Entre el forzado, el ocurrente y el achimero

El General Otto Pérez hizo gala de su personalidad militar. Durante toda la actividad fue inexpresivo, incluso cuando le tiró la chibolita al candidato Baldizón. Su rostro no dice nada de nada; se le nota forzado y no dispuesto a ceder ni un ápice. Su posición rígida quiere dar a entender la frialdad de su personalidad, congruente con el tipo de propuestas que nos transmiten los patriotas: cinco ejes de promesas, a manera de patrón del cual no se puede salir nadie, ni siquiera su candidato insignia.

El Dr. Eduardo Súger, a tono con su participación en otros foros, quiso sonar a cordial y mesurado, pero cayó en la improvisación de algunas de sus propuestas, hasta llegar al exabrupto por la encuesta publicada ese preciso día en un matutino. Pudo haber manejado de mejor forma sus argumentos. Cuestionar la muestra fue lo peor que hizo, siendo un matemático. Las encuestas tienen muchos otros ángulos desde donde cuestionarlas. Ese hecho, sumado a las ocurrencias, da la pauta que el propio candidato ya se siente como el tercero en el orden.

El Dr. Baldizón dio la apariencia de sentirse en su salsa, expresivo y como ya es costumbre, con una oferta que se amplía o reduce según las circunstancias. Más se parece a un achimero que vende de todo y lo que no tiene, lo consigue.

La acumulación de los foros está en la recta final. Si estos han servido para mucho o para poco, está por verse. De cualquier forma, en este proceso no podemos quejarnos de no conocer las principales líneas de trabajo de todos los partidos. Aunque superficiales y no orientados a mayor discusión de fondo, todas las organizaciones han tenido espacios hasta la saciedad. Esto no sólo ha ocurrido en lo capital. En todos los departamentos, al menos en sus áreas urbanas, se ha repetido el mismo fenómeno. Pero de esto a votar en forma consciente hay una distancia del cielo a la tierra.

Quedará pendiente evaluar si de cara a las siguientes elecciones podemos ser más creativos, para proponer otro tipo de actividades distintas al foritis que ya se convirtió en un marco donde se dan las más férreas competencias entre instituciones, para ver quién se adelanta, quién tiene al moderador de mayor cartel internacional, quién llena más los salones, quién lo trasmite por más estaciones de radio y canales de televisión. Ya va siendo hora de preocuparnos por asuntos más de fondo.