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La libertad de los libros: la amenaza para autoritarios y conservadores

El miedo y la ignorancia pueden ser armas poderosas hoy en día para movilizar a millones en favor de una causa, aun cuando comprometa sus propios derechos y libertades.
La libertad de la palabra y de la conciencia, la diversidad de las ideas y del pensamiento son imprescindibles en una democracia.
Tipo de Nota: 
Ensayo

La libertad de los libros: la amenaza para autoritarios y conservadores

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En 2022, unos buenos amigos nos invitaron a mí y a mi esposo a ser parte de un club de lectura que había surgido años atrás y al que bautizaron con el nombre de Literaturonautas. Lo sé, es un poco complicada la palabra, pero habla de lo que en esencia somos: viajeros de las letras, exploradores de ideas nuevas.

 Cada uno de los integrantes del club propone dos libros y luego se vota. Los 11 libros más votados son los que se leerán en el año. Arrancamos el 2024 con la lectura de La perra de la colombiana Pilar Quintana y vienen en seguida otros libros maravillosos como Limpia de Alia Trabucco Zerán, Fortuna de Hernán Díaz, La soledad de los números primos de Paolo Giordano, La Letrada de Mónica Albizúrez, por mencionar algunos.

Nos encontramos cada mes en WhatsApp. Integran este rincón literario más de 20 personas, profesionales de diversos países de Latinoamérica y dos profesoras de literatura, una del sureste de Europa y la otra de Norteamérica.  Están representados entonces Canadá, Macedonia, México, Guatemala, El Salvador, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Perú.

Nos une un profundo amor por los libros y creo que también el deseo de ser parte de una comunidad que intercambia y comparte ideas, sentimientos y opiniones diversas como diverso es el mundo que nos rodea, todo en un clima de libertad y de mucho respeto y tolerancia. Ser parte de este rinconcito literario, nos da la posibilidad de viajar a través de los libros, de conocer a otras personas y otras realidades, de reflexionar y de enriquecernos con las opiniones y comentarios de quienes participan.

Francamente, debo confesar que me resultaba difícil creer que se pudiera dar un intercambio y tener diálogo fluido a través de un sistema de mensajería. Pero fue una sorpresa descubrir que aún con las limitaciones que tiene — hay que reconocerlo— ha sido un estupendo vehículo para mantenernos comunicados. A pesar de las dificultades que impone el diario vivir, el trabajo, la familia, las diferencias horarias, siempre encontramos tiempo para leer, para conversar, para compartir nuestras impresiones sobre los libros que vamos leyendo y para aprender de los demás.    

Esta experiencia, única y maravillosa, que, por cierto, recomiendo sin dudarlo, me ha llevado a hacer una reflexión sobre la importancia de la lectura y la censura literaria en Estados Unidos y la ola de prohibiciones, que no solo me parece terrible, sino que además asusta y mucho, porque como dice Phillipe Hunziker de Librería Sophos «tiene un efecto de bola de nieve». «El verdadero riesgo que tenemos como ciudadanos, es ver erosionada nuestra capacidad de defendernos ante los atropellos y las intolerancias y de manifestar nuestras ideas, con independencia de cuáles sean estas».

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Como bien dice Hunziker, la prohibición de libros no es noticia nueva y la intención de prohibirlos es y ha sido siempre una tentación de muchos. En distintos momentos de la historia algunos libros fueron prohibidos porque planteaban ideas que se consideraban transgresoras y provocadoras, incluso subversivas. La periodista Judith Vives hace una selección de diez obras que fueron prohibidas en su momento y que a juicio de ella «han dejado una huella imborrable en la literatura y en la lucha por la libertad de expresión».[1]Tenemos, por ejemplo, la obra escrita por George Orwell 1984 publicada en 1949, en la que desnuda los peligros del totalitarismo y la pérdida de la libertad individual.

 Otra obra censurada en su momento fue Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, publicada en 1953. En ella, el autor retrata una sociedad en la que los libros son prohibidos y quemados por el gobierno para controlar el pensamiento y la información.

Y hablando de quemar libros, el 23 de septiembre de 1973, pocos días después del golpe de Estado que llevó al poder al General Augusto Pinochet, miles de libros fueron exterminados. Sus cenizas hablaron de la barbarie de esa época. Fue un claro mensaje para la ciudadanía: el que tenga en su poder libros considerados subversivos, puede sufrir encarcelamiento, tortura e incluso la muerte. Muchas personas quemaron sus propias bibliotecas.

