La efectividad de una estrategia se mide por sus resultados. El gobierno del presidente Biden debe usar este criterio pare evaluar su estrategia para la migración.
En 2021 el Gobierno de los Estados Unidos de América dio a conocer su Estrategia para abordar las causas raíz de la migración en Centroamérica, que se fundamenta en los cinco pilares siguientes:
- Enfrentando la inseguridad económica y la desigualdad
- Combatiendo la corrupción y fortaleciendo la gobernabilidad democrática y el Estado de derecho
- Promoviendo el respeto a los derechos humanos, laborales y la libertad de prensa
- Contrarrestando y previniendo la violencia, la extorsión y otros crímenes perpetrados por pandillas criminales, redes de tráfico y otras organizaciones criminales
- Combatiendo las violencias sexual, de género y doméstica
Por muy acertados, nobles y correctos que suenen, debe evaluarse su efectividad. En el caso de Guatemala, un informe reciente de la Comisión Económica para América Latina muestra deterioros en términos de la desigualdad, con lo cual, aunque las tasas de crecimiento económica sean positivas, e incluso sean altas como ocurrió en 2021, las condiciones de vida de las grandes mayorías se han deteriorado significativamente: los ricos se han hecho más ricos, y los pobres más pobres. El pilar uno de la estrategia estadounidense para enfrentar el fenómeno migratorio no está funcionando.
En cuando al pilar dos, en 2021 Guatemala obtuvo su peor posición en el índice de percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional, cayendo 59 posiciones en la última década. Es decir, pese a esfuerzos del Ministerio de Finanzas Públicas para mejorar la transparencia fiscal, como la creación de portales especializados, este pilar de la estrategia estadounidense tampoco está funcionando.
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Los ataques y la asfixia financiera a los que fue sometido el procurador de los derechos humanos anterior, el claro sesgo pro empresarial, el descuido de los derechos de los trabajadores que caracteriza al gobierno del presidente Giammattei y los ataques directos a la prensa independiente (el más reciente y grave, la captura del periodista José Rubén Zamora), evidencian que el respeto a los derechos humanos, laborales y la libertad de prensa no se están promoviendo en Guatemala. Es decir, el pilar tres de la estrategia estadounidense tampoco está funcionando.
La violencia homicida, las extorsiones y otros crímenes perpetrados por las maras o pandillas, es una realidad dolorosa y trágica que sufren cotidianamente la gran mayoría de las y los guatemaltecos. Según los datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, en el primer semestre de 2022 los homicidios se incrementaron en 9.9 % y se ha registrado la muerte violenta de 341 mujeres. Según los datos del Grupo de Apoyo Mutuo, el 90 % de los homicidios cometidos en Guatemala quedan impunes. Trágica y crudamente, los pilares cuatro y cinco de la estrategia estadounidense también están fallando.
Por supuesto, estos son problemas de Guatemala que las y los guatemaltecos somos los primeros responsables en resolver, sin discusión. Sin embargo, es muy importante hacer ver que, si el propio gobierno estadounidense reconoce que estas cinco áreas son causas raíz determinantes para el fenómeno migratorio, al punto que son los pilares de su estrategia, y si lo que ese gobierno quiere es apoyar a Guatemala y al resto de la región centroamericana para mitigarlas, entonces los datos claramente sustentan un llamado de atención sobre la efectividad de lo realizado hasta ahora.
En particular, los datos permiten cuestionar el apoyo que la administración del presidente estadounidense Biden continúa dándole a gobiernos corruptos como el de Giammattei, que a todas luces es un factor que está agravando esas causas raíz de la migración.
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