En este contexto es donde por cierto, debe entenderse la crítica a la religión en el pensamiento de Marx. No se trata de un simple ateísmo sino de un desprecio hacia una religión fetichista que no reconoce el sentido profético (la restauración del orden invertido de carácter mesiánico-profético que es propia del pensamiento hebreo).
Se construye en esta línea conceptual un fuerte argumento dirigido hacia el sentido de la ´resistencia´, nutrido originalmente en un Marx que quiere rescatar la ´libertad´ frente al argumento determinista de Epicuro y, posteriormente, en su diagnóstico sobre el Estado Cristiano Alemán y el tratamiento hacia el colectivo judío. [1]
Este aspecto debe tenerse presente al comenzar a construir el sentido del pensamiento político Marx.
Primero, es necesario separar este sentido político en Marx de cualquier apropiación posterior realizada por la experiencia soviética. Puntualmente, dejar en claro que la fórmula de la dictadura de partido no es una categoría propia del pensamiento político de Marx. Este punto resulta bastante claro para el lector profesional, por lo tanto lo que pretendo hacer en esta presentación (a merced de la limitación de espacio) es simplemente mostrar algunas fuentes bibliográficas que sustentan este punto.
Más tarde que temprano, la obra Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel vio la luz en 1927. La publicación es póstuma y eso genera un descubrimiento tardío de un elemento fundamental que hoy puede resultar muy obvio: Marx configura en su juventud su propia versión de la política en oposición al mundo burgués existente. Shlomo Avineri repara inteligentemente en este aspecto, y afirma con increíble contundencia: …´Hegel, de acuerdo a Marx, describió correctamente las instituciones políticas de su tiempo, pero se equivocó al
ver en ellas la esencia del Estado…´ De allí entonces, dice Avineri: ´Si la Filosofía del Derecho de Hegel es el fundamento teórico del Estado moderno, esto quiere decir, necesariamente entonces que su crítica es una crítica a las instituciones políticas modernas´. [2]
Aquí resulta necesario hacer otro alto en nuestra argumentación, pues no puede dejarse de lado la tónica con respecto al pensamiento anarquista propio de Karl Marx. [3] ¿Cuándo y en donde Marx argumenta en términos ´anarquistas´? En definitiva y cómo en todo lo relacionado en Marx, hay etapas. Es claro que el Marx de la Crítica tiene un tono increíblemente político puesto que hay en él una propuesta política programática, o al menos, reconoce el uso de instrumentos políticos para comenzar a superar el Estado Burgués (este aspecto entre otros, le terminará separando de Kakunin[4]). Basta leer el siguiente argumento de Marx en la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel: ´La reforma electoral es pues, en el interior del Estado político abstracto, la reivindicación de su disolución, conjuntamente con la disolución de la sociedad civil´.
Contrastemos esta afirmación hecha por Marx en la Crítica al siguiente argumento extraído de la Cuestión Judía: ´ Sólo cuando el hombre real, individual reabsorba en sí mismo al abstracto ciudadano y, como hombre individual, exista a nivel de especie en su vida empírica, en su trabajo individual, en sus relaciones individuales; sólo cuando, habiendo reconocido y organizando sus “propias fuerzas” como fuerzas sociales, ya no separe de sí la fuerza social en forma de fuerza política; sólo entonces, se habrá cumplido la emancipación humana.´(La
cuestión judía. p. 370).
Concuerdo con Avineri en que, el anterior argumento (fuertemente anti-Rousseau) en cuanto ´a la existencia a nivel de su vida empírica´ constituye un punto de complejo debate que va más allá de la tensión entre Marx y Proudhon)[5] y mucho más allá de la receta marxista más panfletizada: Abolición de la propiedad privada y la desaparición del Estado.
¿Qué significa para el ´Marx político´ esta noción de ´vida empírica´? Cerramos esta columna dando su nombre propio: ¨verdadera democracia¨, es decir, aquel contexto donde la esencia comunista del hombre aflora y donde, entre otras cosas, ya no es posible distinguir un ámbito privado de uno público.
[1] Aunque claro, Marx quizá hace una sugerencia final a esta situación: La asimilación total de la judería alemana.
[2] Shlomo Avineri. The Social and Political Thought of Karl Marx. p. 335.
[3] Sería interesante traer en este escrito la mención a la disputa Bakunin-Marx pero, el espacio resulta muy reducido.
[4] El tono de Bakunin es radicalmente diferente al de Marx. Hay que recordar la crítica de Kakunin a Marx (además de los ataques antisemitas) en el sentido de que el socialismo científico y todo el eje programático de la Asociación Internacional Obrera era dirigido hacia ´ algunos obreros civilizados con pretensiones de transformarse en nuevos burgueses´. En tal sentido, la solución final era el levantamiento de los ´obreros iletrados´…. ´con la finalidad de ´abolir completamente el Estado y todo poder político´. No hay aquí noción de algún tipo de superación de una etapa previa de Estado (Estado burgués). Si el argumento de Agamben en cuanto a que la noción de Hegeliana de Aufhebung no solamente significa ´suprimir, conservar y elevar´ sino además, tiene un aire mesiánico (dado que Lutero es quien ha traducido el concepto griego pleroma -advenimiento del Reino)- en el término Aufhebung? uno puede darse cuenta que Bakunin es más directo y más simple en su agenda. Pero hay otra distinción fundamental entre Bakunin y Marx: La dictadura del proletariado. Bakunin describe en este sentido a los seguidores de Marx cómo ´comunistas autoritarios´ o partidarios de la iniciativa absoluta del Estado.
[5] Proudhon afirma que: … ´ El Estado, adopte la forma que sea, aristocrático o teocrático, monárquico o republicano, mientras no se convierta en el órgano obediente y sumiso de una sociedad de iguales será un verdadero infierno para el pueblo, casi diría una legítima condena´. Marx replica a esto en su denominado anti-Proudhon:´ La clase trabajadora sustituirá en el curso de su desarrollo la antigua sociedad civil por una asociación que excluya las clases y su antagonismo, y no habrá ya poder político propiamente dicho, dado que el poder político es precisamente el resumen oficial del antagonismo en la sociedad civil´ (Miseria de la Filosofía).
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