El miedo y la ignorancia pueden ser armas poderosas hoy en día para movilizar a millones en favor de una causa, aun cuando comprometa sus propios derechos y libertades. Para Phillipe Hunziker «en la medida en que mengua el compromiso de una sociedad con la democracia y con los derechos humanos — la libertad de pensamiento y expresión y su corolario, la libertad de publicación—, los impulsos que tienden hacia la censura se convierten en actos de censura. Desafortunadamente, se trata de una tendencia pendular. Estamos ahora, en muchos ámbitos, con el péndulo francamente ondulando hacia el autoritarismo y lejos de los principios de la ilustración» 

 ¿Qué es lo que está ocurriendo?

La libertad de leer está siendo atacada en Estados Unidos —particularmente en las escuelas públicas— lo que restringe la libertad de los estudiantes para explorar, conocer y entender realidades, ideas a través de los libros. Durante el año escolar que va desde el 1 de julio de 2022 hasta el 31 de junio de 2023, PEN America registró 3,362 casos de prohibición de libros en las aulas y bibliotecas de las escuelas públicas de EE. UU. Estas prohibiciones eliminaron el acceso de los estudiantes a 1,557 títulos de libros únicos, obras de más de 1,480 autores, ilustradores y traductores.

Las prohibiciones se centran en historias escritas por mujeres, personas de color y/o personas de la comunidad LGBTIQ+ y continúan propagándose a través de campañas coordinadas por parte de una minoría de grupos y actores individuales y, cada vez más, como resultado de la presión de la legislación estatal.

Desde el otoño de 2021, PEN America ha contabilizado casi 6,000 prohibiciones de libros en escuelas de todo el país. El impacto total del movimiento de prohibición de libros es mayor de lo que se puede contar, ya que las «prohibiciones al por mayor» resultado de las cuales aulas y bibliotecas escolares enteras han sido suspendidas, cerradas o vaciadas de libros, ya sea de forma permanente o temporal, han restringido el acceso a un número incalculable de libros en dichos espacios.

«No tiene que ver con cuidar a los niños. La ley busca borrar de la sociedad a la comunidad LGTBIQ+» dijo a la radio chilena Bio-Bio[2] el escritor José Ignacio Chascas Valenzuela, quien reside desde hace varios años en Estados Unidos y ha escrito para series de Netflix. Su obra más reciente, Un día con papá y dada, está dedicada a su hija Leonora y cuenta la historia de una niña que, como ella, tiene dos papás completamente diferentes pero muy parecidos en la forma de amar. 

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 En la entrevista con el periodista Domingo Banda[3] el autor chileno explicó que por abordar el tema LGTBIQ+, su libro no ha podido ser distribuido por el circuito escolar ni a las bibliotecas públicas de la Florida debido a la ley Don’t say gay que entró en vigor recientemente. «Para una familia como la mía agregó Chascas Valenzuela, vivir en Florida en estos momentos y, bajo este gobernador (De Santis), es sumamente difícil». «Es terrible ver cómo cada día que pasa se desmantela la educación pública, se intervienen universidades, brotan manifestaciones repletas de símbolos nazis, se prohíben libros, se atacan a migrantes, a personas de la comunidad LGTBIQ+, y se limitan los derechos reproductivos de las mujeres».

Se trata de un movimiento en rápida evolución para ejercer control ideológico sobre la educación pública en todo Estados Unidos.[4] PEN America lo califica como Ed Scare y advierte que está penetrando rápidamente en escuelas, bibliotecas públicas, y en instituciones de educación superior. Los esfuerzos para suprimir la libertad de expresión son particularmente generalizados en las escuelas públicas, donde las campañas coordinadas para restringir la libertad de leer, aprender y pensar están afectando a los estudiantes de todo el país.  A través de «órdenes de mordaza educativa» y de «proyectos de ley de intimidación educativa», se permite a grupos e individuos locales desafiar los planes de estudio, las películas, las canciones, el arte, las obras de teatro y miles de libros. Miles.

«Estamos ante una manifestación muy clara del reto de la democracia y sus valores asociados, que consiste en que sus propios mecanismos (que ponen a las juntas en manos de individuos) pueden llevar contradicciones como esta, en la que democráticamente se implementan medidas contrarias al pluralismo implícito en la democracia» señala el director de Librería Sophos. Y agrega: «cuando se acepta que se coarte la libertad de expresión, es la diversidad de la expresión la que sufre y, en particular, aquellas expresiones que tienden a defender esta diversidad son amordazadas más ferozmente».

