Capitol, Ciudad y cine

A finales de los setenta, después del terremoto, el edificio antiguo fue demolido y se construyó el Centro Comercial Capitol,  un lugar muy exclusivo y lujoso. Hoy por hoy, entrar al sótano del edificio da sensación claustrofóbica. El centro comercial está lleno de máquinas tragamonedas de juegos de distintos tipos;  jóvenes y otros no tanto jugando y compulsivamente, perdiendo dinero en estos espacios oscuros del centro comercial.

Éste es un espacio histórico de nuestra ciudad, poco conocido por muchos. Pero rescatado con actividades como uno de los festivales de cine más concurridos en Guatemala, el festival de cine Memoria, Verdad y Justicia. El retomar estos espacios urbanos nos hace reunirnos como ciudadanos y hacer ciudad.

Tengo dos años de ir al festival y éste no iba a ser la excepción. El sábado a las seis, el cine Capitol no era suficiente para la cantidad de gente que hacía cola para entrar a ver la película.  El vaho del calor humano y la larga cola eran parte de la experiencia, en el ambiente se respiraba tranquilidad y paz. Nadie se colaba, el de atrás sin conocerlo te platicaba, el público era diverso, nadie se cuidaba las bolsas.

Como llegamos tarde, no logramos entrar a la función de las seis, alcanzamos la de las ocho. La entrada era gratis, tenías que recogerlas una hora antes de la función. Se repitió la imagen de las seis de la tarde, la sala repleta. El documental relataba la caída de Mubarak en Egipto, el sábado el tema era la Primavera Árabe.

Contrario a la mayoría de veces que he ido al cine en la ciudad, la gente no hablaba, nadie ponía sus pies en la butaca, los celulares apagados; al salir de la sala, ésta no parecía un basurero de bolsas de poporopos y envases PET; todo lo contrario, veías a la gente recogiendo su basura. 

El cine como otras artes refleja una forma de ver el contexto en un momento determinado. Claro está que es una forma de ver la historia y la justicia, existirán otras posturas. Pero lo que me parece más valioso es que a través del arte podamos reunirnos como ciudadanos, recuperar espacios públicos y sin barreras conocer la verdad de quienes nos la quieren contar.

Considero que es importante que este tipo de actividades se replique, que no sean sólo algunos los que promueven este tipo de actividad. Que el dinero de las asociaciones, fundaciones, empresas y países dirigidos a la construcción de ciudadanía en Guatemala volteen a ver este tipo de actividad que efectivamente difumina barreras sociales, económicas e ideológicas que tanto daño nos hacen.