La sensación indescriptible de escuchar For Those About to Rock seguida de Inject the Venom en la vieja Philips de mi casa, en un suburbio de clase media, al norte de Quito, la he repetido en alguna ocasión, cuando la vida me empuja a los Andes en busca de alguna nostalgia de aquellas que se sienten al caminar entre las calles del centro histórico de Quito, cerca de la Casa de la Peña o por el callejón del Señor de los Milagros.
We rock at dawn on the front line,
like a bolt right outta the blue.
The skies alight with a guitar bite,
heads will roll and rock tonight.
For those about to rock, we salute you…
For Those About to Rock se incluyó originalmente en Back in Black, el disco grabado en 1980, como un homenaje a Bon Scott, el vocalista del grupo entre 1974 y 1980, considerado como uno de los músicos más influyentes de la historia del rock. Scott murió de una sobredosis alcohólica cuando el grupo se encontraba en la cúspide de su fama, luego de Highway to Hell (1979), canción que es un verdadero himno para muchos roqueros.
Don’t need reason.
Don’t need rhyme.
Ain’t nothin’ that I’d rather do.
Goin’ down.
Party time.
My friends are gonna be there too…
Brian Johnson, el reemplazo de Scott, no decepcionó. Él y Angus Young, en su traje de escolar australiano con los pantalones cortos, se han convertido en los íconos de esta banda que nunca ha decepcionado con su sonido y sus letras desafiantes, de las cuales Hell’s Bells y Rock’ N’ Roll Train son ejemplos casi perfectos.
Algunos años más tarde, la vida me empujaría hacia Australia. Debo confesar que mi periplo se hizo mucho más al ritmo de Fall at Your Feet, de Crowded House, que de Thundestruck. Y en el camino descubriría gratamente a Nick Cave y que ciertamente AC/DC representa dignamente al Down Under.
Y aquí estoy, sentado frente a la pantalla de la computadora, tratando de escribir estas líneas, mientras miro a Axl Rose cantando con AC/DC en un concierto bastante reciente en Lisboa.
Y, la verdad, no sé qué escribir o decir.
AC/DC, la marca global, no se detuvo por la sordera de Brian Johnson y encontró un reemplazo que le diera impulso a un tour mundial, si bien renunció de alguna manera a la característica fundamental de la banda: hacer simplemente un buen rock and roll, sin pretensiones.
Tal vez es mejor dejarlo así y quedarse cantando con la incorrección política de You Shook Me All Night Long:
She was a fast machine. She kept her motor clean.
She was the best damn woman that I’ve ever seen.
She had the sightless eyes, telling me no lies,
knocking me out with those American thighs…
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