Andar en bici

Las motivaciones son tres: 1) La gasolina está cada vez más cara, no trabajo lejos de mi casa, pero no estoy tan fit como para bicicletear hasta el trabajo, sin embargo para los mandados cerca sí aguanto; 2) Cada vez hago menos ejercicio y llevo una vida sentada en escritorio, así que moverme un poco me cae bien; 3) Conciencia medio ambiental.

Subida en la bici, disfrutando de la brisa y conociendo mejor mi barrio desde una óptica diferente. No iba rápido, más bien a una velocidad moderada, pero en bajada sentí pánico. Un gran túmulo, sin pintar, estaba frente a mí. Fue uno de esos momentos en los que uno se ve con los dientes en el pavimento. Logré evitar la caída, pero no el enojo.

En mi barrio, al igual que en muchos otros de la Ciudad de Guatemala, las asociaciones de vecinos contratan policía privada, construyen garitas y exigen túmulos de tamaños descomunales. Todo bajo el lema de la inseguridad.

Es cierto, la Ciudad de Guatemala tiene habitantes (no ciudadanos) con una paranoia de inseguridad tremenda, los datos son alarmantes. Plaza Pública publicó el 22 de agosto un estudio sobre la cantidad de homicidios por zona en la ciudad. En este estudio se establece que en zona 15 no ha habido ningún homicidio en el año. Este dato es el argumento que utiliza la Asociación de mi barrio para decir que están haciendo bien su trabajo…

Yo considero que muchos guatemaltecos estamos perdiendo el Norte con el tema de la inseguridad. No creo que la Asociación pueda científicamente probar que los túmulos y policías privados rondando el barrio evitan homicidios. Sin embargo, muchos vecinos puede que sí “sientan” que una es reacción de la otra. Seguramente estos datos hacen que los vecinos estén dispuestos a pagar una cuota por esos servicios que aparentemente han sido efectivos. Es posible que esa misma sensación tuvieron los vecinos de Panajachel con su versión de policía privada.

Creo que el fin del Estado es proveer a sus ciudadanos de seguridad y justicia. Esto implica que el gobierno debe tener la fuerza para hacer cumplir la ley, que existan consecuencias ante los actos ilegales. El Estado es el único que tiene el poder para hacer esto, o al menos así debería de ser, por eso se dice que el Estado ostenta el monopolio de la fuerza.

En nuestras autoridades confiamos esta función, definitivamente no están haciendo su trabajo. Pero eso no es excusa para delegar la función más importante del Estado en asociaciones, juntas o empresas de seguridad. Más bien debería ser un incentivo para quienes creemos en un gobierno pequeño, de exigir con más fuerza: transparencia, rendición de cuentas, calidad en el gasto; y para quienes creen en un gobierno grande, luchar por el aumento en el presupuesto, aumento de impuestos, mejor recaudación, etc.

Para que como país podamos andar en bicicleta, tenemos que asegurarnos de tener un camino libre de túmulos. La seguridad debe ser para todos, en todas las zonas, sin necesidad de pagar para sentirse seguro, sin encerrarnos y separarnos.