Para la escritora y docente Ashley Hope Pérez «los estudiantes son las víctimas. Su educación sufre porque no pueden acceder a los libros a los que tienen derecho». Pérez es profesora de literatura comparada en la Universidad Estatal de Ohio, además de autora de tres novelas. Publicó Out of Darkness en 2015, una novela galardonada y muy bien recibida por los jóvenes.  Logró promover una conversación nacional en torno al racismo, la discriminación y la violencia. En 2021 el libro se encuentra en la Lista de libros prohibidos de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas (ALA) por «representaciones de abuso y porque se consideraba sexualmente explícito». 

¿Qué libros están prohibiendo o censurando?

El amor en los tiempos del cólera y Crónica de una muerte anunciada del colombiano y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez; La casa de los espíritus y Más allá del invierno, de la autora chilena Isabel Allende; Como agua para chocolate de Laura Esquivel, se encuentran en este listado. También grandes clásicos y betsellers:

  • The Handmaid’s Tale, Margaret Atwood

  • Brave New World, Aldous Huxley

  • The Color Purple, Alice Walker

  • Slaughterhouse-Five, Kurt Vonnegut

  • Catch-22, Joseph Heller

  • Forrest Gump, Winston Groom

  • Dieciséis libros de Stephen King

  • Tres libros de Ernest Hemingway

«Lo que sugieren quienes están a favor de las prohibiciones de libros es que la literatura que aborda honestamente la experiencia humana es de algún modo inapropiada para los adolescentes… Ni Out of Darkness ni los otros libros que han sido vilipendiados por este movimiento son pornográficos porque tengan contenido sexual», señala Ashley Pérez.

«La prohibición de libros es peligrosa y vergonzosa en una democracia y tendrá el efecto contrario, ya que basta con que algo se les prohíba a los jóvenes para que quieran leerlo», dijo Isabel Allende cuando se enteró de que dos de sus libros fueron prohibidos.  

 Justamente eso es lo que está ocurriendo. Padres de familia, maestros y estudiantes han decidido organizar clubes de lectura en los que comparten y discuten libros prohibidos.

 La libertad de la palabra y de la conciencia, la diversidad de las ideas y del pensamiento son imprescindibles en una democracia. Tenemos que aprender a escuchar y ser capaces de conocer y debatir ideas polémicas, desafiantes, difíciles, hasta las que cuestionan y nos hacen dudar de nuestras propias certezas. Prohibir libros no es el camino correcto.

«Al prohibir libros, también prohibimos los diálogos y desacuerdos difíciles, que los niños son perfectamente capaces de mantener y que son cruciales para la democracia»[5]

Ese péndulo que ahora está más del lado del autoritarismo y que se ha empeñado en acudir a la censura para imponer  una sola forma de mirar el mundo, contrasta con lo que en 1937 decía la bibliotecaria española María Moliner  «Pensad tan sólo en lo que sería nuestra España (podemos pensar en cualquier país del mundo) si en todas las ciudades, en todos los pueblos, en las aldeas más humildes, hombres y mujeres dedicasen los ratos no ocupados por sus tareas vitales a leer, a asomarse al mundo material y al mundo inmenso del espíritu por esas ventanas maravillosas que son los libros».

Mi nieto Matteo está por asomarse al mundo y no puedo dejar de pensar en lo importante que es para la niñez y la juventud asegurarles su derecho a la lectura y la oportunidad de explorar y conocer el mundo a través de los libros, de comprenderlo y reflexionar sobre él de manera crítica. Privarlos de este derecho es contrario a las libertades y derechos fundamentales y un duro golpe a esa democracia diversa, plural y respetuosa a la que aspiramos.

Referencias


[1] https://www.planetadelibros.com/blog/actualidad/15/articulo/libros-prohibidos
[2] https://youtu.be/q-i8i6PYu8M?si=Qh6exkoq1dVrcHyQ
[3] https://prensadehouston.com/entretenimiento/cultura/jose-ignacio-chascas-valenzuela-presenta-un-dia-con-papa-y-dada-un-libro-de-amor-familiar/
[4] https://pen.org/report/book-bans-pressure-to-censor/
[5] Viet Thanh Nguyen, autor de la novela El simpatizante, que fue galardonada con el Pulitzer, y del libro infantil Chicken of the Sea, escrito con su hijo, Ellison.  

 

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