Si bien es cierto que en los últimos años ha habido avances importantes en la medicina para combatir dicha enfermedad, todavía no existe una cura. Sin embargo al contrario de lo que muchos profesan, sí existen maneras de prevenir el contagio y la propagación.
Durante este emblemático día, las organizaciones que luchan contra esta epidemia incitan a la ciudadanía mundial a que se conviertan en activistas a favor de la causa. Principalmente se trata de combatir los estereotipos falsos qu...
Si bien es cierto que en los últimos años ha habido avances importantes en la medicina para combatir dicha enfermedad, todavía no existe una cura. Sin embargo al contrario de lo que muchos profesan, sí existen maneras de prevenir el contagio y la propagación.
Durante este emblemático día, las organizaciones que luchan contra esta epidemia incitan a la ciudadanía mundial a que se conviertan en activistas a favor de la causa. Principalmente se trata de combatir los estereotipos falsos que rodean no solo a las personas con VIH/SIDA sino que también a los diferentes métodos de prevención. Específicamente luchar contra la idea que el único método de protección es la abstinencia. La mayoría de activistas apoyan campañas que le apuestan al uso de los preservativos y a la práctica del sexo seguro. Pero estas campañas solo tienen resultados exitosos cuando se fomenta la educación sexual integral. Es por esto que vemos iniciativas que instan a los gobiernos a que incluyan en su política nacional de educación un eje específico para el abordaje de la salud sexual y reproductiva.
Sin embargo, siempre han existido tendencias conservadoras apoyadas por grupos religiosos que tratan de deslegitimar métodos de prevención que no sean la abstinencia. Esto no solo ha creado la estigmatización en contra de la comunidad con VIH/SIDA sino que también ha fomentado una cultura de miedo. Estos grupos son lo que han propagado campañas falsas como por ejemplo la idea que la responsabilidad de la propagación de este virus es de los homosexuales o que los condones no son seguros. Recientemente estos intereses conservadores han enfocado sus esfuerzos en luchar en contra de la presencia de la educación sexual en la educación pública y han logrado entrampar leyes intencionadas a promocionar dicha educación. Los argumentos de estos grupos son falsos y ridículos ya que no se basan en estadísticas ni mucho menos en argumentos científicos. Por ejemplo, en vez de reconocer el proceso y los referentes que conlleva una educación sexual y reproductiva integral, la acusan de incitar al libertinaje. Usan tácticas alarmistas para desviar la atención de la realidad acusando a los proponentes de dicha educación de pervertir a los niños a una temprana edad. Cuando este método lo que busca es crear un proceso educativo que permita a las personas tener una vida saludable. Por ejemplo, dicho proceso instruye a la persona desde una temprana edad sobre la anatomía de su cuerpo y progresivamente sobre la salud sexual y reproductiva.
La realidad que enfrentamos hoy en día es que los jóvenes están teniendo relaciones sexuales no solo a una temprana edad sino que también llevan una vida sexual irresponsable. Me refiero no solamente a los embarazos no deseados sino también a la propagación de las enfermedades venéreas y al incremento de los abusos sexuales. Guatemala es el tercer país de Latinoamérica con los índices más altos de VIH/SIDA, el Ministerio de Salud estima que casi el 1% de la población está infectada. Según estudio realizado por USAID, el VIH/SIDA en Guatemala se transmite mayoritariamente por relaciones sexuales y, contrario a lo que aseguran los grupos religiosos del país, el 75% de los casos se dan entre parejas heterosexuales. En el caso de los embarazos adolescentes, entre las edades de 14 y 19 años se reportan 114 casos de cada 1,000 mujeres guatemaltecas. Muchos de estos embarazos son a causa de abuso o violación sexual. En un estudio realizado por la Fundación de Sobrevivientes el 76% de las victimas de abuso sexual están entre los 12 y 30 años en nuestro país.
Estas cifras son realmente alarmantes y como sociedad no podemos seguir barriendo los problemas debajo de la alfombra. Las soluciones no las vamos encontrar fomentando una cultura de desinformación y basada en prejuicios religiosos. Es importante que basemos nuestra información en hechos e invirtamos en la educación.
La educación sexual no solo previene el contagio del VIH/SIDA y otras enfermedades venéreas, si no que también disminuye el abuso sexual y fomenta una vida sexual y reproductiva responsable. Actualmente hay varias iniciativas que buscan implementar un programa de educación sexual integral a nuestra política educativa nacional, es importante que la conozcamos y que la apoyemos para nuestra propia protección.
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