La semana pasada causó revuelo el doctorado honoris causa que le confirió a Jimmy Morales la Universidad Hebrea de Jerusalén, supuestamente por la lucha contra la corrupción gubernamental. Se suma así al doctorado en Seguridad Estratégica (pénsum cerrado) y a otros títulos y grados académicos (pénsum cerrado) que según algunos medios noticiosos ostenta el señor Morales.
En el caso de marras, el grado otorgado por causa de honor (que ello implica semejante distinción) pareciera concerniente a un país diferente a Guatemala. Porque, si de corrupción gubernamental hablamos, baste abrir uno de los rotativos un día cualquiera para olfatear el buqué del mismísimo infierno. De hecho, el affaire Fulanos y Menganos es microscópico ante sucesos como los fraudes al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, que parecieran ser cola de lagartija: se corta y nace, se corta y nace.
Parece entonces que Jimmy Morales lleva el mismo camino de otros doctores y gobernantes. En el año 2003, Alfonso Portillo fue distinguido por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina. En el 2015, Roxana Baldetti fue galardonada con tamaño título por la Universidad Católica de Daegu, Corea del Sur. Tanto Portillo como Baldetti (después de ser ensalzados) tuvieron que enfrentar sendos cargos por corrupción. Alfonso fue condenado por lavado de dinero, y Roxana sigue procesada y detenida por el caso La Línea y otros.
A la sazón valdría la pena preguntar a esas universidades cuáles son las condiciones y los requisitos para otorgar uno de esos doctorados que distan mucho del proverbio latino referente a la Universidad de Salamanca: «Quod natura non dat Salmantica non præstat» (lo que natura no da Salamanca no lo presta). O sea, no puede dársele a alguien lo que la naturaleza le negó. Según Significado y Origen de Expresiones Famosas: «Esta aseveración condena a los que, a pesar de estudiar, no presentan una gran capacidad intelectual o no ostentan una cultura general muy frondosa. Aquello que la genética ha negado no podrá ser reemplazado…».
El novelista francés Jean-Baptiste Alphonse Karr, crítico y periodista, decía en un análisis psicológico del refrán citado en la entradilla: «Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene, el que aparenta y el que cree tener». Y son las personas que tienen aumentado el aparenta y el cree quienes viven buscando honores, dignidades y títulos que no han logrado en la vida por falta de atributos intelectuales o por menoscabo de su personalidad. Así, no es difícil entender el derrotero de algunos gobernantes que, luego de recibir las borlas doctorales (concedidas no precisamente por las mejores academias), van a parar derechito a la cárcel con todo y sus adláteres. Porque, insisto, «dime de qué presumes y te diré de qué careces».
Habida cuenta de que nuestros intentos de estadistas no pasan del aparenta y el cree, bien valdría que encarnaran una sabia frase atribuida al filósofo Karl Popper que reza: «La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos». Y para aprender nunca es tarde. De intentarlo siquiera, nos evitaríamos vergüenzas como el hecho de que nuestro presidente (teólogo, experto en seguridad estratégica, administrador de empresas y hoy flamante doctor honoris causa) haya escrito país con zeta en un libro de condolencias de la embajada francesa.
Cierro arguyendo acerca de los legítimos doctorados honoris causa. En realidad, son las máximas distinciones que confiere una universidad por méritos muy especiales. Es un consejo o claustro de doctores el que conoce el caso y aprueba la propuesta luego de un minucioso análisis. Queda claro entonces que no se trata de distinciones que se regalen a diestra y siniestra.
De esa manera, si a una institución seria hubiese llegado la propuesta de doctorar a ciertos personajes conocidos en nuestro medio, quizá habría respondido (consejo o claustro) con un dicho muy popular (y haciendo la señal de ojitos de cangrejo): «Aquí está tu son, Chabela», porque «quod natura non dat Salmantica non præstat».
Hasta la próxima semana.
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