Para efectos que provean una definición conceptual apropiada, me refiero a la manera cómo E.G. West define en su libro, Adam Smith: The man and his work la categoría de ilustración escocesa: ´Una experiencia social, cultural y política que fue capaz de enseñarnos que la razón ilustrada se encuentra limitada por la tradición´ (traduzco literalmente).
Este punto de quiebre permite que entonces, los entornos ideológicos cercanos a liberalismo político (incluyendo algunos libertarios) opongan siempre la ilustración escocesa frente al proyecto del iluminismo francés. Autores como Smith, Hume, Ferguson, James, Playfair (entre otros) se presentan como un ejército de intelectuales que a partir del siglo XVIII irán dejando huella en la academia. Uno de los hermeneutas más respetados en cuanto al fenómeno de la ilustración escocesa, Alan Swingewood afirma en su obra de 1970, Origins of Sociology: the Case of the Scottish Enlightenment, lo siguiente: ´Los filósofos morales escoceses asistieron a un desarrollo singular, radical, secular y extraordinaria interpretación científica del mundo social, abarcando temas relacionados con los rangos sociales, el papel social de la propiedad, las formas de gobierno y las secuelas sociales y humanas de la división del trabajo así como el desarrollo del lenguaje´. Para el autor del párrafo, fueron los escoceses del siglo XVIII los precursores de la investigación sociológica tal cómo hoy se conoce…
Yo retorno a un punto igual de controversial, la idea en cuanto a que la esencia de la llamada Ilustración escocesa sea realmente, haber planteado la limitación por vía de la cultura vernácula como el freno puesto ante lo intentos racionalistas del diseño de los sistema sociales. Dicho sea de paso, autores como von Hayek trabajarán fuertemente sobre esta línea argumentación.
El punto de fondo lo constituye recordar que la mayoría de los denominados ´ilustrados escoceses´ son en esencia escoceses de las tierras bajas. Aunque autores como el mismo Hume reconocen que antes de ser reprochados por sus radicales ideas se le reprochaba el origen. Llo cierto es que, el escocés de las tierras bajas con mayor facilidad tendió a legitimar los mecanismos políticos-culturales-religiosos británicos: Parlamento, estamentos nobiliarios, religión protestante y Monarquía Constitucional.
¿Dónde quedan aquí los escoceses de las tierras altas? Aquí está para mí la noción de Libertad Escocesa.
Pregunto esto dado que los denominados ´highlanders´ percibieron que los mecanismos políticos británicos desde el siglo XIII se habían construido a costa de destruir sus formas vernáculas de vida. Por lo tanto, un liberal clásico, en cuanto a defender la estructura política de la Carta Magna y luego la forma parlamentaria extendida sobre toda Gran Bretaña, tendría que reconocer la brutalidad con la cual estos mecanismos se impusieron en la construcción de la Unión.
Hay un interesante ensayo que aborda algunas de estas cuestiones en cuanto a la conformación social, cultural y económica de los clanes en las tierras altas de Escocia. Se titula The Act of Union: Death or Reprieve for the Highlands? A Study of the Socio-Economic Impact of the Union on the Highlands of Scotland, 1707-1745, autoría de Alexander Cruickshanks y sometido a la Universidad de Wesleyan.
El autor plantea precisamente el tono modernizador a partir de la revolución ´gloriosa´: El parlamento frente a las formas vinculantes de los clanes semi-cónicos escoceses, la Carta Magna por encima de los derechos basados en la tradición, leyendas de tipo comunal (no individual), la imposición de la religión anglicana por sobre las formas celtas primitivas (o la práctica católica presente en algunos clanes escoceses famosos como los Macleod o los Macdonald);… será prohibido al gaélico, será prohibida la música de gaitas, se prohibirá el uso de los kilt y del tartan… Solamente faltaría haber hecho prohibido el whisky casero.
Resulta paradigmático que la mayoría de Highlanders hayan buscado en Francia el apoyo para destronar a Jorge II a quien veían cómo un rey no legítimo (casi 60 años luego de la ´Revolución Gloriosa´). En 1745 desembarca en las bellas costas de Glenfinan el apodado ´Bonnie Prince Charlie´, apoyado por los clanes MacDonalds, Camerons, McPhees, Mcleod (entre otros) para reclamar el trono. Esa noche para celebrar, dice la historia ´sonaron las gaitas y hubo brandy´. Un largo año después (no sé si por el brandy) tendrá lugar la batalla de Culloden contra las tropas británicas. Los clanes escoceses jacobitas perderán su intento de vivir en libertad y tendrán que irse ´britanizando´ muy a su pesar. Para 1800, en recordación, se levantará en memoria del intento de libertad jacobita el monumento al ´Highlander anónimo.´ Allí está aún.
Al hacer este tipo reflexiones, uno no puede dejar de reconocer que si la mayoría de entornos liberales del ´trópico´ fueran congruentes con los ideales que veneran, harían menos énfasis en la idea de los Estados Nación, las formas culturales homogenizadoras y apoyarían con mayor fervor, por ejemplo, la causa de las identidades en resistencia, darían primacía a los mecanismos sociales no formales e incluirían en su agenda a los movimientos indígenas de reivindicación.
Al menos hay otra experiencia escocesa que ello nos enseña: El derecho de las comunidades (no del individuo) a sus propias formas de auto-determinación.
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