Mucho se le atribuyen al cambio de estafeta de percepciones de las nuevas generaciones, los jóvenes milenarios tienden a ser más abiertos a la diversidad sexual que sus antecesores. Principalmente porque han crecido en un mundo en donde la información es viralizada y accesible, lo cual ha transformado las relaciones sociales. Los jóvenes en su mayoría hemos crecido en un mundo en donde la diversidad ya no se esconde en el closet sino que se celebra y se acepta. Claro, esto no quiere dec...
Mucho se le atribuyen al cambio de estafeta de percepciones de las nuevas generaciones, los jóvenes milenarios tienden a ser más abiertos a la diversidad sexual que sus antecesores. Principalmente porque han crecido en un mundo en donde la información es viralizada y accesible, lo cual ha transformado las relaciones sociales. Los jóvenes en su mayoría hemos crecido en un mundo en donde la diversidad ya no se esconde en el closet sino que se celebra y se acepta. Claro, esto no quiere decir que no existen corrientes conservadoras que aunque cada vez son menos en números se aferran a un falso poder de incidencia. Esto se le puede atribuir a que han logrado permear importantes plataformas de participación y posiciones de liderazgo. Estos grupos conservadores son predominantemente religiosos y tienen los recursos financieros para realizar campañas de publicidad y comunicación para atacar a los grupos activistas que luchan por la equidad. Más preocupante aún son los mensajes que estas campañas promueven, cargados de odio y violencia en contra de la comunidad LGBT y quienes los apoyan.
Hago mención de estos grupos conservadores ya que en las últimas semanas han propagado campaña en los medios de comunicación similares a las mencionadas anteriormente, La “controversia” ocurrió hace unas semanas cuando el canal de televisión de Disney anuncio que iban introducir una pareja de lesbianas en su programa Good Luck Chuck. La pareja sería introducida como las madres de la mejor amiga del personaje principal y solamente estarían en un episodio. Inmediatamente después de este anuncio, antes de que el contenido saliera, varios grupos conservadores se opusieron a que el episodio fuera transmitido. Realizaron varias campañas, cartas y peticiones en contra de Disney y de los mismos actores, llegando a tal acoso de amenazar a la pequeña actriz de cinco años. A través de las redes sociales tuve la oportunidad de leer el contenido de estas peticiones y me asombró el tono agresivo que éstas contenían. Aparte de un vocabulario rudo y discriminador, dichas peticiones hacían aseveraciones falsas e ignorantes sobre la diversidad sexual. Pero esto no me extrañó ya que el modus operandi de estos grupos es pervertir la legitimidad de la tolerancia y la inclusión.
En varias de las peticiones se describía a la homosexualidad como un síndrome y una enfermedad; me pregunto si las consecuencias de la homosexualidad son como las de un cáncer. Aunque suena increíble, estos grupos asimilan el amor que una persona tiene por otra de su mismo sexo como una enfermedad que pervierte a la sociedad. Los grupos temían que si niños inocentes eran expuestos a este contenido podrían ser víctimas de la perversión, claro lo gay se pega. Las peticiones resaltaban que Disney tenía la intención de promover la ideología de la homosexualidad, claro porque las preferencia sexual de un individuo es una corriente política. Estos grupos llegaron a tales extremos que el departamento policial de Los Ángeles tuvo que intervenir, ya que la pequeña actriz de cinco años estaba recibiendo amenazas virtuales de muerte. Sin embargo Disney no se echó para tras y transmitió el episodio, respondiendo que era necesario representar el actual del tejido social y no encerrar en el closet la realidad de muchas familias. Lo importante de esta controversia es que hay más medios de información y comunicación que están dispuestos a exponer las realidades de nuestra sociedad sin dejarse intimidar por un grupo pequeño que busca perpetuar el odio y la intolerancia. Cada vez son más las voces que defienden la diversidad y la igualdad a favor de una convivencia social de libertad. Ojo: lo gay no se pega pero sí se respeta.
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