Todos vestidos rigurosamente de camisa azul y pantalón oscuro, muy al estilo de los tiempos de campaña FRG. Discretamente, atrás de los ministros el anfitrión de la fiesta: el Diputado Arístides Crespo, ahora flamante presidente del Congreso de la República y a quien, muy probablemente, le habría gustado que el evento se realizara en el Centro Cultural al que agradecidamente las autoridades municipales en el año 2001 pusieron su nombre, pero en aras de no aparecer demasiado aceptó organizar el evento en un espacio más abierto pero dedicado a alguien que no es él (el Instituto de Educación Básica en La Gomera también lleva su nombre).
A pesar de enero ser un mes frío, en la costa sur la temperatura dominical se aproximaba a los treinta grados y los invitados especiales en número no mayor de 200, según las propias autoridades, no soportaban ya el calor. El público en general se mostraba cansado y aburrido –en palabras de la co-gobernanta- por lo que ella, como en sus mejores tiempos de campaña electoral, fue quien se dispuso a animar el evento, retirándole toda solemnidad y haciendo de él una actividad marcadamente promocional. Presentó a algunos de los ministros, no a todos, y se refirió al futuro candidato presidencial como el “ron ron” porque “siempre anda ronroneando pidiendo plata y más plata para las carreteras”. Preguntó entonces al público si no veían que las carreteras estaban mejores, pero la respuesta fue un silencio impenetrable, posiblemente porque el “honorable público” no estaba atento a sus palabras o porque no había un animador que, como en los mitines electorales, dirigiese las respuestas. Debió preguntar de nuevo y sólo entonces un tímido ‘sí’ se escuchó en algunos lados. Ella entonces se respondió a sí misma, diciendo que “yo si he visto que ahora las carreteras y los caminos están mucho mejor”.
Pero el público no terminaba por entrar en el ambiente de la fiesta, por lo que ella, muy animada y decidida se paseaba por todo el entarimado pidiendo aplausos para sus ministros y para “despertarlos” se animó a organizar una ola. El primer intento fue un total fiasco, pues sólo algunas personas le siguieron poniéndose de pie para rápidamente sentarse de nuevo. En el segundo intento, la ola salió un poco más organizada aunque no como las que acostumbran hacer en los estadios el público animado frente a un espectáculo en el que está debidamente compenetrado. Posiblemente la co-gobernanta no tuvo éxito en su intento de motivadora popular porque la gente no había llegado con la consigna de mostrarse alegre y activa y el calor, ya al medio día de un domingo era, en esa ciudad, insoportable. Si el entusiasmo no se mostró y la ola no pasó de un leve brinquito, no fue culpa de ella, quien se empeñó todo el tiempo por contagiar de entusiasmo a un público que, a esas horas y como se ve en las tomas, estaba inquieto por irse a otro lado. Fue entonces cuando, para cerrar su presentación, pidió una “mujer chispuda” para que subiera a darle un abrazo al Presidente, y un “hombre alto y guapo” para dárselo a ella. Nadie se animó, o al menos no se vio ese detalle en el video que con su participación casi completa subiera a la red la SCS de la Presidencia de la República.
El evento había sido organizado para dar a la pareja gobernante un baño de popularidad y de vítores pero, sea porque escenografía y coreografías no habían sido lo suficientemente ensayadas, o porque el anfitrión no quería entregar todas las cartas de una vez, el público no se metió dentro de la obra y los vivas y frases de apoyo apenas sí salieron tímidamente de algunas gargantas.
Todo lo anterior no resta méritos al organizador de la fiesta, a cuyos apoyadores tuvo la co-gobernante que pedirles bajar sus cartelitos de “Escuintla” pues “ya los ha visto Arístides”, en una clara insinuación a que su presencia se las tomaría en cuenta para futuros reconocimientos. El azul del uniforme ministerial recordó rápidamente viejos mitines y presentaciones presidenciales, cuando el anfitrión era el mismo diputado pero el partido de entonces se llamaba FRG y el General y el Presidente no eran la misma persona y el hoy Presidente les criticaba, de tal manera que llegó a demandar a Crespo ante el Ministerio Público por corrupción. Pero todo eso ya son aguas pasadas, ahora el diputado escuintleco aparece como el salvador de una nave política a punto de zozobrar, por lo que el azul FRG sienta bastante bien en los cuerpos del equipo ministerial. En el evento faltaron, claro está, los tres dedos de la mano alzada y la proclama ahora olvidada por múltiples motivos de “no miento, no robo, no abuso”, pero no así viejos amigos que de azul pasaron a naranjas, como es el caso del actual Ministro de Desarrollo, Edgar Leonel Rodríguez Lara.
Va quedando claro con toda esa escenografía azul y mitines calurosos que los antiguamente mal vistos y mal queridos por “populistas y portillistas” están de nuevo y como siempre en el poder, amparados en alianzas extrañas con militares de ayer y de ahora. El fascismo de antaño no se ha retirado y sólo es de esperar que, siendo ya mayorcitos, no sentarán en el banco de interpelaciones a sus propios ministros, pues para ello tienen ahora a los de la vecindad.
La fiesta rápidamente se fue apagando, otra fiesta y aplausos más entusiastas y en lugares menos calurosos esperaban a la pareja gobernante. No hubo “hombre alto y guapo” para dar un abrazo a la co-gobernanta, pero sí abrazos y apretón de mano de los patriotas eferregistas. No hubo, tampoco, respuesta a qué hacer para que el precio de la canasta básica no siga subiendo.
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