Un nuevo nacionalismo puede ayudarnos a ser más responsables: asumimos que las acciones de cada uno de nosotros afecta a los otros. Es fácil ser corrupto si uno no se siente responsable por lo que sucede a los demás. Si yo sólo debo cuidar de mi persona y de mi familia, es fácil ser corrupto. Sin embargo, si yo debo cuidar de mi persona, de mi familia, y también de mi país, entonces ser corrupto se vuelve más difícil: me preocupo por el impacto que tienen mis acciones, no sólo en mi vecindari...
Un nuevo nacionalismo puede ayudarnos a ser más responsables: asumimos que las acciones de cada uno de nosotros afecta a los otros. Es fácil ser corrupto si uno no se siente responsable por lo que sucede a los demás. Si yo sólo debo cuidar de mi persona y de mi familia, es fácil ser corrupto. Sin embargo, si yo debo cuidar de mi persona, de mi familia, y también de mi país, entonces ser corrupto se vuelve más difícil: me preocupo por el impacto que tienen mis acciones, no sólo en mi vecindario, sino también en lugares remotos.
Un nuevo nacionalismo puede ayudarnos a generar igualdad: hacernos a todos los guatemaltecos iguales. Esto es importante pues nos ayudaría a superar nuestros problemas de discriminación étnica y cultural. No sería un nacionalismo que elimina las diferencias, sino un nacionalismo que abarca todas esas diferencias. Debiera ser como una identidad adicional que adquirimos. Es como la selección nacional de fútbol. Jaime puede irle a los chivos y Javier irle a los venados. A pesar de esas diferencias, pueden unirse cuando ven un partido de la selección nacional, sin dejar de irle a sus respectivos equipos.
Un sano nacionalismo puede ayudarnos a jugar en las grandes ligas: al darnos unidad, podemos generar liderazgo a nivel internacional. Construir nuestro nacionalismo debiera tomar en cuenta que, si Guatemala quiere convertirse en un actor importante en el mundo, necesita ser un miembro activo de una América Central unida. Ello implica que Guatemala debiera generar esfuerzos serios y de largo plazo para consolidar un proyecto de beneficio mutuo para América Central.
Un sano nacionalismo no puede fabricarse de la noche a la mañana. Tampoco es cuestión de contratar expertos en mercadeo. Necesitamos empezar por conocer mejor quiénes somos.
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