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La estafa al fútbol superó los Q18 millones en dos años

En los informes financieros de la Federación, los cuales fueron aprobados por su Comité Ejecutivo y la Asamblea General, sólo aparecen reflejados Q3,666,000. Los restantes Q18,715,895 desaparecieron por arte de magia.
Las reuniones se realizaban en hoteles ubicados en la orilla de las playas del Pacífico, con abundantes comidas y licores, todo pagado por la Fedefut.
Héctor Trujillo (izquierda) y Brayan Jiménez pagaron millonarias fianzas en la Corte de Nueva York para obtener la libertad condicional en el proceso penal que se sigue en su contra por un caso de corrupción en la FIFA.
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La estafa al fútbol superó los Q18 millones en dos años

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¿De dónde obtuvieron Héctor Trujillo y Brayan Jiménez, exdirectivos de la Federación Nacional de Fútbol (Fedefut), los recursos para pagar las millonarias fianzas que un juez federal de Nueva York les impuso a cambio de la libertad condicional en el proceso penal que se sigue en contra de éstos por un caso de corrupción en la FIFA? Ni sus familiares ni sus abogados en Guatemala saben responder esa pregunta. Nadie sabe explicar, tampoco, cuál fue el destino de los más de Q18 millones que recibieron para apoyar a las selecciones nacionales de fútbol, pero que nunca ingresaron a las arcas de esa institución.

Entre 2014 y 2015, los anteriores directivos de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala (Fedefut), recibieron al menos Q18,715,895 en concepto de patrocinios, un aporte de la FIFA, y pagos de una empresa estadounidense por derechos exclusivos de transmisión. Pero ese dinero nunca ingresó a las arcas de esa institución.  

Desde diciembre pasado, la Contraloría General de Cuentas de la Nación (CGC)  realiza una “minuciosa auditoría” de los seis años que Jiménez presidió la Fedefut, para conocer con precisión la forma en que fueron administrados sus recursos, y establecer los posibles delitos en que los directivos habrían incurrido por los millones desaparecidos. Según fuentes de la Fiscalía contra la Corrupción del Ministerio Público, en estos hechos también podrían estar involucrados los otros exintegrantes del comité ejecutivo de esa federación, Noe García, Miltón Mendoza y Fernando Gómez, quienes renunciaron en sus cargos en diciembre pasado, así como los 44 miembros de la Asamblea General de la Fedefut que aprobaron los presupuestos e informes financieros de 2014 y 2015.

Jiménez presidió la Fedefut durante un primer mandato de 2009 a 2013, y fue elegido para un segundo período que inició a mediados de ese año y que debía finalizar en 2017. Se aprestaba a iniciar el tercer año de su segunda administración, cuando la Fiscalía de los Estados Unidos lo acusó, junto a Héctor Trujillo, de recibir sobornos de la empresa estadounidense Media World, por US$400 mil, a cambio de ceder en exclusiva a nivel internacional los derechos de transmisión de los partidos de la selección mayor de fútbol.

Por esa acusación, Trujillo, exsecretario del comité ejecutivo de la Fedefut y también exmagistrado suplente de la Corte de Constitucionalidad, fue capturado el 4 de diciembre del año pasado en Florida (EE.UU.), pero recobró su libertad tres días después, tras pagar una fianza de US$4 millones. Jiménez, quien permaneció prófugo durante más de un mes, fue detenido el 12 de enero pasado en la capital guatemalteca, y extraditado a Nueva York el 1 de marzo. La justicia estadounidense le concedió su libertad provisional un día después, previo al pago de una fianza de US$1.5 millones. Ambos exdirectivos del fútbol guatemalteco deberán comparecer en los próximos meses ante una corte neoyorquina para ser procesados por los delitos de fraude, asociación delictiva y lavado de dinero.

Agencia EFE

Agencia EFE

Manos de mago

Según los contratos privados, recibos de la Contraloría General de Cuentas de la Nación, y los informes financieros oficiales a los que tuvo acceso Plaza Pública, entre 2014 y2015, la Fedefut recibió al menos Q22,381,895 en concepto de patrocinios, un aporte de la Federación Internacional de Fútbol Asociada (FIFA), derechos exclusivos de transmisión pagados por una empresa estadounidense, y patrocinios de empresas privadas para el trabajo de las selecciones nacionales. De esa cifra, en los informes financieros de la Federación, los cuales fueron aprobados por su Comité Ejecutivo y la Asamblea General, sólo aparecen reflejados Q3,666,000. Los restantes Q18,715,895 desaparecieron por arte de magia. Nadie preguntó por ellos, y nadie acepta, hasta ahora,  saber de la existencia de ese dinero. Brayan Jiménez fue extraditado a los Estados Unidos sin responder por el millonario faltante, y la Contraloría General de Cuentas, la Fiscalía contra la Corrupción, y el Comité Normalizador de la Fedefut tratan de armar el rompecabezas financiero en que las anteriores autoridades convirtieron a esa institución.

