Sus organizadoras son cuatro brillantes mujeres: Herbyn, Heidy, Cristha y Mariajose, integrantes del grupo Na’ik Madera.
Espacios como éste en Guatemala se cuentan con los dedos de una mano y con un Estado y una sociedad como la nuestra en donde las mujeres y el arte tienen un camino cuesta arriba, la labor de estas mujeres es tremendamente valiosa y valerosa.
En este contexto se llevó a cabo la edición 2014 del Festival con la presencia de artistas nacionales y extranjeras, en un ambiente de poderosa sororidad. La sede central fue el Teatro Dick Smith del IGA, Instituto Guatemalteco Americano (que valga aclarar que no se refiere al continente americano sino a Estados Unidos) y previamente se les presentó el contenido de cada una de las actividades a realizarse en esas instalaciones.
A un par de días de que acabara el Festival, se presentó una obra centrada en el tema del cuerpo de las mujeres, su salud y su conocimiento por las propias mujeres para su empoderamiento. La obra fue montada por dos valientes artistas, Numa y Gaby, como consecuencia de un proceso de diálogo continuo sobre sus experiencias corporales y su preocupación por el dominio que el sistema heteronormativo-capitalista-patriarcal ejerce sobre los cuerpos de las mujeres (recomiendo leer el comunicado de Numa Dávila que aporta interesantes y valiosas reflexiones).
Entre muchos otros aportes que las artistas pretendían con esta obra, estaba el de propiciar el autoconocimiento de nuestros cuerpos, y es que el cáncer uterino es la causa principal de muertes relacionadas al cáncer entre las mujeres y pocas sabemos qué es eso del cuello uterino y dónde está.
¿La respuesta a este arte novedoso, propositivo y crítico? Censura.
La Junta Directiva del Teatro dijo haber recibido críticas por actos “poco apropiados” en referencia a la obra. Como consecuencia, el Teatro le cerró las puertas al Festival Ixchel y canceló las presentaciones en su establecimiento para los días restantes.
El cerrar las puertas afectó a todas las artistas y público interesado, pero sobre todo a las artistas que ya no se pudieron presentar (algunas que vinieron del extranjero), lo que me parece es un mensaje hacia todas las demás artistas, un castigo a todas las “mujeres peligrosas”, transgresoras, rebeldes, que se atreven a pensar, a ver y a decir más de lo permitido, a cuestionar y a denunciar.
Frente a este acto de censura, la respuesta de muchos y muchas ha sido la indignación y el repudio. Y es que el arte –como todo– es dominado por una concepción tradicionalista, conservadora, machista, doble moralista, elitista y alejado de la realidad de las mayorías, como bien lo denuncian las organizadoras.
El cuerpo (y la sexualidad) de las mujeres es propiedad del sistema patriarcal. Por un lado está sometido a tabúes y a restricciones morales impuestas, y por otro, es utilizado como objeto decorativo, para vender y para placer. Por ejemplo, sobran los anuncios de cervezas con mujeres semidesnudas, y eso no escandaliza, pero cuando estos cuerpos son visibles y no están al servicio y disposición del patriarcado, entonces son censurados. Cuando son las mujeres las que se apropian de sus cuerpos, los conocen, reclaman autonomía, reivindican y ello se eleva a una dimensión política, entonces sí es un escándalo.
El comunicado de Numa dice: “¡REPUDIAMOS LAS ACCIONES DE CENSURA DE PARTE DEL TEATRO DICK SMITH, PERO CELEBRAMOS Y GOZAMOS AL HACER TEMBLAR LAS ESTRUCTURAS DE UN SISTEMA, CON TAN SOLO REVISARNOS LA VAGINA! (…)”
Mis respetos y mi solidaridad total para estas artistas y las organizadoras del Festival Ixchel. Les agradezco el abrir brechas para el arte en general y para las luchas de las mujeres en sociedades como la nuestra, en las que el propio arte es un acto de rebeldía y revolucionario, y sigue siendo considerado como un arma de suma peligrosidad porque es un espacio para reflexionar y expresarse, que es lo que al sistema le asusta: que pensemos, denunciemos y propongamos otras formas de ver el mundo.
* http://www.artenaik.org/
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