aparecieron las sedes departamentales, las municipales, y apenas pudo darse abasto. De no ser una amenaza a la red de los programas sociales de la UNE pasó a ser un enemigo importante, fuerte, tanto como para invertir y apilar y luchar desde los últimos bastiones en el noroccidente y noroeste de Guatemala.

En Quiché, las sedes de FCN-Nación, en su mayoría son coordinadas por jóvenes, gente que apenas da sus primeros pasos en política. Ovejas en un mundo de viejos zorros, cuyo entusiasmo les valió continuar en el puesto una vez que el partido se colocó en el primer lugar de la primera vuelta electoral. Un momento en el que también los partidos perdedores se han acercado para negociar, para decirles, como lo cuentan los mismos integrantes del partido, que tienen la fórmula mágica para destruir las redes construidas a partir de los programas sociales de la UNE.

Elisa Noelia Pérez Arana, joven, estudiante de criminología en la Universidad Rafael Landívar, es secretaria de la sede departamental de FCN-Nación en Quiché e indica que luego de la primera vuelta el partido se ha intentado mantener “sano”, “saludable” en la región. “La dirigencia ha respetado que nosotros construimos este partido en estas zonas. Ha habido intentos por parte de Estuardo Galdámez, del PP (diputado reelecto por Quiché), de arrebatarnos el partido, de querer negociar, pero ha fracasado. Somos conscientes de que la estructura de la UNE ha sido fuerte. Pero hemos intentado dar a conocer el partido en casi todas las comunidades”.

El patrón “jóvenes-coordinadores-FCN-Nación” en Quiché y Alta Verapaz se ha tratado en todo caso de una vulnerabilidad. Lo explicaba el analista político, Renzo Rosal, en una entrevista para Plaza Pública: se trata de un partido pequeño, que no tiene bases y en consecuencia es vulnerable a la cooptación de partidos mayoritarios instalados previamente en territorios donde no tiene capacidad de control.

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Esto ya ha empezado a ocurrir en el norte de Quiché. Diego Lainez, también joven, coordinador y excandidato a alcalde de FCN-Nación en Nebaj tiene un tono preocupado cuando dice: “Todos los partidos se han peleado por nuestro candidato (Jimmy Morales), todos se nos han acercado. Pero sabemos que es por interés. Han sido enemigos de Sandra (Torres) y quieren utilizar el partido para su beneficio. La mayoría ha terminado apoyando a Jimmy pero sin nuestra autorización”, ríe.

Las alianzas, no obstante, no fueron permitidas dentro de FCN-Nación. Pero los partidos perdedores (PP, Lider, Todos), tanto en Quiché como Nebaj, Cotzal, Chajul, Ixcán, Cunén, Chicamán, como explica el abogado Francisco Velasco, excandidato a la alcaldía de Nebaj por Encuentro por Guatemala (EG), han dado su apoyo a Jimmy Morales únicamente para debilitar las estructura de la UNE. “No es un apoyo real, sino solo de oposición a lo loco”, indica Velasco.

James Rodríguez

Esta vulnerabilidad de FCN también tiene otra lectura en la región. “El área ixil ha sido golpeada por la guerra. Los que vivimos esos años sabemos lo que ocurrió. La forma de actuar del ejército. Lo que sucede es que los jóvenes (como los coordinares de FCN-Nación en el área) desconocen esta realidad, y no han comprendido que este partido tiene un pasado marcado por militares”, dice de León Ceto.

Ni Diego Lainez, como tampoco Pérez Arana, saben explicar a cabalidad los intereses del partido, más allá de la figura del candidato Morales. “Para ser honesto, yo nunca había escuchado de FCN-Nación, no sé de sus orígenes. Pero me interesaba tener una responsabilidad ante lo que sucede, ante la corrupción. Conocía, sí, a Jimmy Morales por la televisión. En sus programas (Moralejas) siempre dejaba un mensaje. Creo que eso es lo que más me interesó”, dice Lainez.

Al consultar a los jóvenes de FCN-Nación sobre cómo evalúan las estructuras de los programas sociales que han mantenido vigente a la UNE en sus regiones, y cómo plantear una estrategia para contrarrestar esta fuerza, se remiten a detallar la pobreza extrema y pobreza de las comunidades lejanas. “Es de lo que se han aprovechado. Los programas sociales continuarán, no sabemos muy bien cómo, pero están dentro de la Ley y deben realizarse”, dice Pérez Arana, aunque no lo ubique como una manera de hacer política partidaria, con bases sociales, y con posible conducción del voto.

En Quiché, Jimmy Morales perdió. Apenas perdió, según los datos aún no oficiales, con 46.93 % en contra del 53.07% de Sandra Torres de la UNE. En Alta Verapaz, con 44.30% frente a 55.70%.

Las últimas trincheras de la UNE han logrado salir avante. Desde Quiché y Alta Verapaz, incluso han votado de forma contraria a toda Guatemala. Jimmy Morales no ganó en estos departamentos, porque los programas sociales, como explican los vecinos, configuró el voto a favor de Sandra Torres.

El presidente no importa

Con poca afluencia a las urnas, con poco más del 40 % de abstención del voto, la elección del nuevo presidente de Guatemala en el área noreste y noroccidente del país se trató de una jornada aburrida, sin brillos, tampoco tensiones. En los centros de votación prevalecía –sobre todo en los que fueron previstos para las comunidades rurales— rostros de incertidumbre. Si se preguntaba a las personas si conocían a los personajes de las papeletas, sólo reían, pero luego decían que recordaban a Sandra, sus programas sociales, la comida, el dinero; y Jimmy, el nuevo presidente de Guatemala, en muchos lugares, era un desconocido.

—Sandra sí vino a vernos. El otro no vino. Saber quién es— decía una señora en uno de los centros de votación del municipio de Chajul.

James Rodríguez

En el último bastión de la UNE, la elección de la presidencia no era demasiado relevante. “El presidente no importa”, decía un vecino de Cotzal. “Los gobierno apenas le importamos. Porqué nos debería de importar”, defendía una señora en Nebaj.

Aún no están escritas todas las explicaciones sobre el sorpresivo triunfo de FCN-Nación, y se han barajado muchas respuestas sobre Sandra Torres y por qué nunca despegó. Pareciera que la UNE ganó en estos lugares donde aún hay quienes recuerdan un momento en el que el gobierno se acordó de ellos. Con todo en contra, parece desfallecer. Para esta región en concreto, una de las más golpeadas en el conflicto armado, podría ser que éste haya sido un tema que determinó el voto, aún sin conocer del todo la forma en que se construyó un partido como FCN-Nación y los militares detrás de este proyecto, pero no todos se acuerdan.

James “Jimmy” Morales fue ambiguo sobre la ruta que tomarán los programas sociales que ya el gobierno de Otto Pérez había diluido; en algunos espacios, —como los mítines en el campo— aseguraba que continuaría dando ayuda, en otros, —como el debate de la AGG— sugería que éstos deberían ser una asistencia puntual y por un período corto de tiempo.

Entonces, las    estructuras, los liderazgos creados a partir de los programas sociales de la UNE, una vez más, se moverán, mutarán, y ante ello, habrá que esperar si vuelven a configurar el voto y a los votantes como lo hicieron en estas elecciones de presidente en 2015.

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