Sus ojos no descifran el rojo, el verde, el celeste, ni el violeta, pero sus manos los traducen en bisutería. No ven las formas ni los colores de las piedras. Pero las sienten, afirman.
Ahora son tres: Abi, Miguel Angel y Berly, quienes están en el taller de bisutería que se imparte en el Centro de Rehabilitación Integral (CRI), del Benemérito Comité Pro Ciegos y Sordos de Guatemala. La mayoría de quienes ingresan al Centro han perdido la visión debido a alguna enfermedad o a un accide...
Sus ojos no descifran el rojo, el verde, el celeste, ni el violeta, pero sus manos los traducen en bisutería. No ven las formas ni los colores de las piedras. Pero las sienten, afirman.
Ahora son tres: Abi, Miguel Angel y Berly, quienes están en el taller de bisutería que se imparte en el Centro de Rehabilitación Integral (CRI), del Benemérito Comité Pro Ciegos y Sordos de Guatemala. La mayoría de quienes ingresan al Centro han perdido la visión debido a alguna enfermedad o a un accidente. Ahí se ayudan para aprender a empezar de nuevo. También asisten los “ciegos profundos”, personas que no han visto durante su vida.
Abi, Miguel y Berly tienen baja visión, y es progresiva. “Un lento crepúsculo que inició cuando se empezó a ver”, dijo alguna vez Borges. Si no hay suficiente luz, alcanzan a ver “sombras, borroso, negro, oscuro y hasta contrastado”, cuentan. Pero con la guía de su profesora y con los mecanismos que crearon (pequeños frascos con los materiales ordenados de acuerdo a su color y forma), han logrado aprender y perfeccionar el método.
El CRI ofrece varios talleres, y demás servicios. El de bisutería es un programa joven, empezó en octubre del año pasado.
Abi, Miguel Angel y Berly crean pulseras, collares, llaveros, relojes y aretes, entre otras cosas. También reciben pedidos especiales. Y mañana, martes 19, se abrirá un pequeño bazar para vender el resultado de su trabajo en la sede del CRI (Diagonal 21, 19-19, zona 11, Anillo Periférico).
El objetivo de este tipo de talleres es crear en la mente de las personas no videntes la idea de crear una empresa, también el interés por su presentación personal y sobre todo, es una forma de subirles el autoestima.
Hay colores que les faltan, que extrañan. “Pero se imaginan”, explica Abi mientras se alista para crear un collar. “Esta es una piedra blanca”, le dice Angélica, su maestra. “Lo siento”, resalta Abi, al tiempo que las yemas de sus dedos rozan suavemente lo que ya está listo para ser el adorno del cuello y la cara de alguien.
*Para obtener información sobre la bisutería, comunicarse al 24730829 con Angélica Estrada.