A lo largo de 2015, la FIFA transfirió a la Fedefut US$1,050,000 (Q7,980,000) en tres diferentes pagos: uno de US$250,000 para financiar a las asociaciones departamentales de fútbol; otro de US$500 mil, que correspondía a la distribución de sus ganancias entre las federaciones asociadas; y un tercero de US$300 mil destinado para apoyar la preparación de la Selección Nacional en la búsqueda de su clasificación para el Mundial Rusia 2018. Ese dinero nunca ingresó a las arcas de la Fedefut, y la FIFA acordó no otorgar más ayuda al fútbol guatemalteco hasta que se esclarezca el destino del dinero supuestamente defraudado. Este fue el primer caso denunciado ante el Ministerio Público por el Comité Normalizador de la Federación, y el que originó las auditorías de la Contraloría General de Cuentas de 2009 a 2015.

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El faltante más grande detectado por las autoridades corresponde a los pagos que la estadounidense Media World hizo a la Fedefut entre 2014 y 2015, los cuales ingresaron en concepto de patrocinio, pero que en realidad cubrían la exclusividad de los derechos de transmisión en el extranjero de los partidos de la Selección Nacional de Fútbol. En esos dos años, Media World, la misma empresa que es investigada en Estados Unidos por pagar sobornos a Héctor Trujillo, Brayan Jiménez y Rafael Salguero —este último el único que no ha sido capturado por ese hecho—, pagó a la Fedefút Q12,562,895 (Q8,357,287.95 en 2014, y Q4,205,608 en 2015), pero en los informes financieros de esa institución por concepto de “Patrocinio Media World”, sólo aparecen reportados Q3,666,000 (Q858 mil en 2014, y Q2,808,000 en 2015). Los pagos fueron respaldados con recibos de “ingresos varios” de la Contraloría General de Cuentas, firmados y sellados, entre enero de 2014 y junio de 2015, por Giovanni Méndez, y de julio a octubre de 2015 por Jorge Girón, ambos empleados administrativos de la Fedefut. 

Media World empezó a pagar a la Fedefút por la exclusividad en los derechos de transmisión tres años atrás: de 2011 a 2013 pagó un total de Q11,378,663 (Q3,321,007 en 2011; Q3,337,922 en 2012; y Q4.719.734 en 2013). Plaza Pública no pudo establecer si ese dinero ingresó a las arcas de la Fedefut, debido a que no estuvieron disponibles los informes financieros por el desorden administrativo de la institución.

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En 2015, la Fedefut también debió recibir Q224 mil por parte de la empresa Industrias del Atlántico, Sociedad Anónima (Ambev Centroamérica), propietaria de Cerveza Brahva, la que pactó un pago único por patrocinio a la Selección Nacional de Fútbol, por medio de un contrato suscrito el 1 de junio de 2015 entre Brayan Jiménez y Michele Marsicovetere Velez, representante de esa compañía. Ese dinero también habría sido desaparecido, ya que no fue reportado por las autoridades en los informes financieros del año pasado. Las autoridades también consideran “desaparecidos” los US$212,500 (Q1,615,000), que le correspondían a la Fedefut por los patrocinios del Banco de los Trabajadores, la telefónica Tigo, y embutidos Bremen, gestionados por la Corporación Burgen, Sociedad Anónima, empresa de cartón vinculada al Grupo Albavisión, propiedad del magnate mexicano de medios de comunicación, Ángel González.

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Las autoridades también investigan el destino de los fondos generados por el cobro de las taquillas, los cuales tampoco aparecen reportados en los informes financieros ni en la contabilidad de la Fedefut. La venta de boletos de ingreso a los estadios durante los partidos de la Selección Nacional durante el último año estuvo a cargo de Burgen, S.A, la que a su vez contrató a una compañía especializada en la fabricación, distribución y venta de boletos con medidas de seguridad contra las falsificaciones.

Aquello era una fiesta

Tanto la Fiscalía contra la Corrupción del Ministerio Público  como la Contraloría General de Cuentas, se muestran cautelosos sobre las investigaciones que realizan para esclarecer las anomalías detectadas en la Fedefut. “Estamos en proceso de investigación para establecer si las negociaciones fueron legales o ilegales, identificar el destino del dinero que se generó así como a los presuntos responsables”, repitió a Plaza Pública una fuente de la Fiscalía  dirigida por Glenda Aldana. En tanto que Ana Lavarreda, portavoz de la Contraloría, dijo que “los auditores (de esa institución) trabajan desde hace varias semanas en las auditorías, y que informarán hasta que éstas hayan concluido”.

