El aumento salarial a maestros y empleados de salud está contenido en sendos pactos colectivos que, según las leyes laborales, tienen connotación de norma jurídica. Se aprobaron en los primeros meses del gobierno de Álvaro Colom y, en consecuencia, agrupaciones como UNE, TODOS y hasta LIDER no podían cuestionarlos en sus contenidos y forma sin perder la coherencia política, ya que muchos de sus integrantes han defendido en otros momentos el incremento al magisterio. La dirigencia sindical sabía muy bien de ello, y contaba con ese mínimo sentido de responsabilidad para llevar adelante sus exigencias. Proponían que se pagara, pero que no se hiciese con incrementos al presupuesto. Las minibancadas de la izquierda -URNG/Winak- no podían tampoco dar la espalda a una cuestión que les es inherente: la defensa de los ingresos de los trabajadores. Así las cosas, la ampliación, aunque con algunos “candados” vio la luz que el Ejecutivo estaba deseando, y los diputados primero renuentes no tuvieron otra salida más que aprobar, aunque con condiciones, la tan cuestionada ampliación.
Pero el magisterio sabía también que si no hacía uso del mecanismo de la fuerza de la movilización, los diputados no harían memoria de su responsabilidad, por lo que bastó un día de toma de carreteras y calles para poner en clave de 2003 y 2007 la discusión presupuestaria del 2014. Con Alfonso Portillo, los maestros lograron imponer una amplia agenda de reivindicaciones y aunque salieron divididos, para 2007 ya sólo el STEG era la referencia de negociación y el Pacto Colectivo el eje y la visagra de todo el debate magisterio y Estado, situación que permanece hasta nuestros días.
Hoy tenemos un acuerdo mayoritario del Congreso en el que la oposición, aunque arrinconada contra la pared, ganó al apostar por la gobernabilidad y la transparencia, ya que los recursos aprobados para las partidas de educación y salud no podrán ser cambiados de destino, ni siquiera dentro de las instituciones y programas de Hambre Cero, pero evidentemente perdió al no lograr que todo ese monto de recursos ya comprometidos fueran cubiertos dentro de los montos aprobados para el presupuesto de 2013.
La estocada del Ejecutivo no fue completa, mucho menos mortal, pero puso al Congreso a la defensiva y le dio mucho aire para los meses venideros, hasta cuando la recaudación fiscal se muestre tan paupérrima y desordenada como la del año pasado, mucho por causa de la manera como sus financistas y aliados hacen negocios sin pagar impuestos.
El Ejecutivo, luego de un mes de enero salpicado de harina, cal y cemento, no sólo no ha levantado los juicios acusatorios contra el director de elPeriódico, sino que ha conseguido convertir a la co-gobernanta en algo parecido a la María Teresa de Aycinena y Piñol de inicios del siglo XIX. Si para algunos es una mártir, aunque no presume de los estigmas sangrientos de aquella, para otros esos sufrimientos no son más que una farsa, tal y como Pedro Molina consideraba los de aquella monja. Ella, como la monja decimonónica lo hizo con su hermano presidente, no se cansa de hacer ruido en la defensa política de su co-gobernante y, aunque más recatada en el decir, no hay manera que nos cuente, por ejemplo, de donde le han venido tantas riquezas.
De esa cuenta, bien puede decirse que ganaron todos, pues si el Sindicato dejó patente que tiene suficiente musculatura como para con sólo el amago de sus acciones imponer sus condiciones, el Ejecutivo impuso su voluntad de no pagarles con los recursos que le fueron previamente aprobados por el Congreso, y éste ganó al no tener que sufrir todo el desgaste de las movilizaciones magisteriales y ponerle condiciones claras al uso de esos recursos.
Pero no podemos pensar que todo es fiesta o miel sobre hojuelas. Los congresistas han mostrado al magisterio que es allí donde se deciden y definen las cosas, y que es posible poner ciertos límites a la desfachatez y despilfarro del sultanato patriotista. La dirigencia magisterial tendrá que tejer alianzas no sólo con los del PP y Lider, sino deberá entrar en acuerdos y discusiones con grupos que crecen y se posicionan, como es el caso de los de CREO, TODOS, UNE y hasta con las bancadas minoritarias. Pero este mismo Congreso ha perdido la valiosa oportunidad de poner coto a los desmanes del bicéfalo gobierno pues, si bien logró condicionar y demarcar claramente el uso de esta ampliación, ha mantenido abierta la puerta para que todos los otros recursos del presupuesto aprobado se puedan usar sin mayor control ni cuidado.
Pero si el Ejecutivo ganó en todos estos aspectos, perdió de golpe la lealtad y dependencia que hasta ahora le habían mostrado, tácita o abiertamente, las dirigencias sindicales. Los recursos los obtuvieron los maestros con sus movilizaciones y negociaciones, no teniendo porqué agradecer ese favor a la dupla gobernante. Ya veremos, más adelante, si la libertad ganada es debidamente utilizada o si, aficionados al cafecito militar se quedan atados a los intereses de ese grupo político.
Hoy más que nunca ha quedado claro que al obstruirse unas calles, es necesario tapar otras para que, aquéllas y éstas, permitan de nuevo el movimiento de todos. Padres de familia y movimientos ciudadanos debemos estar alerta para que la escuálida refacción escolar llegue cuanto antes a las escuelas, así como todos los demás insumos escolares para los que, supuestamente, urgía la ampliación presupuestaria, y no nos quedemos sólo en los incrementos salariales.
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