Parecen repetirse (y aumentarse) las reacciones que se dieron frente al H5N1 (el virus causante de la gripe aviar) en 2009 y que, al menos en estos tercermundistas parajes, no causó mayor impacto.
En esta ocasión, el causante de noticias y alarmas, de predicciones apocalípticas, de la desaparición (y el encarecimiento) de las mascarillas y de otros insumos para su prevención, así como de muchos memes, es el coronavirus causante de la enfermedad conocida como covid-19.
Si uno se atiene a las respuestas que se van dando frente a la enfermedad, podría pensarse que el coronavirus es uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, que no nos llamará a la puerta de la casa si tomamos una actitud adecuada ante él. Yo sé que esto no tiene nada que ver con las condiciones médicas de la enfermedad y con su prevención, pero las respuestas que se están dando tampoco.
Por ejemplo, por el lado católico he escuchado que se están haciendo vigilias para detener su contagio y evitar que traspase las fronteras nacionales. Me imagino que, para no quedarse atrás, algunos evangélicos están reprendiendo al coronavirus con la misma finalidad [1]. Y, en Nueva Zelanda, un pastor, avispado en eso del negocio, propone que la cura para este castigo por alejarse de Dios sea el pago oportuno del diezmo (eso sí, con el rechazo de sus fieles como respuesta).
Digo yo: cada quien puede creer lo que quiera, pero me imagino que Max Weber se sorprendería por este «reencantamiento» del mundo y que varios críticos ilustrados de la religión se estarán preguntando qué rayos está pasando con la racionalidad moderna y crítica [2].
[frasepzp1]
Los memes (verdaderos signos de los tiempos) sobre el tema han mutado a una velocidad sorprendente, mayor que la de la misma infección. Uno de mis favoritos es ese en el cual el coronavirus es representado por el Depredador de la película [3] y los soldados se le oponen con etiquetas como «caldito de pollo», «Vicks Vaporub» y «siete octavos y un limón».
En conjunto, se puede apreciar una preocupación muy importante en torno a esta enfermedad que no corresponde a la realidad inmediata. Hasta el momento ha afectado mayormente a China, aunque ya se registran brotes en otras regiones.
Lo que ya otros han señalado es que pareciera que existen intereses en mantener a la población preocupada por enfermedades como la provocada por este coronavirus mientras se pierden de vista otros males mayores. Particularmente en países como Guatemala hay una gran cantidad de muertes provocadas por distintas enfermedades que merecen preocupación mucho más seria, incluyendo enfermedades prevenibles que provocan muertes de niños.
No sé si haya a quien responsabilizar por estas reacciones. Si a las multinacionales farmacéuticas, que ven una oportunidad mayor de hacer negocio, o a Gobiernos locales, que también tienen colmillo para buscar pretextos y pasar leyes y préstamos de, no sé, unos 200 millones de quetzales. O si estos problemas sirven para mantenernos en un clima de zozobra habitual.
Lo que sé es que, frente a estos males (y otros), la búsqueda de información y el pensamiento nos pueden prevenir de muchas cosas, incluyendo vigilias, reprensiones y diezmos.
* * *
[1] No voy a realizar una investigación exhaustiva para saber exactamente a qué se refiere un evangélico cuando dice que va a reprender al coronavirus, pero la expresión de marras hace alusión al potencial que todo creyente tiene, a partir de la autoridad de Jesús, para combatir al maligno y a sus edecanes.
[2] Una respuesta posible es que la religión nunca se ha ido de la vida de la gente, aunque sus expresiones y significados vayan cambiando. En el Lejano Oriente, en Montana y en varios países de Latinoamérica, fundamentalismos de diverso tipo son moneda corriente.
[3] Depredador es una película de 1987 protagonizada por Arnold Schwarzenegger, quien interpreta a un soldado que se enfrenta a un malvado alienígena.
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