Aún las exportaciones solo representan un 25% de la producción nacional, la inversión extranjera es baja y no estamos aprovechando los tratados de libre comercio para producir más y exportar.
Desde mediados de los años 80, Guatemala ha tenido tres objetivos principales de comercio exterior: incrementar las exportaciones de productos nacionales, diversificar la oferta exportable y ampliar los destinos de la oferta exportable.
Un análisis del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) señala que aunque se han logrado algunos resultados, particularmente en cuanto a la diversificación de la oferta exportable, en general se deduce que no han sido suficientes. Específicamente, no se puede concluir que Guatemala se haya convertido en un país orientado hacia los mercados externos, pues las exportaciones como proporción de la producción nacional siguen siendo bajas relativamente, representando solo una cuarta parte.
De los objetivos comerciales señalados anteriormente, vale la pena analizar el logro de la diversificación de la oferta exportable. En este sentido, los guatemaltecos hemos hecho grandes esfuerzos con frutos. En 1986, alrededor del 70% de las exportaciones eran productos tradicionales como café, banano, azúcar y otras materias primas. Actualmente, ese porcentaje se redujo y la canasta de bienes tradicionales cambió para incluir productos nuevos, como el petróleo. Guatemala ha experimentado un crecimiento en sectores nuevos de exportación, varios de los cuales surgieron a partir de importantes inversiones extranjeras. El país ha sido capaz de diversificar sus exportaciones, pasando de agro-exportaciones tradicionales (café, banano, azúcar y cardamomo) a productos que incluyen vestuario y confección, petróleo, frutas y vegetales, productos alimenticios procesados y minerales, lo cual hoy representa el 72% de sus exportaciones.
El tercero de los objetivos, la diversificación por destino de las exportaciones, ha tenido pocos resultados. Este objetivo responde a la necesidad de reducir la volatilidad en la economía por la alta dependencia del mercado estadounidense. Guatemala ha tenido una política activa para negociar y firmar tratados comerciales con otros países. Sin embargo, Estados Unidos continúa siendo el mercado de exportación dominante y su participación en exportaciones totales, incluso, se ha incrementado durante la última década. Un análisis simple de concentración sugiere que la concentración geográfica se ha incrementado, exportando principalmente a Estados Unidos y Centroamérica.
Para los próximos años debemos hacer una serie de cambios con el fin de aprovechar las ventajas del comercio exterior. Inicialmente, es recomendable ser más agresivos en la definición e implementación de la política comercial a futuro. Los países que han logrado los mayores niveles de desarrollo han sido los capaces de aprovechar las oportunidades que les ofrece la economía mundial.
Un segundo punto es cuestionar, de manera crítica los objetivos de la política de comercio exterior, sobre la diversificación de productos y destinos. Esto no sólo por su idoneidad, sino por su congruencia en la práctica. Deben hacerse esfuerzos por negociar, aprobar múltiples tratados comerciales, fortalecer los mercados y continuar abriendo nuevos frentes de negociación.
Ampliar la visión de la política comercial, más allá de promoción de exportación de mercancías es importante. Es imperante tomar en cuenta el comercio de servicios y las importaciones, el desarrollo de mercados internos, la atracción de inversión extranjera y la facilitación de comercio.
Retomar la competitividad sistémica como marco conceptual de la política comercial, que implica coordinar políticas en distintos niveles para competir en cualquier mercado mundial. Se ve como prioritario elevar la productividad del país. Todos debiéramos enfocarnos en mejorar cada día elementos que nos hacen más eficientes, como mejorar los servicios de educación y salud, contar con seguridad ciudadana, invertir en infraestructura y logística, respetar las leyes y las reglas y que se impulsen nuevos productos.
Es urgente marcar el rumbo para que los guatemaltecos produzcamos más y podamos vender nuestros productos en cualquier parte del mundo y así convertirnos en un país exportador.
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