Cruzaba dedos la semana pasada que no fuera a ser otra declaración de buenas intenciones que tienen importancia en el plano nacional, pero que internacionalmente y principalmente cuando se ocupa una silla en el Consejo de Seguridad, parecen promoción turística.
Con la excepción de Azerbaiyán, que tiene un litigio con Armenia, el cual fue discutido en el discurso ante la Asamblea General por ambos cancilleres, Guatemala fue el otro país que llegó a repetir el mismo discurso de siempre, ...
Cruzaba dedos la semana pasada que no fuera a ser otra declaración de buenas intenciones que tienen importancia en el plano nacional, pero que internacionalmente y principalmente cuando se ocupa una silla en el Consejo de Seguridad, parecen promoción turística.
Con la excepción de Azerbaiyán, que tiene un litigio con Armenia, el cual fue discutido en el discurso ante la Asamblea General por ambos cancilleres, Guatemala fue el otro país que llegó a repetir el mismo discurso de siempre, y en el tema sobre las drogas parece no haber estado acorde a las posturas de otros.
La posición sobre la despenalización de las drogas, la cual he defendido desde este espacio, fue mucho mejor expuesta por el presidente Santos de Colombia y sorpresivamente por el presidente Calderón de México, lo que me pareció ser muy tarde de parte de él. Pero aun así, se llevaron los titulares.
OPM llegó a repetir el argumento con el que la administración de Barack Obama le salió a cortar el paso: “es importante que enfrentemos el problema como lo que es: un problema principalmente de salud pública, más que un problema de justicia penal”. Si bien tiene razón en que el tema debería ser abordado así, de nada sirve decirlo si el actual Gobierno cambió a un Ministro de Salud acusado por malos manejos para después empeñarse en colocar como tal a un personaje que sobresale por no tener sus cuentas en orden y que comanda un sistema desabastecido y altamente corrupto. No cabe duda que las palabras no valen nada a la par de las acciones.
Si bien es aplaudible resaltar sus palabras “igualmente comprometeré mi liderazgo en hacer avanzar una evaluación de la política global de drogas, para que la misma sea más efectiva y se base en una normativa internacional actualizada, acorde a las realidades y desafíos del siglo XXI” estas se quedarán en el aire sin un documento de trabajo, el cual se debió haber presentado antes de la Asamblea General.
Y es en esa línea que los discursos se quedarán como recuerdos. Es necesario poner en blanco y negro una propuesta y discutirla, es necesario proponer una hoja de trabajo y partir de ahí. Así funciona la ONU, así funciona la OEA, así funciona el mundo: con acciones y no discursos. Y es necesario aprovechar la posición privilegiada del país dentro del Consejo de Seguridad, ante el cual estamos por asumir la presidencia del mismo y al paso que vamos, esto quedará como una anécdota más de nuestra pobre política exterior.
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