Por ejemplo, esta tasa anual de condenas (sentencias condenatorias) por cada 100 homicidios que calculo a partir del número de «personas condenadas por los delitos de homicidio, homicidio en estado de emoción violenta, homicidio culposo, homicidio preterintencional y homicidio en riña tumultuaria», según lo reporta el Departamento del Sistema de Informático del Control de la Investigación del Ministerio Público (Sicomp) y utilizando como denominador el número de homicidios reportado por la Policía Nacional Civil (PNC) para cada año.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Sicomp y de la PNC.
El siguiente gráfico muestra el total de sentencias absolutorias sobre el total de sentencias (que incluye las condenatorias también).
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Sicomp.
Como estos datos reportados por el mismo MP pueden generar escepticismo entre los críticos, utilicemos los que recopila el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de los reportes del Organismo Judicial.
Sentencias condenatorias por tipo de delito en contra de la vida y la integridad, 2010-12
Fuente: elaboración propia a partir de datos del INE, cuadro de «sentencias condenatorias dictadas por delitos varios en los órganos jurisdiccionales del ramo penal, disgregadas de las víctimas por tipo de delito contra la vida e integridad y sexo, según departamento» para los años 2010-12 (cuadros 18, 24.1 y 22.1, respectivamente).
Lo más importante de todo este análisis es visualizar cómo la mejoría en los indicadores de impunidad se traduce en un descenso en el principal indicador de violencia: la tasa de homicidios. Esta viene cayendo desde 2010 y en la ciudad de Guatemala casi se ha reducido a la mitad desde el pico observado en 2009. Precisamente, en el área metropolitana de Guatemala es donde se han concentrado los esfuerzos de la fiscalía especializada en delitos contra la vida, así como los operativos coordinados con la PNC. Se estima que los casos de crímenes contra la vida resueltos en la ciudad de Guatemala subieron del 5% a más del 30% durante la administración de Paz y Paz. Esto es una mejoría del 500% —que es lo que representan esos 25 puntos porcentuales de diferencia—.
Tasa anual de homicidios por cada 100 000 habitantes, 2001-13
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la PNC y proyecciones de población del INE.
Claro que el mérito no es exclusivo del MP, sino que se comparte con la PNC y con el Inacif, cuyo indispensable trabajo contribuye con la evidencia científica a no condenar injustamente a los inocentes y a castigar efectivamente a los culpables.
Queda mucho por hacer y mejorar en el MP, pero lo que hasta ahora se ha logrado es bastante alentador. Bien haría el presidente en confirmar a Paz y Paz en su cargo como fiscal general y jefa del Ministerio Público, pues ya cuenta con una experiencia que ningún otro candidato posee y los resultados positivos la respaldan.
Nota. Este articulo lo escribí ayer antes del mediodía, dando por sentado que, con la calificación otorgada a Claudia Paz y Paz, la comisión de postulación la incluiría en la lista de los seis candidatos a fiscal general. Por la tarde me enteré de que había quedado fuera. ¡Qué pena! El título original era provisional, un tanto neutral según yo: «Resultados de la fiscal general, Claudia Paz y Paz». Le dejo ahora el título que venía pensando desde hacía tiempo, cuando me convencí de que todo esto era una revancha de la casta militar, que se siente amenazada por el juicio contra Ríos Montt. Tengo un tío a quien aprecio mucho que se encuentra prófugo por el caso de Mejía Víctores, y no por eso pienso que la fiscal deba dejar el cargo. ¡Si el MP no está roto, no hay necesidad de componerlo!
Más de este autor