Estas encuestas empezaron a desarrollarse en 2002 con distinta frecuencia de levantamiento a lo largo del tiempo y de manera semestral a partir de 2013. La ENEI ha sido la base para los principales indicadores del mercado laboral y fuente de información clave para entender la situación de las trabajadoras y de los trabajadores y darle seguimiento. Además, en las ENEI se ha incluido un módulo de uso del tiempo (desde la ENEI 1-2014, además del módulo incluido en las Encovi desde la encuesta del año 2000) con el objetivo primordial de entender el trabajo no remunerado, su distribución, su relación con las desigualdades entre hombres y mujeres para entrar al mundo del mercado laboral, así como con las desigualdades que genera dentro de este, y la estimación del trabajo total.
La necesidad de contar con estadísticas para entender el impacto de la pandemia de covid-19 en el nivel general de empleo, en los ingresos de las personas y de los hogares, en la cantidad de horas trabajadas y en las condiciones del trabajo remunerado y no remunerado era impostergable.
De tal cuenta, la noticia de la única encuesta de empleo (y la única encuesta de hogares oficial) realizada en el período 2020-2021 se recibió muy positivamente.
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Sin embargo, resultan sorpresivos y preocupantes los siguientes puntos:
- Que, a pesar del conocimiento del impacto negativo de la pandemia en la situación de las mujeres por el incremento del trabajo de cuidados, se excluyera de la ENEI 1-2021 el módulo de uso del tiempo cuando en ningún otro momento de la historia reciente ha sido tan importante medir y estudiar el trabajo no remunerado. En sociedades donde la división sexual del trabajo responde en buena medida al patrón tradicional (hombre proveedor, mujer cuidadora), y en el contexto de la pandemia vivida desde marzo de 2020, era imprescindible incluir ese módulo, así como incorporar preguntas adicionales para entender mejor el impacto en la carga de trabajo dentro de los hogares guatemaltecos y, especialmente, sobre las mujeres.
- Que, siendo la única encuesta de hogares del período 2020-2021, en la sección sobre características educativas no se incluyeran preguntas relacionadas con causas de deserción escolar (sobre todo para las niñas, los niños y los adolescentes que dijeron no estar inscritos en un plantel educativo para el presente ciclo) ni con el acceso a TIC por parte de la población de siete años y más para el seguimiento de la educación a distancia.
- Que, si bien las encuestas de hogares permiten evaluar el alcance y la incidencia de los programas sociales, únicamente se recabó información sobre el Fondo de Protección al Empleo, el cual solo se aplicó a trabajadores del sector privado.
- Que, aunque se preguntó sobre la pandemia como causa del desempleo actual, no se realizaron preguntas relacionadas con el impacto de este fenómeno en todas las poblaciones bajo estudio (población inactiva, población ocupada y población desempleada). Profundizar en ello era particularmente importante para la población ocupada en todas sus categorías ocupacionales (empleados de gobierno y del sector privado, por cuenta propia, trabajo doméstico, etcétera).
- Que, a pesar de que toda actividad estadística nacional debe ser planificada y ejecutada dentro de un marco participativo y teniendo en cuenta las necesidades de información del país, en el proceso de diseño y de discusión del cuestionario de la ENEI 2021 no se convocó a usuarios para evaluarlo y, por lo tanto, no se pudieron señalar oportunamente los temas mencionados con anterioridad, entre otros.
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De tal cuenta, se recalca que:
- Es imperativo contar con información para un buen entendimiento del impacto de la pandemia de covid-19 en el mundo del trabajo remunerado y no remunerado, así como en las condiciones de vida de las personas y de los hogares guatemaltecos.
- Las estadísticas son fundamentales para la elaboración de políticas públicas y, en el marco de la pandemia que atravesamos aún, para las posibilidades nacionales de mitigar los efectos negativos de esta crisis.
- En el contexto actual se ha hecho conciencia alrededor del mundo sobre la necesidad de contar con estadísticas relevantes, pertinentes, comparables, respetuosas de metodologías y de procedimientos y con rigor científico. Estas son necesarias y serán claves en la capacidad de los países para trazar la ruta y avanzar hacia la recuperación económica y social.
- Urge contar con una nueva Encovi (la última fue la del año 2014) para la actualización de la situación de la pobreza nacional, así como con una nueva Encuesta de Salud Materno-Infantil (la última data del período 2014-2015) para conocer la situación actual de la salud y de la nutrición de la población guatemalteca.
- De igual importancia es realizar una nueva encuesta de ingresos y gastos de los hogares que sirva para actualizar el índice de precios al consumidor que se usa para medir la inflación. En todos los países del mundo se reportan, desde el año pasado, incrementos importantes en los productos de consumo de los hogares, y los organismos internacionales han advertido de los riesgos de esta tendencia al alza del costo de vida. Pero las cifras nacionales no reflejan esta realidad por estar severamente desactualizada la base de medición.
- Las buenas prácticas estadísticas requieren de procesos participativos, por lo cual se le solicita al Instituto Nacional de Estadística abrir los procesos para un acompañamiento oportuno por parte de los principales usuarios.
- De cara a próximas encuestas de hogares y para el óptimo beneficio de tan importantes proyectos, se exhorta a la comunidad de usuarios y a miembros de la academia, de agencias de cooperación y de tanques de pensamiento, entre otros, a posicionarse firme y activamente como guardianes de las estadísticas oficiales a fin de garantizar que se cuente con la información necesaria para hacerle frente, como sociedad, al momento histórico que estamos atravesando.
El bienestar de la población guatemalteca, especialmente el de las poblaciones más vulnerables, nos convoca a exigir y velar por más y mejores estadísticas sociales sobre y para el desarrollo humano.
Suscribimos
Alberto Cano, Ana Lucía Solano, Ana Silvia Monzón, Anaí Herrera, Antonio Romero, Aracely Martínez Rodas, Asociación Civil Diálogos, Carlos Antonio Mendoza Alvarado, Daniel Herrera Kelly, Elizabeth Ugalde, Enrique Maldonado, Erick Coyoy, Floridalma Martínez, Gustavo Arriola Q., Heydy López Lepe, Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Jonathan Menkos, Juan Alberto Fuentes K., Karen Ponciano, Karin Slowing Umaña, Karina Peruch, Laboratorio de Datos, Ligia Iveth Hernández Gómez, María José Rosales Solano, Maya Alvarado Chávez, Michelle Molina, Maynor Cabrera, Olga Marina Rivas, Pamela Escobar, Ricardo Valladares, Rosa María Wantland, Rossana Cervantes, Samuel Pérez Álvarez, Samuel Pérez Attias, Sofía Montenegro, Sonia Escobedo, Sucely Donis, Úrsula Roldán Andrade, Verónica Sajbin Velásquez, Vivian Guzmán, Walda Arrecis Duarte, Wilson Romero y Ximena Morales.
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