Que se usen los recursos públicos para propaganda electoral anticipada es indignante y preocupante, pues es una muestra descarada del manejo ilegal y corrupto de los recursos públicos para hacer proselitismo electoral en momentos que no está permitido. Es evidente que no hay ya en las autoridades municipales de Mixco, como en casi ningún gobierno municipal del país, el más mínimo respeto a las normas legales, como tampoco hay una eficiente y efectiva fiscalización de parte de las autoridades electorales. La revista circula profusa y descaradamente, y ni la delegación del TSE en Mixco, ni las distintas instancias contraloras del quehacer político se dan por enteradas. El alcalde y su acompañante visten ropas y colores partidarios, pero a él y a las autoridades electorales eso les viene guango.
Es evidente que quien promueve la imagen del hijo del Presidente de la República sabe poco de elegancia y buena presentación, pues si bien es cada vez más común ver a los políticos en mangas de camisa y en ropa sport, para hacer creer que están en faenas de trabajo físico, es poco delicado, por decir lo menos, ver a una autoridad con parte de la falda de la camisa fuera del pantalón, en un estilo claramente de “post parranda”. Si se dice que el hábito no hace al monje pero sí lo distingue, Mixco tiene ya en la imagen de su alcalde a un caballero que siempre da muestras de desgano y de estar llegando a la actividad laboral (cumplir sus funciones de alcalde) de prisa y sin tiempo de recuperar la compostura del vestir por haber estado en alguna celebración o jolgorio hasta pocos minutos antes.
Pero tampoco es eso lo que repugna, pues autoridades parranderas y poco cuidadosas en esconderlo hemos tenido a granel, siendo por lo tanto poco preocupante que alguien, mal asesorado, haga gala de ese estilo descuidado y parrandero cuando se presenta a ejercer sus funciones.
Lo que indigna, repugna y preocupa al máximo es que la escena retratada y profusamente divulgada presenta a niños de una escuela pública con la mano derecha alzada –en pleno gesto fascista- y el puño agresivamente cerrado. El descaro y el desplante fascistoide parece no preocuparle a las autoridades escolares que propician estos eventos. Los niños, evidentemente responden entusiasmados al adoctrinamiento político que sin mayores sutilezas se les está imponiendo, pues es notorio que haya habido estímulos infantiles que les lleva a responder, sin mayor análisis ni reflexión, a alzar el brazo con el puño cerrado. El ex oficial y ex funcionario de la embajada de Guatemala en Washington parece, con su mirada perdida, no poder comprender la significación de sus actos, irresponsabilidad que cuenta con la abierta y total complicidad de las autoridades educativas y electorales.
Los niños no pueden ser utilizados como masa de maniobra electoral, mucho menos para inculcar en ellos actos y prácticas propias de los regímenes autoritarios. El espacio escolar, público o privado, debe estar exento de toda utilización partidaria. La educación en el país es laica, y ese laicismo hace referencia no sólo a los credos religiosos sino también los partidarios. Los maestros y las autoridades educativas no pueden hacer propaganda política, mucho menos permitir que las actividades escolares, por públicas que puedan ser, sean utilizadas para hacer campaña política, más aún cuando se están inculcando gestos fascistas.
El alcalde puede aparecer en sus eventos con las ropas y colores de su partido, ya serán las autoridades electorales las que históricamente serán juzgadas por su complicidad con esa organización política. Puede aparecer en “fachas” de parranda, que ya serán sus electores los que le acepten o no su vocación (al menos en su estilo al vestir) a las francachelas. Y puede aparecer melosamente abrazado con cuanta mujer le parezca, que en ningún momento superara la marca del magnate-político pro fascista italiano Silvio Berlusconi y al menos en eso no parece hipócrita.
Lo que no podemos aceptar y debe hacerse cualquier cosa para impedirlo es que se usen los niños y los espacios escolares para hacer campaña política y que esté coreografiada con gestos fascistoides. ¡Los niños de Mixco no merecen eso!, Guatemala no se ha despeñado tanto como para aceptarlo.
Ojalá y en este punto los supuestamente libertarios levanten también su voz y muevan sus influencias –de Pavón a la Universidad con nombre de Obispo- para que estos comportamientos se suspendan.
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