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Disputa reñida por Bogotá

Gustavo Petro aparece con el 15,7 por ciento de la intención de voto y el candidato del Partido Verde con el 14,6 por ciento. Dado el margen de error de la muestra, están empatados técnicamente.
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Disputa reñida por Bogotá

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Petro alcanzó a Peñalosa y, con ello, la campaña por la Alcaldía de Bogotá podría polarizarse.

Este resultado apareció en una  encuesta realizada por Cifras y Conceptos entre el 15 y el 22 de junio solo entre votantes de Bogotá. La encuesta se aplicó a 580 personas en Bogotá, con un márgen de error del 4,2 por ciento, con una metodología construída alrededor de los datos de puestos de votación. La ponderación de género y edades se hace en las zonas por el resultado promedio desde el 2003 en los puestos y la primera pregunta no es si votaría como la mayoría de las encuestas sino si votó en los últimos cinco años, lo que permite suponer que probablemente volverá a votar.

En ella, Gustavo Petro aparece con el 15,7 por ciento de la intención de voto y el candidato del Partido Verde con el 14,6 por ciento. Dado el margen de error de la muestra, están empatados técnicamente.

En tercer lugar está Carlos Fernando Galán, el candidato de Cambio Radical, con el 10,3 por ciento, quien se habría desprendido de Gina Parody y de David Luna, que están rezagados con el 5,3 y el 3,8 por ciento respectivamente.

Esta encuesta indica un cambio de tendencia frente a la encuesta de Gallup de hace tres semanas (aunque ambas tienen muestras diferentes y, por lo tanto, no son estrictamente comparables, pero dado que en Bogotá es donde las encuestadoras tienen las bases de datos más completas y precisas, sí indican tendencias). Y lo que muestra es que la campaña de Bogotá habría pasado del fraccionamiento a la polarización entre los dos candidatos más diferentes.

La movida de Peñalosa de aliarse con Álvaro Uribe y con la U lo ha ubicado más a la derecha del espectro político. Mientras que Petro, aunque rompió con el Polo, se sigue identificando más con posturas más cercanas a la izquierda.

Y como están hoy las cosas, el tema de uribismo vs. antiuribismo divide las preferencias. Prueba de eso es que si entra Álvaro Uribe a la contienda, él sacaría 15,4 por ciento y Petro 14,7 por ciento.

La otra conclusión de esta encuesta es que el electorado por ahora preferiría elegir a alguien ‘probado’ y por eso se inclina por los dos candidatos que tienen más experiencia. Con lo cual, ganaría el que logre chuparse el centro, donde se ubican los tres candidatos más jóvenes

Obviamente, a cuatro meses de la campaña muchas cosas pueden pasar y,como lo demostró la campaña pasada, las encuestas no siempre logran predecir lo que sucederá. Y todavía falta que entre Antanas Mockus a la competencia.  Pero por hoy así está la dinámica.

¿Qué significa?

Hay varias teorías sobre la subida de Petro y la bajada de Peñalosa. La primera es que Petro ha subido con votos anti-uribistas que antes de que él entrara estaban quizás más inclinados por Gina Parody. Parody registró muy bien en la última encuesta realizada pocos días después del lanzamiento de su campaña, que tuvo bastante cubrimiento en medios.

Pero como la candidata independiente ha optado por una estrategia más ‘tecnocrática’ y menos política, no ha podido marcar una verdadera diferencia frente a Peñalosa. Por ahora, la estrategia de su campaña ha sido más que todo desvirtuar la idea de que ella no conoce Bogotá y, por eso, se ha dedicado a lanzar una propuesta programática o dos cada semana.

Petro, en cambio, ha optado por una estrategia puramente política definiendo a Peñalosa como el ‘candidato del cemento’, mientras que se retrata a sí mismo como el candidato que invierte en el ser humano. Es una caricatura injusta, como todas las caricaturas, pero efectiva, puesto que recuerda el episodio de las lozas de Transmilenio, que sigue generando polémica. Además, le ha servido a Petro para conectarse emocionalmente con unos ciudadanos impotentes frente a una ciudad destruída.

Y como Peñalosa solo ha hablado para reafirmar su cercanía con Uribe y los uribistas -y no ha propuesto nada nuevo para la ciudad-, todavía es fácil que sean otros los que lo definen. Lo mismo le sucedió en la campaña contra Samuel Moreno, que definió hábilmente la campaña como metro vs. no metro y el candidato simpático vs. el candidato soberbio.