Jiménez y Trujillo, los principales sospechosos, podrán responder por estos hechos hasta que hayan solventado los procesos judiciales que enfrenta en los Estados Unidos. Sin embargo, explica una fuente de la Fiscalía, “en caso se tengan indicios concretos de delito”, se podrá proceder de inmediato en contra de las otras personas sospechosas de participar en las anomalías. Estos serían, en primera instancia, los integrantes del Comité Ejecutivo de la Fedefut presidido por Jiménez, así como los 44 miembros de la Asamblea General que avalaron los presupuestos e informes financieros de 2014 y 2015. También, agrega la fuente, las investigaciones podrían alcanzar a una decena de personas que habrían participado con Jiménez en el desfalco de la Fedefut, entre ellos los personeros de Corporación Burgen, S.A.

Un directivo de uno de los equipos de la Liga Nacional de Fútbol que participó en las asambleas generales de la Fedefut durante la era de Brayan Jiménez, asegura que “esas asambleas eran una fiesta”. La fuente, quien se declara “inocente” y “sorprendido” por los faltantes en las arcas de la Federación, y que “por pena”, pide no se mencione su nombre, dice que durante las asambleas “lo menos que se hacía era hablar de lo que hacían en la Federación”. Las reuniones se realizaban en hoteles ubicados en la orilla de las playas del Pacífico, con abundantes comidas y licores, todo pagado por la Fedefut. “Ya cuando todos estaban contentos (borrachos), en diez minutos Jiménez sacaba una hojita y, sin que nadie entendiera nada, hablaba de proyectos, patrocinios y presupuestos”.  La asamblea terminaba y la fiesta seguía. “Los miembros de la asamblea que les eran incómodos a los integrantes del Comité Ejecutivo, porque los habían, y varios, simplemente no eran invitados”, agrega la fuente. Para validar las decisiones, eran suficientes los votos de 23 de los 44 integrantes.

La Asamblea General de la Fedefut está integrada por 22 representantes de las Asociaciones Deportivas Departamentales de Fútbol, diez de la Liga Nacional de Fútbol, cinco de la Primera División, tres de la Segunda División, dos de la Tercera División, uno de Fútbol Femenino, y uno de Fútbol Sala. No fue posible consultar los libros de actas de la Fedefut para identificar quiénes fueron los dirigentes que avalaron los presupuestos e informes financieros de los últimos seis años.

Adela Camacho de Torrebiarte, presidenta del Comité Normalizador de la Fedefut, dice que en los documentos contables de la institución no se encontró “nada, de lo que ha ido apareciendo”. Lo primero que les sorprendió, explica, fue que los aportes de la FIFA no hayan sido ingresados a la contabilidad. “Por eso es que de inmediato presentamos la denuncia ante la Fiscalía, y pedimos auditorías a la Contraloría”. Luego detectaron las anomalías con la negociación de los patrocinios, los sobornos a un grupo de periodistas, los faltantes de las taquillas, y por último la desaparición de los pagos de Media Wolrd. En los archivos de la Fedefut no había evidencia de ello. Las primeras copias de los recibos las obtuvo el Comité por medio de terceros.

El ingreso de esos fondos, ya ha sido totalmente comprobado por las autoridades interinas de la Federación. “Todo ese dinero ingresó (al país) a través del Banco de Guatemala”, explica Camacho. “Están los recibos de la Contraloría que respaldan la transacción, que el dinero sí llegó”, pero nunca fue ingresado a las cuentas bancarías de la Federación. “Estamos en contacto con la Fiscalía de los Estados Unidos, para que nos ayuden a detectar (con Media Wolrd) quiénes cobraron ese dinero”, agrega.

En enero pasado, dos representantes de Media World visitaron al Comité Normalizador de la Fedefút para ofrecer continuar con el pago de los patrocinios pactados, pero por medio de otra empresa. “Ellos han querido pagar bajo el nombre de otra empresa que no es Media Word, pero no se hemos recibido los pagos porque no (la empresa) está registrada, y no podemos aceptar el pago de otra empresa. No podemos mantener relación con una empresa que sobornó” a los anteriores directivos, explica Camacho.

Pero no aceptar los pagos de Media World, implica un dilema legal y financiero para la Fedefút. La empresa estadounidense, explica la presidenta del Comité, “han cumplido con el contrato, y éste se encuentra vigente”, y rescindir el mismo implicaría para la Federación un pago a la compañía de US$6 millones, una penalización por daños y perjuicios. “Y ese dinero, no lo tenemos”, añade Camacho.

Mientras llega el momento de comparecer ante la corte de Nueva York que decidirá si los absuelve o enjuicia, Héctor Trujillo y Brayan Jiménez, planifican la estrategia de su defensa con sus abogados en Estados Unidos. En tanto que en Guatemala la millonaria afición del fútbol empieza a soñar con que esta vez se haga el milagro, y en el proceso que se inicia en un par de semanas, la Selección Nacional clasifique para el Mundial de Rusia 2018.

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