Durante las últimas semanas, el anuncio de la adquisición, por parte de El Salvador, de una flota de 10 aviones A-37, descartados por las Fuerzas Armadas de Chile, al haber cumplido su vida útil, dio origen a un reclamo del gobierno de Honduras, que entiende esta adquisición como una amenaza contra su integridad territorial, en el marco de la disputa del islote del Conejo.
Una nota del diario español El País puso en el mismo sombrero a los A-37, con la donación, en octubre pasado, de un grupo de helicópteros Súper Huey por parte de los Estados Unidos de América a Honduras, la entrega, en 2009, por parte de Rusia, de helicópteros MI-171 a Nicaragua y la fallida compra, entre 2012 y 2013 de los Súper Tucano por Guatemala, Honduras y El Salvador, para ejemplificar cómo los países de América Central estarían “saliendo de compras” para abastecer sus arsenales. La nota enfatiza que existiría una desconfianza entre los mandos militares de los países del istmo, que han desatado una carrera armamentista, en una de las regiones en las que la impunidad, la violencia, la inseguridad ciudadana, el hambre y la inequidad plantean otro tipo de desafíos.
Hay algo de verdad en todo esto. Y es que la compra de aviones o helicópteros de combate conspira contra las necesidades insatisfechas de las poblaciones de la región. Adicionalmente, en el marco del proceso electoral de Honduras, la reaparición del conflicto en el Golfo de Fonseca resucita a muertos que nunca han sido enterrados del todo. Sin embargo, hay varios trasfondos que pueden enfocar este tema desde una perspectiva diferente.
Si las Fuerzas Aéreas de Centroamérica se están repotenciando a través de adquisiciones y donaciones, en su mayor parte lo hacen con tecnología de los años sesenta y setenta, que no por eso deja de ser letal. Los A-37 son un recuerdo de la guerra en Vietnam, al igual que los F-5 que aún se encuentran en servicio en la Fuerza Aérea Hondureña. En este caso, el costo de la flota de los diez A-37, asciende, aproximadamente, al precio de un solo Súper Tucano.
La incorporación de tecnología más reciente ha fracasado con la suspensión de la compra de los Súper Tucano en Guatemala, El Salvador y Honduras, por diferentes razones, comprometiendo, por ahora, los planes de hegemonía de Brasil como proveedor de armamento para el istmo.
Adicionalmente, las Fuerzas Aéreas centroamericanas incorporan nuevos aparatos, principalmente para cumplir con las políticas anti-narcóticos que Washington impone en esta región. El control de las costas del Caribe es un objetivo estratégico, y las donaciones de los Súper Huey a Honduras, y de los UH1-Y a Guatemala, obedecen exclusivamente a este fin. La adquisición de los Súper Tucano, probados en el conflicto colombiano, se orientaba también en este sentido.
Finalmente, la IV Conferencia de Fuerzas Armadas Centroamericanas, realizada hace pocas semanas en medio de las exhumaciones en curso en las instalaciones del CREOMPAZ, en Guatemala, definió un marco de cooperación castrense para crear una Fuerza Multinacional para Operaciones de Paz, que parece haber ido más allá de la existencia de la desconfianza de la que habla la nota de El País.
El duelo de los Mi-8 Sandinistas y los Stinger de la Contra, o la ofensiva Danto 88, como acciones de la historia militar, de esta región, con sus episodios de operaciones aéreas, pertenecen al contexto de los años ochenta y noventa del siglo pasado. Lo que tenemos ante nosotros no parece ser una escalada militar destinada a conflictos bélicos internacionales– salvo mejor opinión de los gobiernos de Honduras y El Salvador, o de Guatemala y Belice. El escenario responde a la aplicación de las políticas de defensa diseñadas a finales de la década pasada, que identificaron al narcotráfico como la gran amenaza externa, y que ahora reclaman los recursos y medios que requieren para ser implementadas.
Por ahora, la verdadera supremacía aérea la ejercen los oligopolios de las aerolíneas comerciales, que hacen que volar una hora entre Guatemala y Managua sea más caro que ir a Miami o Los Ángeles, atentando contra la integración regional.
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