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Volcán Pacaya: con la lava llegan los turistas pero también el miedo

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Transmedia

Volcán Pacaya: con la lava llegan los turistas pero también el miedo

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Vivir bajo el Volcán Pacaya es un dilema. Los flujos atraen a los visitantes y eso mejora la economía de los vecinos, pero pone en peligro sus casas. Isabel Chocojay cuenta cómo es vivir cerca de esa impredecible amenaza.

Hace una semana la lava del Volcán Pacaya detuvo su avance, y con ella el riesgo de que las familias de El Patrocinio y El Rodeo pierdan sus casas. Durante 42 días avanzó 3 kilómetros.

Sin embargo, la mañana de ayer todo volvió a cambiar. El volcán se reactivó. Vivir en las faldas del Pacaya siempre es un riesgo y representa un dilema: Si no hay lava no hay turistas, pero cuando los hay, las casas y las familias corren peligro. Los habitantes intentan aferrarse a sus tierras y a su fe. No es que no quieran irse de allí, no tienen a dónde ir.

Isabel Chocojay es vendedora desde que era muy pequeña. Aprendió con su madre que siempre les «enseñó a luchar y a ir por un buen camino», comenta entre lágrimas. Hace una semana recibió a Plaza Pública en su hogar para contarnos sobre la vida de una comunidad que resiste a un volcán activo.

Hace una semana ya no hacían turnos entre los vecinos para vigilar el avance de la lava, podían dormir tranquilos. Pero la mañana de hoy Isabel volvió a contactarnos preocupada para informarnos que la lava vuelve a ser una amenaza. Los turistas empezaron a llegar de nuevo, pero las familias, también de nuevo, están preocupadas por sus hogares «mis familiares me llamaron preocupados y nos dijeron que nos preparemos para irnos de aquí, pero como le comenté, no tenemos a dónde más ir», exclamó.

 

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