El padre Grande fue emboscado en la carretera que comunica el municipio de Aguilares con el municipio de El Paisnal, tierra que le vio nacer y morir, lugar geográfico en el cual confluyeron el amor de su familia y el odio que segó su vida.
¿Qué hizo para que lo mataran? ¿Qué idea peligrosa cruzó su pensamiento para que decidieran destrozarle el cerebro?
Parece que todo comenzó cuando después de la larga formación jesuítica fue nombrado, en 1972, párroco de Aguilares, y jun...
El padre Grande fue emboscado en la carretera que comunica el municipio de Aguilares con el municipio de El Paisnal, tierra que le vio nacer y morir, lugar geográfico en el cual confluyeron el amor de su familia y el odio que segó su vida.
¿Qué hizo para que lo mataran? ¿Qué idea peligrosa cruzó su pensamiento para que decidieran destrozarle el cerebro?
Parece que todo comenzó cuando después de la larga formación jesuítica fue nombrado, en 1972, párroco de Aguilares, y junto a otros jesuitas conformó un equipo misionero que tenía entre otros objetivos formar líderes comunitarios, promover la organización campesina y denunciar los abusos de autoridad del gobierno, acciones que representaban peligro para los cobardemente poderosos.
Ahora bien. Si Rutilio Grande había dado razones para que planearan eliminarlo, o al menos enviar un mensaje macabro al equipo misionero de aquella zona, entonces, ¿por qué mataron a Manuel Solórzano a sus 72 años? ¿Por qué no esperaron que Rutilio Grande estuviera solo para asesinarlo? ¿Cuál fue el delito de Solórzano que le costó la vida? Vaya pues. Digamos que el padre Rutilio Grande y Manuel Solórzano formaban parte del mismo grupo que promovía la organización popular y educación de los campesinos. Digamos que Solórzano, colaborador cercano que participaba activamente en la Iglesia, también fue etiquetado como alguien peligroso a los intereses de aquellos que se aprovechaban de la ignorancia del pueblo, y como ellos tenían las armas, no dudaron en apretar el gatillo.
Si seguimos la misma lógica, entonces, ¿qué hizo Nelson Rutilio Lemus a sus 16 años para ser considerado un objetivo peligroso? ¿Qué dijo para que el sicario no le perdonara la vida? ¿Cuáles fueron las acciones que le hicieron ser considerado un ser humano demasiado peligroso para el poder establecido?
La respuesta está en lo que recordamos cada 12 de marzo. Que “matones” interceptaron el Jeep en el cual se transportaban el P. Rutilio Grande, Manuel y Nelson, y los asesinaron a sangre fría. Ésa es la verdad.
Los asesinos, los mismos de siempre, enlutaron a nuestra Iglesia, arrancaron un miembro de una familia y desgarraron el corazón de una madre.
Ellos, los que ordenaron y pagaron por matar, sabemos que nunca darán la cara y que jamás mostrarán arrepentimiento sabiendo que estamos dispuestos a perdonarlos. Que nunca explicarán las razones que les llevaron a odiar a nuestros hermanos sabiendo que lo único que recibirán de nosotros es comprensión.
A los 37 años del martirio de nuestro compañero, no sólo recordamos su vida y legado, sino que recibimos con gran consolación y agradecimiento la buena noticia anunciada por Monseñor José Luis Escobar Alas, quien públicamente dio a conocer este 4 de marzo que la Arquidiócesis de San Salvador va a iniciar los trámites para introducir la causa de canonización del padre Rutilio Grande.
En marzo recordamos a nuestros hermanos Rutilio Grande, Manuel y Nelson, y al escuchar sus nombres diremos con el corazón abierto, ¡PRESENTES!
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