Mis ojos se detienen en tres estantes llenos de CD y DVD. Colecciones de películas clásicas, discos de música pop en inglés, lo mejor de la trova en español, bossa nova, mornas de Cabo Verde, soundtracks que hicieron historia. Tenemos años de no usarlos, pero por alguna razón nos rehusamos a tirarlos a la basura. Allí están, amontonados en las repisas, guardando silencio desde hace años. La era digital los calló para siempre y los sentenció al olvido.
Vuelvo a mi ordenador y a la idea del artículo. Pienso en las noticias que nos han enfurecido. La canciller abogando por la impunidad y pidiendo con descaro que se vaya el comisionado de la Cicig. Argumenta razones técnicas, pero todos sabemos que se trata de intereses mezquinos. Por otro lado, el presidente Morales, su visita a Washington y el encuentro con su homólogo estadounidense. Una cita que terminó siendo un simple agradecimiento por el traslado de la embajada a Jerusalén, la recomendación de que la migración debe parar y la solicitud de que tiene que hacer algo para acabar con la corrupción y el narcotráfico.
Los cuadros de la realidad nacional parecen esos discos en las repisas. La reelección de la junta directiva del Congreso con casi los mismos integrantes de la anterior. Luego, la integración de las comisiones legislativas con parlamentarios controversiales y que han sido fuertemente cuestionados por la opinión pública. La ofensa de nombrar al diputado Aníbal Rojas para presidir la Comisión de la Mujer. Hay 28 congresistas mujeres y se opta por un hombre, que además ha defendido posturas conservadoras en relación con los derechos de las mujeres. No es que un hombre no pueda dirigir esta comisión, pero su designación representa la prepotencia y la visión conservadora imperante en el Congreso.
Me llegan alertas de iniciativas de ley que se quieren pasar en el Congreso y que pueden atentar contra la democracia y los derechos humanos. Reforma a la Ley de Organizaciones No Gubernamentales (iniciativa 5,257), creación de un procedimiento simplificado para casos de violencia sexual (iniciativa 5,385), reformas al Código Penal (iniciativa 5,266). Debemos estar atentos. Viene una embestida ingrata.
Levanto con desesperanza la mirada del ordenador. Alcanzo a ver el DVD de la película Bella de día, de Luis Buñuel. Catherine Deneuve interpreta a una joven recién casada que se zambulle en la prostitución matutina mientras su marido trabaja. De noche es la esposa atenta y fiel y de día prostituta. Ensimismada con ese argumento, vuelvo de golpe a mi artículo y a la política nacional. ¿Será que esto es lo que hacen nuestras autoridades con el pueblo de Guatemala? ¿Pretenden ser fieles y devotos, pero se venden por otros placeres más mundanos?
Tenemos que resistir. Pienso y volteo a ver los estantes repletos de CD y DVD. Allí, empotrados entre el polvo, parecen resistirse al cambio. La era digital ya los alcanzó, pero ellos no se han enterado. Son como esos diputados, políticos y empresarios que se aferran a las viejas prácticas corruptas y a valores conservadores que nos arrastran al siglo pasado. Este es un año de resistencia, dice Fernando Carrera. Vienen embates por muchos lados, y nosotros debemos estar preparados. Debemos ser necios. Tenemos que seguir luchando.
Pongo punto final a este artículo y, a modo de resolución, me levanto decidida. A partir de mañana me deshago de todos esos discos compactos que estorban y ocupan espacio. La era del cambio viene llegando.
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