Eso se adivina de la Cámara del Agro con su obstinación porque se mantenga la ley de la selva (del más fuerte) y que la mayoría de los guatemaltecos siga muriéndose de hambre en sus fincas. Obvian que el modelo de desarrollo de plantaciones –fundado sobre expropiaciones a indígenas hace 140 años y abusos expropiatorios a los más débiles desde entonces– es una máquina de producir un pushito de multimillonarios y un montón de pobres.
El modelo de desarrollo finquero nunca, nunca, n...
Eso se adivina de la Cámara del Agro con su obstinación porque se mantenga la ley de la selva (del más fuerte) y que la mayoría de los guatemaltecos siga muriéndose de hambre en sus fincas. Obvian que el modelo de desarrollo de plantaciones –fundado sobre expropiaciones a indígenas hace 140 años y abusos expropiatorios a los más débiles desde entonces– es una máquina de producir un pushito de multimillonarios y un montón de pobres.
El modelo de desarrollo finquero nunca, nunca, nunca va a sacar de la pobreza a la mayor parte de los guatemaltecos que vive en los departamentos. Es una quimera pensar que no van a hacer que los niños trabajen, que les pagarán a todos el salario mínimo con prestaciones o vacaciones, o que van a pagar los impuestos que deben para que el Estado pueda construir mejores escuelas y hospitales. Son los finqueros –y no los del CUC– los radicales trasnochados. Los del CUC incluso están sumando fuerzas con el PP para acordar una ley.
Y sé que no todos los empresarios tienen esa visión anticomunista respecto del Estado y de los más débiles. Lo que me pregunto es por qué los empresarios visionarios, como los Fundesas o los cooperativistas o algunos de Agexport, cierran filas discursivas.
La ley de Desarrollo Rural no es una ley leninista; es más bien moderada y quiere salvar al sistema. Quiere colocar al Estado como actor en el desarrollo rural para comprar tierras, acompañar a los campesinos para que puedan insertarse en el mercado y ser productivos y aportar en algo a que no malvivan tantos niños y niñas.
El presidente Pérez Molina intenta, me parece que genuinamente, que se apruebe la ley. Pero me recuerda la caricatura que él dibujaba del expresidente Colom cuando no tenía capacidad de movilizar a sus diputados y a sus aliados. Creo que su ñeque se acaba cuando no hay dinero de por medio para los diputados. ¿Estará cosechando lo que sembró al tener una campaña tan multimillonaria y unos diputados propios y aliados tan mercenarios? Ojalá, por el bien del país y la democracia, que lo revierta en 2013.
*Publicado originalmente en elPeriódico, martes 4 de diciembre
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