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La multitud de periodistas rodea la salida de la candidata presidencial, Sandra Torres, después de haber votado en el colegio Valle Verde

¿La última derrota de Sandra Torres? Un proceso la espera a la vuelta de la esquina

«Ella significa una etapa en la UNE. Pero van a tener que venir otros tiempos», dice Taracena
La historia de la UNE pende de un hilo. Su futuro, más allá de la renovación y reestructura, está en manos del TSE.
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¿La última derrota de Sandra Torres? Un proceso la espera a la vuelta de la esquina

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Por segunda ocasión, Sandra Torres ha perdido la presidencia. Por segunda vez ha llevado al partido más grande y con 17 años en escena a la derrota frente a una organización nueva. Es la candidata que más lejos ha llegado nunca, pero ahora ella, la figura, la mujer fuerte de la UNE, parece no dar más. Su voto se estancó, y el partido que la colocó en el centro de su órbita debe reestructurarse y hacerla a un lado si quiere sobrevivir, y si la justicia electoral no termina de desmantelarlo. ¿Será su última caída? Un proceso por financiamiento ilícito la espera a la vuelta de la esquina.

Sandra Torres abandonó la escena pública el domingo a mediodía. Y como si se tratara de una señal de lo que ahora se viene para el partido, fue el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), la institución y no la candidata, el que salió a dar la cara tras este segundo fracaso electoral.

Óscar Argueta, diputado y jefe de campaña, y Carlos Barreda, también parlamentario e integrante del CEN, atendieron a los medios de comunicación en una breve conferencia de prensa en la sede del partido en la zona 10 capitalina junto a Karina Paz Rosales, también diputada reelecta. Sentados en una misma mesa, dos políticos experimentados y una parlamentaria joven eran los rostros que la UNE quería mostrar en ese momento decepcionante de su vida política. Acompañados de otros integrantes de la agrupación, que se colocaron a modo de batallón de respaldo, salieron a defender al partido. ¿Era una manera implícita y poco ortodoxa de decir que ahí empezaba la transición?

Andrea Godínez

Argueta fue el único que tomó la palabra. «El Comité Ejecutivo Nacional aquí presente, en pleno, decidió de manera institucional salir a dar esta conferencia de prensa para que sea la institución la que responda en este momento». Los dos diputados lucían serios, consternados, cansados. Paz Rosales tenía un semblante más relajado y sonriente.

Hubo agradecimientos por los votos recibidos (1,384,005), reconocieron el triunfo del presidente electo, Alejandro Giammattei (1,907,696), quien ya se había proclamado ganador minutos antes. No hubo palabras de confrontación. Nadie pronunció el discurso que Sandra Torres repitió hasta el cansancio, incluso en la mañana después de emitir su voto: «Giammattei es el candidato de Jimmy Morales».

No, los que hablaron por la UNE ofrecieron ser una oposición constructiva y propositiva en el Congreso, «para que el país salga adelante». Hubo una fugaz alusión a la ausencia de Sandra Torres: «nuestra candidata saldrá a dar las declaraciones pertinentes en el momento adecuado». 

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En la sede del partido había ojos llorosos. Nadia De León Torres, la hija y mano derecha de Sandra Torres, recibía abrazos y saludos. Era todo un funeral.

Carlos Raúl Morales y Sandra Torres se pronunciaron en sus redes sociales. Él lo hizo en la noche del domingo, para agradecer el apoyo durante la campaña y por los votos y luego para felicitar a Guillermo Castillo, el candidato vicepresidencial del partido Vamos. A las seis de la mañana del lunes 12 de agosto, la cuenta de Sandra Torres publicó un video recopilatorio de algunas giras en donde lucía sonriente, amada y vitoreada por sus seguidores. Sandra Torres parece, al menos en esas imágenes, lejos del fracaso.

Pero la derrota la golpeó sin aviso. En la UNE, sabían del antivoto, y por eso intentaron una campaña para mellarlo, tenían en cuenta que las encuestas (la de Fundación Libertad y Desarrollo y la de Prensa Libre) la colocaban por debajo de Giammattei. Pero en el partido mantenían la confianza. Una encuesta propia, realizada del 4 al 8 de agosto, por la costarricense Opol Consultores, destacaba un escenario de voto final con ventaja para Sandra Torres en 9.8 puntos sobre Giammattei.

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Quizá con esa previsión celebró un cierre de campaña en Mixco (con el alcalde Neto Bran ausente sin justificación), el viernes 9 de agosto.

«Ya ganamos. Hagan lo que hagan, digan lo que digan, el triunfo es nuestro», decía una Sandra confiada. En el éxtasis de la gloria, después de media hora de discurso, terminó por avivar más a la multitud que coreaba su nombre: «A los pobres y a los humildes los llevo en mi alma y los llevo en mi sangre».

De esa voz y entrega no queda más. A pesar de haber visitado cada municipio del país, de haber pactado con alcaldes electos y líderes de otros partidos políticos, la victoria no llegó. Con el 99.73% de las 21,099 mesas escrutadas al amanecer del lunes 12 de agosto, Giammattei superó a Torres por 15.9 puntos.

Simone Dalmasso

El diputado Argueta, el jefe de la campaña, no supo decir si la candidata podría ser de nuevo la apuesta del partido en una próxima elección.

Pero no parece previsible. En los últimos años, incluso las corrientes internas del partido más proclives a Torres sostenían que ella sería presidenta en 2020, o ya no lo sería.

Una candidatura estancada

Las elecciones ratificaron que el voto de Sandra Torres tiene un techo. Ganó en ocho de 22 departamentos, pero apenas en dos (Quiché y Alta Verapaz) con una ventaja significativa (42,112 y 59,932 votos respectivamente), mientras en los otros no superaba los 10,000. La capital rechazó notoriamente su candidatura.

