Keneth solo tenía 4 años cuando dos mujeres, sus vecinas, decidieron retenerlo con la intención de venderlo. Dicen que incluso ya le habían cortado el pelo. El niño no dejó de llorar, y para que no se oyera alguien le contó al tribunal que pusieron música alta. Según el tribunal, fue torturado y golpeado hasta morir.
Las autoridades lo encontraron el 23 de diciembre, enterrado en la cocina de sus vecinas, en Jalapa. Keneth había salido a jugar frente a su vivienda. "Se fue a jugar a l...
Keneth solo tenía 4 años cuando dos mujeres, sus vecinas, decidieron retenerlo con la intención de venderlo. Dicen que incluso ya le habían cortado el pelo. El niño no dejó de llorar, y para que no se oyera alguien le contó al tribunal que pusieron música alta. Según el tribunal, fue torturado y golpeado hasta morir.
Las autoridades lo encontraron el 23 de diciembre, enterrado en la cocina de sus vecinas, en Jalapa. Keneth había salido a jugar frente a su vivienda. "Se fue a jugar a la casa de un amiguito, pero ya no volvió", dijo entre lágrimas su madre. El tribunal tardó solo tres días para escuchar, deliberar y condenar a las dos mujeres por este crimen.
Además de pasar tanto tiempo en prisión tienen que pagar Q500 mil como una especie de resarcimiento a la familia de Keneth. El dinero es simbólico, por supuesto que eso no valdrá ni siquiera una hebra de su cabello, pero así lo decidió el tribunal. Maribel, su madre, con su fotografía en las manos lloró durante todo el tiempo que el juez Miguel Ángel Gálvez leí la sentencia. Sus lágrimas contagiaron a las mujeres y hombres que la acompañaban a escuchar el veredicto. Como en pocos casos, en su sentencia, el tribunal dio una muestra de su humanidad y solidaridad con el dolor de una familia guatemalteca, dijo al leer el fallo: “Su actuar rebasa los límites de la maldad, han segado la vida de un ser inocente y enlutado un hogar que ya no volverá a ser el mismo”. La gente que escuchaba la sentencia asentó con la cabeza, como estando de acuerdo con lo que el juez leía. Guillermo, el papá de Keneth, y Maribel se abrazaron cuando el tribunal levantó la audiencia al final del juicio. Durante esos minutos que pasaron se susurraron cosas al oído.
Nadie oyó qué era, algunos guardaron distancia, mientras las luces de las cámaras de fotógrafos y camarógrafos intentaba robarles la atención, hicieron oídos sordos y no dejaron de abrazarse. La muerte de Keneth no será una estadística más, no quedará en las lágrimas y los recuerdos de sus padres. Keneth nos ha dejado un gran legado a todas y todos. La Ley del Sistema de Alerta Alba-Keneth fue creada en honor a Keneth y a Alba Michele, otra niña de 8 años, asesinada en Chiquimula. La ley permite que instituciones como la Policía Nacional Civil, la Procuraduría General de la Nación y el Ministerio Público se conformen en una instancia que velará porque se agilicen las acciones cuando se denuncie la desaparición de un niño o niña o adolescente.
Esta ley nos da un poco de respiro y un poco de esperanza, en un país donde la violencia y la impunidad es el pan de cada día. La ley nos permitirá que las autoridades levanten alertas urgentes para que no transcurra mucho tiempo entre la desaparición y la búsqueda de un niño o niña extraviado, sustraído o robado. Además, nos permitirá iniciar acciones judiciales contra los funcionarios que no accionen en favor de la protección de un menor.
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