Dos cifras importantes han crecido desde 2009: la tasa de casos de homicidios que ingresan al Organismo Judicial (OJ) y la tasa de condenas en función de la cantidad de víctimas. Ambas contribuyen a explicar la caída de los índices de homicidios.
Veamos.
Gráfica 1. Tasa casos ingresados al Organismo Judicial
(Datos CIDEJ-OJ)
Hay, desde 2010, un incremento notable del número de casos ingresados al OJ que hizo que la Tasa de casos ingresados subiera, entre ese año y 2013, del 28.42% al 39.63%. La Tasa de casos ingresados al OJ por víctimas es el resultado de la relación entre el número de víctimas de homicidio y los casos ingresados al OJ. Eso quiere decir que por cada diez víctimas, el OJ recibió casi cuatro casos para juzgar en los tribunales, uno más que en 2010 y uno y medio más que en 2009.
Aunque en Guatemala no hay un consenso acerca de cómo medir la impunidad, desde la perspectiva de las víctimas, diremos aquí que impune es todo crimen o delito cuyo culpable no es juzgado y condenado. En el caso de los homicidios, el número de casos que se juzgan y el número de condenas que se logran es mayor, en relación con la cantidad de víctimas, después de 2010 que antes. Porque al mismo tiempo que creció la Tasa de casos ingresados al OJ, ha mejorado también la Tasa de condenas con respecto a la cantidad de víctimas de homicidio. Mientras en 2010, por cada 100 víctimas había menos de dos sentencias condenatorias (1.24) en 2013 esa cifra había subido a 9.16, y había alcanzado su pico más alto (9.62) en 2012.
Gráfica 2. Tasa condenas por cantidad de víctimas de homicidio
(Datos PNC y CIDEJ-OJ)
Según la Coordinación de Estadística del Centro de Información y Estadística del Organismo Judicial, este incremento debe atribuirse a que la calidad de las investigaciones que presentan el MP y la PNC ha mejorado y además antes de llevar a tribunales casos sin sustento, los pueden desestimar; al aumento de sentencias derivados de los nuevos juzgados pluripersonales y tribunales unipersonales de sentencia penal; y al funcionamiento del sistema de justicia penal por audiencias.
Pero al margen de lo dicho, lo interesante de estas dos gráficas es el fenómeno que ilustran desde 2009: conforme crecen la Tasa de casos ingresados y la Tasa de condenas (líneas discontinuas negras) decae el índice de homicidios (línea roja).
Si analizamos la relación entre las condenas y los homicidios entre 2010 y 2013, veremos que cuanto más eficaz es el sistema en condenar a los culpables, más caen la cifra de homicidios (índice de Pearson de -98.08%, para los amantes de la estadística). Dicho más sencillo, al subir el número de condenas disminuye el de los crímenes. Las dos líneas discontinuas negras de la gráfica 3 muestran una simetría notable entre las sentencias condenatorias (abajo) y el índice de homicidios (arriba).
Gráfica 3. Relación entre la tasa de condenas por homicidios y la disminución de los homicidios de hombres con armas de fuego
(Datos PNC, INACIF, CIDEJ-OJ)
La gráfica muestra otra cosa más. Entre 2010 y 2013 el índice de homicidios (número de muertos por 100,000 habitantes) disminuyó en 7.47 puntos. El descenso depende casi exclusivamente de la caída del número de hombres asesinados con arma de fuego (la línea añil que aparece en la parte superior de la gráfica). Ninguna de las demás modalidades de muerte de hombres y mujeres presenta una disminución sustantiva (líneas horizontales en la parte de abajo), lamentablemente.
En algún momento, la ex Fiscal General Claudia Paz y Paz dijo que su trabajo se había centrado en perseguir estructuras criminales. Si aceptamos la hipótesis de que estos grupos organizados son los principales responsables de los homicidios de hombres con arma de fuego, encontraríamos en este dato otro elemento más para comprender qué está pasando.
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