«Una victoria, como una derrota, no es monocausal. Como partido habrá que ponernos a revisar en qué fallamos y hacer los ajustes que debamos hacer», decía Argueta el domingo por la noche. En su declaración, afirmó que «forzosamente» debían pasar «por una renovación partidaria».

Reunirse, decidir el futuro del partido y de la organización política. Esa es la ruta a seguir luego de la derrota. «Definir qué fue lo que pasó y no volver a cometer los mismos errores», explicó Argueta.

Andrea Godínez

¿Acaso la candidatura de Torres fue un error? La renovación de la que habla Argueta ya se había analizado en 2015, tras perder contra Jimmy Morales. Aquella discusión fracturó al partido. Un grupo pensaba que Torres no debía participar más, que había que dar espacio a otra figura. Otro sector la respaldaba. Entre los que pedían una renovación hace cuatro años estaba Carlos Menocal, el exministro de Gobernación en el gobierno de Álvaro Colom.

Días antes de las elecciones dijo a Plaza Pública que si Sandra Torres volvía a perder, su candidatura no tendría ya viabilidad. Menocal y Ronaldo Robles, quien fungió como Secretario de Comunicación Social de la Presidencia de Colom (ambos integrantes del CEN), renunciaron al partido en 2017. «El partido no gira entorno a una persona», dijeron al salir.

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La UNE ha participado en cinco contiendas. En la historia electoral del país, en la era de la democracia, Sandra Torres es la primera mujer que logra llegar a la segunda vuelta, y lo ha hecho dos veces. Solo ella, ha perdido en dos balotajes. Y aparte de Jorge Carpio frente a Jorge Serrano Elías, es la única candidata que ha perdido las elecciones tras habar ganado la primera vuelta.

¿Puede el partido sobrevivir sin ella? ¿O ella sin el partido? Mario Taracena, diputado reelecto, que lleva tres décadas como representante en el Congreso, dice que se debe reconocer que Sandra Torres ha dejado una huella en la UNE. Pero también considera que la UNE es un fenómeno político digno de análisis antropológico y sociológico.

Taracena dice que el partido tiene dos ventajas que pueden ayudarle a sobrevivir: respeta los liderazgos locales y tiene la posibilidad de llegar a las altas esferas (políticas).

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¿Y el futuro con Sandra? «Ella significa una etapa en la UNE. Pero van a tener que venir otros tiempos... Hay que pensar en una reingeniería en el partido para dar paso a cuadros jóvenes. Vamos a tener que irnos a un congreso probablemente, en el que se reoriente, se reubique el partido», expone.

El partido que Sandra Torres ayudó a fundar en 2002 y del que salió un presidente en 2007 ha sobrevivido a diferentes reveses. En 2008, con Álvaro Colom electo, sufrió la pérdida de 10 diputados. Manuel Baldizón compró voluntades para formar su propia bancada y alzarse él como el aspirante a la presidencia.

La UNE sobrevivió a esa fuga. Quedó reducida, pero en 2011 consiguió 48 escaños, pese a que Sandra Torres no pudo ser candidata porque la Corte de Constitucionalidad vio fraude de ley en su divorcio del entonces presidente.

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En 2015 logró 36 escaños y en 2019, 52.

El partido ha emergido de las cenizas de la derrota o el desmoronamiento más de una vez. Sandra Torres no siempre ha tenido un papel determinante en esos procesos. Al menos no públicamente. Su figura resurge en temporada electoral.

Quizá por eso, Argueta, con el peso de otra fallida elección presidencial, no dudó en decir: «En el Congreso somos la fuerza política más importante y lo que nos corresponde es ser serios como lo hemos sido siempre».

La fuerza de esa bancada fue la que sometió a la Contraloría para que le retiraran el finiquito a la exfiscal Thelma Aldana, a causa de la contratación supuestamente anómala del decano de Derecho de la Universidad de San Carlos, Gustavo Bonilla.

Esa bancada, bajo la dirección Orlando Blanco y Carlos Barreda, es la que debe sobrevivir sin Sandra. Tienen por delante la elección de magistrados de las Salas de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia, y ese será un pulso determinante para demostrar su influencia. Lo mismo cuando sea la discusión del presupuesto de la nación.

Simone Dalmasso

Dos batallas políticas que el partido deberá asumir sin candidata, sin presidencia, y con la sombra de un caso de financiamiento electoral no registrado por el cual el partido puede quedar cancelado.

La historia de la UNE pende de un hilo. Su futuro, más allá de la renovación y reestructura, está en manos del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Finalizado el proceso electoral, el caso vuelve al análisis del Registro de Ciudadanos, una instancia del TSE.

Si el tribunal cancela el partido, los 52 diputados electos para el periodo 2020-2024 quedarían huérfanos. Y, de acuerdo con la nueva ley Electoral y de Partidos Políticos, no podrían adherirse a ningún grupo: quedarían como independientes. Eso les debilita, pues les sustrae la posibilidad de dirigir comisiones, o de tener representación en la instancia de jefes de bloque.

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Sandra Torres también carga con el peso de una investigación penal en su contra. La Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) busca procesarla por el delito de asociación ilícita y financiamiento electoral de Q20 millones que no fueron reportados de la campaña que hizo en 2015. Ella se salvó de ser procesada en marzo de este año, porque el caso se presentó cuando ya tenía sus credenciales como candidata y eso le aseguraba inmunidad judicial.

Cuando los resultados de esta elección se oficialicen, el caso quedará reactivado y ella perderá la inmunidad. En medio de su silencio, Argueta es quien lidera la defensa del partido. Asegura que pasaron la auditoría y no hay razones para que los cancelen. Solo el tiempo y los procesos legales podrán confirmar o desechar esta afirmación.

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