Peñalosa, en su afán por asegurar el apoyo del ex presidente, dejó que Mockus lo pusiera a escoger entre él y Uribe. Y al escoger por el segundo, perdió una parte importante de la Ola Verde y abrió la puerta para que Mockus le compitiera. Y, encima, quedó definido como uribista cuando su trayectoria política pasada, con el tema de la igualdad social en el centro de la agenda, lo acercaba más hacia la centro-izquierda.

La estrategia de Peñalosa ha sido, por ahora, dilatar el comienzo de la campaña. No hablar de nada programático para evitar que sus propuestas se conviertan en el blanco de todos los demás candidatos. Y confiar en que, en medio del fraccionamiento, él seguirá de puntero cabalgando sobre su fama de buen gerente para una ciudad desesperada por tener alguien que sepa ejecutar las obras.

Pero esta encuesta parecería indicar que esa estrategia se agotó.  En medio de la rabia y la desesperanza de los bogotanos, quizás ser un buen administrador es un mínimo, pero no suficiente, para las expectativas de la gente. Un líder más que resolver problemas técnicos logra transmitirle a sus seguidores un parte de tranquilidad, la confianza de que él o ella los puede sacar del hueco y, por ahora, Peñalosa ha parecido preocupado casi que exclusivamente por la pequeña política.

Lo que viene

De mantenerse la tendencia hacia la polarización, en las próximas semanas seguramente la campaña de Peñalosa intentará retratar a Petro como el ‘coco’. Esto no será difícil con la ayuda del ex presidente Uribe, que con una cascada de trinos será feliz de recordar el pasado guerrillero de Petro, su falta de experiencia ejecutiva y su paso por el partido de Samuel Moreno.

Y la campaña de Petro seguramente explotará que, dada su alianza, Peñalosa gobernará con el partido de la U, cómplice de Samuel; que la mitad de la gente con la que trabajó Peñalosa luego integró el gabinete de Uribe y varios de ellos terminaron relacionados con escándalos; que la ciudad sigue pagando las lozas de Transmilenio, que la receta urbanista de Peñalosa se agotó, etc.

Es decir, se sacarán todos los trapos al sol. El problema de esta estrategia es que ambos tienen una imagen negativa altísima y están muy cerquita de su techo. Según la última encuesta electoral de Gallup, Peñalosa tiene un 45 por ciento de desfavorabilidad y Petro un 41 por ciento. Reducir una imagen negativa es muy complicado y más en una campaña polarizada en la que se atiza lo malo del otro.

Las alternativas del centro

En ese retrato, los del centro tienen dos escenarios. El primero es que Parody, Luna y Galán se unan alrededor del que tenga más votos en unos meses y el que puntee se catapulte por encima de los extremos. Por ahora Galán es el que aparece tanto en la encuesta que hizo la campaña de Peñalosa como en ésta de Cifras y Conceptos mejor posicionado.

Todavía falta que lo conozcan muchas personas, tiene una imagen negativa muy bajita, un apellido poderoso, buenas relaciones con ediles e inspira confianza. Y sobre todo va bien antes de mostrar las más mínimas ganas de ser candidato.

El escenario de la unión no es fácil pues, por lo menos, Parody ha dicho que llegará hasta el final y eventualmente puede resultarles una mejor opción valorizar su apoyo ya sea a Peñalosa o a Petro. Es posible que por lo menos los seguidores de Luna y Galán prefieran al candidato Verde. Y en todo caso no es fácil endosar los votos.

Si entra Antanas Mockus a la contienda, el centro ganaría aún más peso, pues él seguramente le quitaría votos a Peñalosa de militantes verdes. Y también a Petro, a donde han ido a parar muchos desilusionados de la Ola. Esta encuesta fue realizada diez días antes de que saliera la entrevista de Mockus en El Tiempo diciendo que estaba considerando lanzarse y cuando lo incluyen en el abanico saca solo el 6,4 por ciento y se ubica dos puntos por debajo de Galán. Sin embargo, Mockus podría forjar una alianza con los del centro o podría aliarse con Petro alrededor del que vaya punteando en las encuestas.

En cualquiera de los dos escenarios, su participación en la campaña podría cambiar una vez más el panorama en esta contienda, que por  un lado pareciera que no arranca y por el otro, tiene unos cambios –por lo menos en las encuestas– bastante sorprendentes.

Por eso por ahora, lo que hay son meras elucubraciones informadas. Sobre todo porque según esta encuesta, cuando se incluyen solo los candidatos que ya han oficializado su aspiración, el 27,9 por ciento votaría en blanco si las elecciones fueran hoy y el 5,8 por ciento aún no sabe y el 16,5 no votaría.

*Este artículo es de www.LaSillaVacia.com y fue reproducido con su autorización.

 

 

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