Recientemente estuve en el lanzamiento de la Estrategia de Seguridad Cibernética, en el marco de la Política de Seguridad Nacional. Aplaudo el esfuerzo del Ministerio de Gobernación en conjunto con todos los interlocutores que se involucraron en su elaboración. Sin embargo, este esfuerzo debió estar acompañado de un programa o política pública que lo respalde. Aunque suene redundante, requerimos un Ejecutivo que ejecute proyectos concisos.
En el mandato constitucional, según el artículo 2, la competencia del Ejecutivo «se encuentra [en] la formulación y ejecución de políticas de gobierno». No obstante, la redacción de este genera confusión. Es necesario establecer la diferencia entre política y políticas públicas. En español utilizamos el mismo término para referirnos a las dos, pero no hacemos la diferencia, ya que son dos palabras distintas. En inglés se le llama policy o política pública al proyecto o mandato por ejecutar, mientras que la política (politics) es el proceso de toma de decisiones en un grupo. Para ejecutar una política pública se necesita impulsarla en la política. Es por eso que necesitamos dos tipos de profesionales para generar impacto en nuestra administración pública.
Traductores para las políticas públicas
La formulación de políticas públicas requiere no solo de analistas, sino también de profesionales en distintos campos. Según un estudio de Results for Development (R4D), las políticas públicas más sostenibles son elaboradas por profesionales que cumplen el rol de traductores. Se requiere que nuestros profesionales tengan la capacidad para traducir evidencia empírica en política pública. Esos traductores pueden ser investigadores, científicos, intermediaros, consejeros, periodistas, activistas y expertos en el tema. Estos necesitan identificar, filtrar, interpretar, contextualizar, adaptar, analizar, comunicar y promover evidencia e insumos para la creación de una política pública sostenible. Asimismo, la investigación indica que estos traductores necesitan ser validados con cualidades como sabiduría política, credibilidad y reputación.
Estrategas para la política
Si en la política pública necesitamos traductores, en la política necesitamos estrategas. Los estrategas son los implementadores o la gente que hace política. Son los profesionales que entienden el proceso de toma de decisiones colectivo y que saben de tácticas para movilizar el poder. De este modo, los estrategas (political acumen) dominan el arte de influenciar. Estos entienden el poder político en una organización y tienen la habilidad de conceptualizar y vender ideas, así como de influenciar, negociar, construir redes, iniciar el cambio y manejarlo.
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De nada sirve tener un documento bien elaborado si no se implementa. Una buena idea necesita una estrategia política para ser implementada. Las buenas ideas no triunfan por méritos propios. Un proyecto requiere construir consensos internos y externos, crear coaliciones, realizar negociaciones e implementar planes de comunicación que alineen mensajes, creen narrativas y aclaren entendimientos. Nuestros estrategas entienden que un plan de comunicación no es solo un comunicado de prensa, una conferencia de prensa o una entrevista, sino un esfuerzo sistemático y concertado para asegurar que la historia que vende el proyecto esté circulando de manera clara y concisa.
Profesionalización de nuestros funcionarios
Una estrategia sin un proyecto conciso que lo respalde no tiene impacto. Nuestros funcionarios necesitan convertirse en estrategas y traductores para empujar agendas políticas eficientes. Necesitamos una nueva clase de funcionarios que implementen políticas públicas y que movilicen el poder conscientemente. Es necesario elevar el perfil de nuestros políticos. No necesitamos lanzamientos de estrategias. Más bien exijamos proyectos concretos e implementaciones con cronogramas, fechas, responsables y costos.
Los medios de comunicación no deben gastar tiempo de aire en cubrir documentos sin impacto. Necesitamos un Ejecutivo que opere sus estrategias y para eso tenemos que exigir una nueva clase profesional de políticos. Rescatemos la profesionalización de la política y demandemos nuevas habilidades en nuestros funcionarios para que Guatemala progrese.
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