Entre un café y otro en una reunión casual, Edwin y Grace me contaron una tragedia que comparten con miles de guatemaltecos. Edwin me comenta que ya van avanzados en el proceso migratorio con los Estados Unidos (estos son procesos largos, tediosos y caros), pero que esa semana una piedra se les había atravesado en el camino. Esa piedra se llama Renap.
En el mes de noviembre Edwin y Grace tienen que presentar sus pasaportes guatemaltecos vigentes para concluir una parte de su proceso migratorio, por lo que fueron al Consulado de Guatemala en Washington para renovar sus pasaportes, pero no pudieron. Para tramitarlos, a partir de la resolución de la Corte de Constitucionalidad que deja sin validez la cédula de vecindad, deben presentar sus documentos personales de identificación (DPI), que no tienen. Esta pareja no tiene DPI no porque no hayan sido diligentes o porque hayan dejado todo a última hora. No tienen DPI porque en el extranjero no se puede tramitar el DPI.
La solución del Consulado fue que viajaran a Guatemala y realizaran el trámite respectivo en el Renap. La solución es para sentarse a llorar. Están jodidos. No hay nada que hacer. Ese es el sentimiento que estos guatemaltecos y la mayoría tenemos respecto al Estado.
Sin embargo, no están tan jodidos. La Corte de Constitucionalidad establece que la norma contiene una doble obligación: una, del ciudadano, que debe haber tramitado diligente y oportunamente el DPI; y la otra, de la administración pública, que debe haber determinado e implementado las medidas administrativas, tecnológicas y de infraestructura indispensables para la emisión del documento.
Concluye que, si la administración es responsable porque no fue capaz de cumplir con su obligación, los ciudadanos no pueden verse limitados en sus derechos. Y propone en la resolución la entrega de un documento provisional que sirva para actuar en ausencia del DPI.
El Renap no tiene sede en Washington. El Consulado es el representante del Estado y, para dichos efectos, quien debe responder y resolver de conformidad con lo que estableció la Corte para facilitar a los guatemaltecos los trámites que tengan que hacer.
La semana pasada el Consulado no les explicó esto a los guatemaltecos que, como Grace y Edwin, están pasando un mal rato. En unas horas habrá una reunión en el Consulado. Espero que ratifique sus errores y aplique la resolución de la Corte. De lo contrario, se estarán violando aún más los derechos de muchos guatemaltecos que han salido corriendo de un país en el que la institucionalidad y los derechos ciudadanos están en la ruina.
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