Por el impacto que esta variable tiene en el presupuesto gubernamental y en la actividad económica, en otros países como el caso de Chile, la obligación de darle seguimiento se encuentra plasmada en su Constitución Política.
La justificación que dan los beneficiarios de estas políticas es la de que los incentivos tributarios son medidas “necesarias” para competir internacionalmente; se argumenta que estimulan la inversión y el empleo y, simultáneamente, generan efectos multiplicadores....
Por el impacto que esta variable tiene en el presupuesto gubernamental y en la actividad económica, en otros países como el caso de Chile, la obligación de darle seguimiento se encuentra plasmada en su Constitución Política.
La justificación que dan los beneficiarios de estas políticas es la de que los incentivos tributarios son medidas “necesarias” para competir internacionalmente; se argumenta que estimulan la inversión y el empleo y, simultáneamente, generan efectos multiplicadores. Aunque hay cierta validez en dichos argumentos, en nuestro país la evidencia empírica indica lo contrario, ya que existen serias dificultades analíticas para evaluar empíricamente el impacto de los incentivos en el empleo y la inversión, convirtiéndose en terreno fértil para la captación de rentas. Veamos, los datos presentados por los doctores Arthur Mann y Robert Burke en su informe del año 2000, demuestran que el sacrificio fiscal por concepto de IVA en las exportaciones fue de Q 2.1 millardos y por el mismo concepto más los derechos arancelarios dejados de pagar en las importaciones de la maquila fue de Q2.9 millardos.
Según el Ministerio de Finanzas, el gasto tributario estimado para el año 2014 es de 19.8 millardos de quetzales, superior al déficit fiscal en Q9.6 millardos; es decir, si se recaudaran estos impuestos, la finanzas públicas reflejarían un superávit presupuestario y por lo tanto no habría necesidad de endeudar más al país; incluso quedarían, de acuerdo a estos datos, Q9.6 millardos para financiar el crecimiento económico vía la inversión pública, incrementando la Renta Nacional derivado del efecto multiplicador del gasto público.
Señores diputados, es urgente legislar la obligación de supervisar el gasto tributario para transparentar la política fiscal del país, ya que representa el 39.6% de los ingresos tributarios estimados para el 2014.
*El autor es economista con estudios de maestría en Formulación y Evaluación de Proyectos y en Integración Regional. Se ha desempeñado entre otros cargos, como Viceministro de Economía y Presidente de la Junta Directiva del CHN. Actualmente es Director de la Escuela de Economía de la USAC.
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