Honduras, Guatemala, Bolivia y México cuentan con las mayores tasas de pobreza del continente: más de la mitad de su población. Sin embargo, sus índices de homicidio son muy diferentes. 90.4 homicidios cada 100.000 habitantes en Honduras (aunque según los datos del Observatorio de la violencia del vecino país actualmente ha caído a 80); más de 30 en Guatemala (con una tendencia a la baja comenzada en el 2010 cuando la tasa era 41.6); más de 21.5 en México (que ha subido su tasa de 7.8 del 2007 como consecuencia de la llamada “guerra al narcotráfico”); y 12.1 en Bolivia en el año 2012 (que muestra una tendencia a la alza respeto al 6.3 del año 2006).
A cada afirmación como “la causa de la violencia es la pobreza” o “la pobreza es el resultado de disparidades económicas” se responde siempre con contraejemplos: Nicaragua y Cuba son países con PIB per cápita menores que Guatemala, pero sus índices de homicidios son mucho más bajos que en el país del fiambre. Y Chile, a pesar de tener un índice de Gini comparable con el de Guatemala (54.6 y 56.1 en el año 2003 respectivamente) muestra un índice de homicidios que oscila entre 3 y 4 por 100.000 habitantes en la última década. Un décimo del índice de homicidios de Guatemala. El índice de Gini mide las inequidades económicas, o sea cuánto está concentrada la riqueza de un país: 0 es la mínima concentración, 100 máxima concentración. Con un índice de Gini de 55.9 en el 2007, último año disponible, en Guatemala el 70% de la riqueza está concentrado en el 30% de la población.
La grafica 1 muestra la distribución de la tasa de homicidios de los países del continente americano en función del índice de Gini: Honduras, Bolivia, Colombia, Guatemala, Brasil, Paraguay, Chile, Panamá y Costa Rica son los países de la región con mayor índice de Gini, y sin embargo muestran índices de homicidios muy diferentes: 12.1 en Bolivia, 25.2 en Brasil, 90.4 de Honduras.
Gráfica 1. Homicidios en los países por índice de Gini (UNODC, Banco Mundial, último año disponible)
Al mismo tiempo, países como Venezuela, con un índice de Gini inferior al de Uruguay, tiene un índice de homicidio de 53.70, frente al 7.90 de Uruguay.
Lo mismo vale para la tasa de pobreza: Honduras, Guatemala, Bolivia, México, Nicaragua y República Dominicana cuentan con más del 40% de la población pobre (Gráfica 2) y los índices de homicidios oscilan entre los ya citados 12.1 de Bolivia y el 11.3 de Nicaragua hasta el 39.9 de Guatemala y el 90.4 de Honduras. Y Paraguay, más pobre que El Salvador, tiene un índice de homicidio de 9.7, menos de un cuarto del índice de homicidios de éste que, a pesar y gracias a la tregua entre maras, cuenta con un índice de homicidio de 41.2 (disminuyendo de 28.7 puntos el índice de homicidios en un año, anteriormente igual a 69.9)
Gráfica 2. Homicidios en los países por Tasa de Pobreza (UNODC, Banco Mundial, último año disponible)
Sin embargo, a la hora de considerar la interacción entre tales indicadores, es posible apreciar que el conjunto de indicadores puede describir, mejor que los indicadores por separado, cómo a mayor desarrollo corresponden menores índices de homicidios.
Cuando los altos índices de inequidad están asociados a bajos índices de pobreza, los índices de homicidios se reducen drásticamente, mientras que si los altos índices de desigualdad están asociados a altos índices de pobreza, los índices de homicidio se disparan, amplificándose mutuamente.
En la siguiente tabla es posible apreciar cómo al aumentar el número de variables que interactúan mutuamente, aumenta progresivamente su correlación con el índice de homicidios, medida con el coeficiente de correlación de Pearson.
Las variables son el Índice de Gini (“Gini”), la tasa de Pobreza (“Pobreza”), el porcentaje de homicidios cometidos con arma de fuego (“Armas”) y el Indicador Estado de Derecho del Banco Mundial (“Rule of Law”), que siendo un factor que contrarresta la violencia está relacionado inversamente al índice de homicidio, y por lo tanto está al denominador del indicador compuesto.
Grafica 3. Indicador compuesto: (Pobreza*Gini*Homicidios con arma de fuego)/ Rule of Law
Las cuatro variables componen un indicador que está relacionado al 89.26% con el índice de homicidio y “puede explicar” el 79.68% de los índices de homicidios cometidos en la región. Lo que muestra cómo para comprender mejor la forma en que los distintos factores están asociados a la violencia homicida es necesario considerarlos en su conjunto, y no por separado, desde una perspectiva compleja (no lineal) y multidimensional: no es lo mismo compartir el 30% de la riqueza en Chile, con un PIB per cápita de US$15,230, que en Guatemala, donde el PIB per cápita es de US$3,340 (según datos del Banco Mundial para 2013).
La diferencia que se vuelve aún más significativa si al PIB per cápita añadimos la eficacia del Estado de Derecho, el nivel de la educación, la existencia de políticas públicas de protección social, el sistema de salud, etc.
Terminamos con una consideración más.
Analizando todos los indicadores de desarrollo, pobreza, inequidad, tasa de fertilidad, educación (asistencia escolar y calidad educativa), índice de Gini, índice de desarrollo humano, pobreza multidimensional, Estado de Derecho y demás indicadores de gobernabilidad como la corrupción, se observa siempre lo mismo: en los países con mejor Desarrollo Humano, Estado de Derecho, Gobernabilidad, Salud, Educación, las tasas de homicidios resultan más bajas y viceversa.
La interpretación de esta correlación es que en los países en que las instituciones no pueden garantizar el derecho a la alimentación, salud, educación, etc. tampoco es posible garantizar el derecho a la seguridad física de las personas. La buena noticia es que si se logra hacer funcionar la máquina estatal, implementando mecanismos de gestión transparentes y basados en las evidencias y los resultados, y se acompaña este proceso con un progresivo aumento de los ingresos fiscales, se podrá asistir a una paulatina mejora de los índices de desarrollo social y económico, y una correspondiente disminución de los índices de homicidio.
Más de este autor