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Ver para creer

En una cena a ciegas despliegas los sentidos alternativos a la vista y...
Tipo de Nota: 
Opinión

Ver para creer

05 de Abril de 2011
Palabras clave

Más de uno debería experimentar lo de vivir un día completamente a ciegas. Aparte de darse cuenta de las limitaciones urbanas para el colectivo de invidentes, se darían cuenta de la importancia del tacto y otros sentidos. Fuimos el otro día a una cena “a ciegas” en el Distrito Federal. Como su nombre indica, se trata de ingerir alimentos a oscuras. Bien te podían dar gato por liebre, pero no fue el caso. Fue una experiencia sublime.

Esta modalidad de degustación sin luz no es algo nuevo. De hecho, es casi una moda en ambientes muy chic en países de Europa y de América. La novedad en el caso que nos ocupa es que el evento estaba organizado para recaudar fondos para Prociegos México. Institución que tiene a su hermana homónima en Guatemala.

El experimento resultó sensorial a más no poder. No se veía, pero se intuía amor en nuestra mesa, placer, incluso erotismo, como dijo uno de los comensales. Nadie te veía, ¿por q...

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