Los partidarios de la legislación explican que el salario mínimo puede movilizar la distribución de los ingresos en beneficio de los trabajadores con los salarios más bajos y de los sectores más vulnerables de un país (mujeres, jóvenes, ancianos y discapacitados), a quienes el Gobierno busca proteger en respuesta a sus compromisos constitucionales. Los opositores explican que este tipo de legislación tiene un impacto directo en el aumento del desempleo y en la reducción del porcentaje de ingresos, especialmente para la gente más pobre y vulnerable. Esta teoría, clara y en muchos casos comprensible para el contexto eurocéntrico, se vuelve mucho más embrollada cuando la contextualizamos a realidades distintas para las que fue escrita y en las que no se sustenta su evidencia empírica.
Para empezar, en países como Guatemala son muchísimos los empleados que actualmente trabajan en el mercado informal y que no reciben los salarios más bajos o los ingresos del peldaño más bajo de la escala socioeconómica, de los cuales suele partir el análisis y la discusión en la teoría eurocéntrica. Este inmenso reto de análisis suele quedar sin ser discutido, e ignorarlo presenta un reto insalvable para los argumentos de los opositores del salario mínimo. Gran parte de la población económicamente activa no está cubierta por la legislación del salario mínimo, y esto tiene como resultado que los modelos teóricos y sus predicciones dejen de ser consistentes con la evidencia empírica del impacto de la legislación sobre el salario mínimo en los salarios, el empleo y el desempleo en los sectores cubiertos y descubiertos del mercado de trabajo.
La evidencia de múltiples estudios en respuesta a esta pregunta sugiere que los aumentos en el salario mínimo sí tienden a tener un efecto positivo en los salarios y un menor efecto negativo en el empleo de los trabajadores que sí están cubiertos por la legislación del salario mínimo[fn]Ver: Arango, C. y A. Pachón. 2003. Distributive Effects of Minimum Wages on Household Incomes: Colombia 1997-2002. Washington, D. C.: Banco de la República/Banco Mundial; Bell, L. 1997. The Impact of Minimum Wages in Mexico and Colombia, Journal of Labor Economics 15(3): S102–S134; Cunningham, W. 2007. Minimum Wages and Social Policy: Lessons from Developing Countries. Washington, D.C.: Banco Mundial; Fajnzylber, Pablo. 2001. Minimum Wage Effects throughout the Wage Distribution: Evidence from Brazil’s Formal and Informal Sectors. Artículo no publicado, Departamento de Economía y Cedeplar, Universidade Federal do Belo Horizonte; Gindling, T. H. y K. Terrell. 2005. The Effect of Minimum Wages on Actual Wages in the Formal and Informal Sectors in Costa Rica. Desarrollo Mundial 33(11): 1905–1921; Maloney, W. y J. Núñez. “Measuring the Impact of Minimum Wages Evidence from Latin America”, en Law and Employment: Lessons from Latin America and the Caribbean, editado por J. Heckman y C. Pagés. Chicago: University of Chicago Press, 2003.[/fn]. Los estudios empíricos también han explicado que estos efectos tienden a ser mayores en los grupos de trabajadores con los salarios más bajos y en las personas más vulnerables.
Esta información aún no es suficiente para explicar los efectos que tiene en la economía guatemalteca, y nos hace falta muchísima investigación que sostenga la validez de argumentos a favor y en contra. Mientras no haya evidencia empírica sólida que demuestre los efectos de los aumentos en los salarios mínimos en el empleo de nuestros países, siga sin aclararse cuál es la ganancia o pérdida salarial resultante para los que mantienen sus puestos de trabajo y sus efectos en los porcentajes salariales y no tengamos evidencias sobre los efectos que tiene la legislación del salario mínimo en la población del mercado informal, nuestras discusiones seguirán siendo solo material para que nuestro país no supere sus problemas sociales, políticos y económicos. Es muy preocupante que, al continuar repitiendo teorías que no responden a nuestra particular situación económica, fomentemos acciones que conlleven a potenciales efectos negativos para la población más pobre de nuestro país. Es urgente que exijamos a estos dinosaurios en periódicos y universidades que muestren evidencias empíricas válidas para nuestros países si lo que buscan es realmente que Guatemala crezca. Solo así podremos construir un mejor país para cada guatemalteco con ganas de trabajar y construir una sociedad próspera.
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