Ir

No es guerra de valores, sino de consultores

Nada de esto fuera digno de atención, si no es porque se ha convertido en una cínica forma de ganarse la vida, que privilegia y necesita como partida existencial y fuente de energía el conflicto permanente y todos sus altos costos humanos, económicos y sociales.
Tipo de Nota: 
Opinión

No es guerra de valores, sino de consultores

06 de Marzo de 2013
Palabras clave

Henchidos en patrio ardimiento, todos se rasgan las vestiduras y gritan a los cuatro vientos sus acciones e intenciones de combatir la pobreza, proteger el ambiente, socorrer al desvalido, velar por la niñez, por las personas de la tercera edad, acabar con el analfabetismo, la desnutrición, proveer oportunidades de educación, mejorar las condiciones de vida y un sinfín de objetivos loables, que inexplicablemente parecen ser, desde cada particular visión, una virtud exclusiva de quien pregona su mensaje.

Y es que el sentido mesiánico de las organizaciones y sus luchas darwinianas entre pares no tiene un origen sicológico, es más bien financiero; desde los que escupen improperios contra los que llaman “oenegeros” pagados por dineros de cooperación extranjera, hasta los que desprecian olímpicamente a aquellos bufetes y oficinas de análisis para estrategias jurídicas o mediáticas de los sectores empresariales que cumplen con la estricta regla de los personajes de House of lies: “aquí no...

Autor



Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor. Plaza Pública ofrece este espacio como una contribución al debate inteligente y sosegado de los asuntos que nos afectan como sociedad. La publicación de un artículo no supone que el medio valide una argumentación o una opinión como cierta, ni que ratifique sus premisas de partida, las teorías en las que se apoya, o la verdad de las conclusiones. De acuerdo con la intención de favorecer el debate y el entendimiento de nuestra sociedad, ningún artículo que satisfaga esas especificaciones será descartado por su contenido ideológico. Plaza Pública no acepta columnas que hagan apología de la violencia o discriminen por motivos de raza, sexo o religión
Autor