Ambos países comparten el mismo ingreso por persona y, hasta cierto punto, la estructura económica. Primero, el ingreso por persona en Guatemala en el 2010 era de $6 300, similar al de Alemania en 1954 (usando la paridad del poder adquisitivo —PPA— encadenada con valores del 2011). Segundo, la proporción de trabajadores en la agricultura en Guatemala en el 2010 era de 34 %, similar a la de Alemania en 1948 (Borchardt, 1991: 108 y 122).
Ahora bien, Alemania cambiará de manera importante durante las siguientes dos décadas. Primero, el PIB alemán por persona crecerá anualmente 5.1 %. Es decir, se duplicará cada 14 años. Por otro lado, la proporción de trabajadores en la agricultura se reducirá de 34 % a solo un 7 %. ¿Está Guatemala en el mismo sendero de Alemania? Es difícil creerlo.
En la última década, el crecimiento del ingreso por persona en Guatemala ha sido la mitad del experimentado por los alemanes entre 1950 y 1975. Además, varias políticas económicas muestran que la dirección entre la Alemania de 1950 y la Guatemala de hoy son muy distintas. En ese sentido, conviene prestar atención al profesor Eichengreen, quien ha señalado tres ejes del desarrollo económico alemán durante la posguerra: un tipo de cambio competitivo, una política salarial moderada que permitió el pleno empleo y políticas explícitas para ayudar a las empresas a reducir la brecha tecnológica con Estados Unidos —incluyendo el Plan Marshall—. En Guatemala ocurre lo contrario: tipo de cambio apreciado, una política de salarios mínimos que no guarda relación con las posibilidades de creación de empleo formal abundante en el país y ningún compromiso serio por incrementar la productividad de las empresas guatemaltecas. Incluso la cooperación internacional es tan distinta. Mientras tanto, con el Plan Marshall el Departamento de Trabajo de Estados Unidos se dedicó a generar encuestas de productividad de empresas alemanas para diagnosticarlas y ayudarlas a lograr el mismo nivel de productividad de las estadounidenses y promover la venta de equipo estadounidense. Ello contrasta con la actitud actual de la cooperación en Guatemala, enfocada en paliativos o en subir estándares laborales sin que respondan a la productividad de la empresa promedio.
Claro, algunos dirán que es necesario reconocer que la Alemania de 1950 es heredera de muchas cosas buenas del pasado. En ese sentido, Guatemala no solo debe impulsar las tres políticas anteriores, sino también ponerse al día con la Alemania de 1950.
Primero, Alemania ya contaba con mano de obra preparada. Desde 1870, 30 % de sus trabajadores ya trabajaban en el sector industrial. Además, la educación primaria (obligatoria) era casi universal en esa época, la cual se complementaba con el entrenamiento de aprendiz que recibían los jóvenes en muchas empresas medianas y grandes.
Segundo, los alemanes contaban con cien años de inversiones en infraestructura con un claro enfoque en una logística eficiente, por motivos de guerra y comerciales. Ello se aprecia en el aprovechamiento de los ríos, así como en la construcción de canales, ferrocarriles y la Autobahn. Aun tras la destrucción generada por la guerra, en el peor de los casos, heredan el derecho de paso para reconstruir la infraestructura.
Tercero, los alemanes, empresarios, trabajadores y políticos, ya tenían experiencia en lo que implicaba el reto de la industrialización y el desarrollo. Conocían los retos de mantener una industria de carbón, acero y maquinaria que fuese competitiva y distintas políticas para lograrlo. Por ejemplo, un tipo de cambio competitivo para impulsar la exportación industrial está en el corazón de la reforma monetaria de 1948 y 1949. Pero, también aprendiendo de la conflictividad del pasado, todos los actores del país se dieron cuenta de la necesidad de promover políticas sociales complementarias con sus políticas económicas.
Cuarto, debemos reconocer que en Guatemala no contamos con una burocracia preparada para afrontar estos retos, algo que ha sido vital en Alemania desde tiempos de Federico II el Grande. No solo la institucionalidad del servicio civil en Guatemala es un fracaso, sino que a ello se agregan dos problemas adicionales: el desdén de la élite por el trabajo en el Gobierno y la creciente vulnerabilidad del servidor público generada por ingenuos intentos de controlar la corrupción (ejemplo: las multas de la Contraloría General de Cuentas y las recientes reformas a la Ley de Compras y Contrataciones).
A esto debemos agregar que el reto del crecimiento parece más complicado hoy en día que hace 70 años, cuando lo reemprendió Alemania. El proteccionismo en los países desarrollados está creciendo, lo cual limita nuestra posibilidad de exportar productos sofisticados. Además, cada vez hay más países que compiten agresivamente con Guatemala (ejemplo: China nos rebasó en el 2003; y al paso que van, Vietnam nos rebasará en 4 años y Etiopía en 23).
¿Qué significa todo esto? Si queremos aprender de países como Alemania, debemos implementar sus políticas económicas. El reto es que cobren conciencia de esto no solo este gobierno, sino también el resto de actores políticos en el país.
A los curiosos les dejo unas cuantas buenas referencias:
- Borchardt, Knut (1972). «The Industrial Revolution in Germany 1700-1914». Vol. 4. The Fontana Economic History of Europe 4. Fontana Publishers.
- Cambridge University Press (1991). Perspectives on Modern German Economic History and Policy. Cambridge: Nueva York.
- Chandler, Alfred D. (1994). Scale and Scope: The Dynamics of Industrial Capitalism. 1st Harvard University Press pbk. ed. Cambridge, Massachusetts: Belknap Press.
- Dorn, Walter L. (1931). «The Prussian Bureaucracy in the Eighteenth Century». Political Science Quarterly 46 (3): 403. doi:10.2307/2143267.
- Edwards, Jeremy, and Sheilagh Ogilvie (1996). «Universal Banks and German Industrialization: A Reappraisal». The Economic History Review 49 (3): 427. doi:10.2307/2597758.
- Eichengreen, Barry J. (2007). «The European Economy since 1945: Coordinated Capitalism and Beyond». The Princeton Economic History of the Western World. Princeton: Princeton University Press.
- Fear, Jeffrey (1997). «August Thyssen and German Steel». In Creating Modern Capitalism, editado por McCraw, Thomas K., 1sted., 183-226. Estados Unidos: Harvard University Press.
- Fear, Jeffrey (1997). «German Capitalism». In Creating Modern Capitalism, editado por McCraw, Thomas K., 1sted., 135-82. Estados Unidos: Harvard University Press.
- List, Friedrich (2011). National System of Political Economy. Cosimo Classics.
- Lutz, F. A. (1949). «The German Currency Reform and the Revival of the German Economy». Economica 16 (62): 122. doi:10.2307/2549853.
- Torp, Cornelius (2010). «The “Coalition of ‘Rye and Iron’” under the Pressure of Globalization: A Reinterpretation of Germany’s Political Economy Before 1914». Central European History 43 (3): 401–27. doi:10.1017/S000893891000035X.
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