Libros con sabor a pastel

El primer piso era de pan de paso, de ese que uno compra para la cena o para llenar el hoyo de la muela, el segundo piso estaba repleto de pan dulce y el tercero era un espacio dedicado a pasteles, los había de todos colores y diseños. Al salir recuerdo que les dije a mis papás que quería poner una así en Guatemala.

La segunda experiencia inolvidable fue conocer las distintas librerías, la Ghandi, El Péndulo, El Sótano, Porrúa, entre otras. Mis papás pasaban horas hojeando libros, mi hermana y yo también. Así adquirí el gusto por los libros y las librerías.

Ambas experiencias eran propias de una gran ciudad. En todas las grandes ciudades se puede experimentar esto. La comida y los libros son elementos fundamentales en todas las culturas pero en las ciudades cosmopolitas lo que se encuentra son comidas y libros para todos los gustos.

Las ciudades así se convierten en puntos de encuentro. Son espacios en los que se puede viajar por todo el mundo a través de comidas e historias. Las ferias de libros son de esos eventos que, al igual que las ciudades cosmpolitas, nos ofrecen la oportunidad de reunir todo en un lugar.

Yo tenía mucha ilusión de ir a Filgua este año y de hecho salí con varios tesoros. Encontrarme con los libros de las editoriales independientes como Catafixia, Alas de Barrilete y Vuelta de Gato con opciones creativas e innovadoras fue como comerse un delicioso pastelito de naranja. 

El Fondo de Cultura y Sophos siempre ofrecen buenas opciones, sin embargo, considero que estamos en pañales y falta mucho para que las librerías y editoriales en Guatemala nos presenten una Filgua que nos haga soñar con libros e historias. Creo que falta maravillar a los visitantes, ojalá entrar a la feria fuera como entrar a esas panaderías mexicanas, en las que cada piso te sorprende más, en las que hay para todos.

Además de la falta de sorpresa, considero que vale la pena revisar el costo tanto de la entrada como del parqueo, pues en lugar de que los visitantes gasten todo su dinero en libros se gasta en esos rubros también. Ir a Filgua debería de ser gratuito y esas barreras aunque parezca que no es mucho dinero son obstáculos innecesarios.

Espero que en poco tiempo, Filgua sea una experiencia maravillosa y no solo una feria en donde puede que uno encuentre algo interesante.